Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Hace siete años, un cristiano de 23 años fue arrestado y encarcelado. Durante este tiempo, fue golpeado y abusado por otros prisioneros, provocando que perdiera la vista del ojo izquierdo. Sigue siendo perseguido aun después de haber sido puesto en libertad.
Ya que a los chinos sólo se les permite adorar al Partido Comunista, las autoridades están ordenando que se quite de las iglesias la ley fundamental del cristianismo.
Aunque la Santa Sede ha exigido al PCCh que “respete” a quienes se niegan a unirse a la Asociación Patriótica Católica China, ellos siguen siendo hostigados y castigados.
El PCCh gana impulso en sus esfuerzos por eliminar al budismo independiente. Con diversos pretextos, se destruyen templos y estatuas y a los monjes se les dice que “regresen a casa”.
Junto con millones de musulmanes perseguidos, los miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso también son enviados a campos de internamiento. Quienes no son enviados ahí, son adoctrinados en casa para que renuncien a su fe.
El PCCh tiene una nueva misión: eliminar en todo el país a las iglesias domésticas dentro de los próximos dos años. Mientras tanto, está aumentando la apuesta y está cerrando iglesias por la fuerza y atacándolas incluso en el ciberespacio.
Testimonios de chinos de la etnia han acerca de la difícil situación de los niños “huérfanos” en Sinkiang: tiritan de frío en las calles y son monitoreados por sus compañeros de clase y sus maestros como presuntos terroristas.
A lo largo del país, el PCCh está transformando los templos en auditorios culturales, oficinas gubernamentales y centros de actividades para personas de la tercera edad.
Cuatro de los líderes de la Iglesia también fueron arrestados en una de las operaciones más grandes en contra de esta red de iglesias domésticas.
A medida que se intensifica la campaña de “sinificación” del PCCh, las iglesias de las Tres Autonomías están siendo transformadas por la fuerza, perdiendo sus símbolos religiosos y cualquier semejanza con la arquitectura europea.
Las iglesias protestantes controladas por el Gobierno sufren represiones brutales que a menudo terminan en cierres que dejan a grandes cantidades de creyentes sin un lugar donde practicar su fe.
Para evitar las redadas y arrestos, los creyentes de las iglesias domésticas disfrazan sus sitios de reunión u optan por orar en las montañas, simplemente para estar alejados de los ojos vigilantes del régimen.
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