Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Bajo la dura represión llevada a cabo por el régimen contra los grupos religiosos extranjeros activos en China, innumerables feligreses se ven obligados a renunciar a su fe o incluso pierden la libertad.
El Gobierno chino intensifica la represión contra los grupos religiosos extranjeros existentes en China, y los creyentes no tienen permitido tener contacto con extranjeros ni ver programas de televisión del extranjero.
El PCCh intensifica su campaña tendiente a erradicar los lugares de culto que no pertenezcan a la Iglesia oficial de las Tres Autonomías. Se destruyen Biblias, se incautan bienes y numerosos creyentes son arrestados.
Los gobiernos provinciales intensifican el «trabajo del Frente Unido» tendiente a rastrear y utilizar a los chinos que viven en el extranjero para expandir la influencia del régimen en el exterior y reprimir a la disidencia.
Zhang Ning, de 18 años, murió en circunstancias sospechosas en un campus escolar. En lugar de obtener ayuda y respuestas, la familia doliente enfrentó violencia y obstáculos.
Para celebrar el 70 aniversario del gobierno del Partido Comunista, la capital de China les preparó un «obsequio» a los creyentes, clausurando sus lugares de culto.
Conservados de generación en generación, los lugares sagrados mediante los cuales las familias muestran respeto a sus antepasados son apropiados por el Estado para impartir adoctrinamiento, clausurados o demolidos.
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