Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
La Comisión del Congreso de los Estados Unidos para China, dirigida por el senador Marco Rubio, escuchó a expertos y testigos sobre la creciente persecución de los musulmanes uigures en Sinkiang.
Una congregación situada en la ciudad de Yulin, Shaanxi, ha sido sometida repetidamente a redadas nocturnas por la policía local y sus propiedades han sido saqueadas. Algunos cristianos fueron condenados hasta a cinco años de prisión.
Testigos oculares revelan que un centro de entrenamiento vocacional ha sido convertido en un campamento de «transformación por medio de educación» en la ciudad de Bole, en Sinkiang.
Un miembro de la iglesia de Yucheng en la ciudad de Dezhou, provincia de Shandong, fue arrestada después de comprar en línea un boleto para concurrir a un evento religioso.
La Corte de Apelaciones de Lincang, Yunnan, confirma duras sentencias de cárcel para los cristianos acusados de ser miembros de un movimiento prohibido al cual ellos insisten no conocer.
Muchas iglesias protestantes de las Tres Autonomías controladas por el Gobierno, han sido cerradas o se les ha ordenado que quiten sus cruces en la ciudad de Changchun.
Solo quedan cuatro adultos musulmanes en 30 hogares en una de las callejuelas de una aldea de Sinkiang; el resto está detenido en campamentos.
Muchos templos budistas han sido demolidos desde febrero en varias provincias con el pretexto de ser “proyectos de construcción no aprobados”.
Los estudiantes en la región están siendo forzados a abandonar sus creencias religiosas. Ellos se les dice que no crean en Dios y que aprendan, más bien, sobre las políticas de Xi Jinping.
Las autoridades locales han decidido paralizar la construcción del edificio de una iglesia después de haber vendido el solar a la congregación y haber emitido todos los permisos necesarios.
Las autoridades destruyen un centro recién construido para los miembros de una iglesia de las Tres Autonomías controlada por el gobierno en la provincia de Cantón.
Un imán de la provincia de Henán fue engañado para que se dirigiera a una estación de policía, y ha permanecido detenido por más de ocho meses.
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