Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
El Departamento de Seguridad Nacional de la ciudad de Dalián, en la provincia de Liaoning, ha establecido cuotas de creyentes a ser arrestados para las estaciones de policía locales, como parte de su plan de evaluación laboral.
Mientras que innumerables mezquitas han sido clausuradas o convertidas en sitios no religiosos en Sinkiang, algunos musulmanes han perdido familias enteras al ser encarceladas.
Detenida por orar, las condiciones dentro del campamento de «transformación por medio de educación» demostraron ser una amenaza para su vida.
El residente de la ciudad de Ningde, situada en la provincia suroriental de Fujian, cuestionó la afición por el socialismo del Estado chino y solicitó la implementación de reformas constitucionales.
Bitter Winter repasa los eventos que llevaron al arresto de Li Xinlin y de otros seis activistas de derechos civiles, cuyo juicio ha sido disfrazado por las autoridades chinas como una «lucha contra el crimen organizado».
Durante los últimos 12 años, un residente de Sinkiang ha padecido hostigamiento y torturas a causa de sus creencias.
A principios de septiembre, las autoridades locales clausuraron la Iglesia Casa del Pastor emplazada en la ciudad de Qingyuan, de la provincia de Guangdong.
Los informes sobre sacerdotes arrestados e iglesias clausuradas sugieren que las autoridades no están preparadas para mitigar la persecución de la Iglesia católica clandestina luego del acuerdo firmado entre el Vaticano y China.
Un documento confidencial adoptado por el Gobierno municipal en una de las ciudades de la provincia enumera medidas específicas tendientes a acabar con las libertades religiosas, entre las que se incluyen la propaganda en línea y la promoción del clero «patriótico».
La Iglesia de Dios Todopoderoso ha reemplazado a Falun Gong como el principal objetivo de persecución religiosa en China. En este artículo presentamos información esencial en la que se explica qué es esta Iglesia y por qué es perseguida.
Las clases se interpretaron como una “conspiración contra el Estado”. Como consecuencia, el jardín de infancia de la etnia hui se vio obligado a suspender el curso.
En Fujian, varios sacerdotes se han visto obligados a suspender sus clases dominicales clandestinas. Uno de ellos ha sido controlado y vigilado por el Gobierno desde 2001.
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