Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
En la China comunista, donde la ley es utilizada para abusar del poder, los que tienen las conexiones adecuadas pueden quedar impunes de un asesinato cometido a plena luz del día.
Las instituciones de educación superior han sido durante mucho tiempo el centro de los esfuerzos de mantenimiento de la estabilidad del PCCh, destinados a suprimir la libertad de expresión y prevenir los disturbios.
Después de que la estrella de fútbol Mesut Özil se atrevió a protestar, Pekín ha lanzado una nueva ofensiva para persuadir al mundo de que los uigures no son perseguidos. Estas son, simplemente, más noticias falsas.
En el año 2012, una miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso fue encarcelada a causa de su fe. Tras años de haber sido sometida a torturas y a trabajo forzado en una prisión china, su vida nunca será la misma.
El PCCh reclutó a sus amigos para que firmaran una declaración alternativa sobre los derechos humanos, cuyo objetivo es, de hecho, justificar las violaciones de los derechos humanos cometidas por el propio Gobierno chino y por otros.
El PCCh continúa implementando su campaña tendiente a destruir las estatuas budistas situadas al aire libre a lo largo de China, alegando innumerables razones falsas para demolerlas u ocultarlas.
Como parte de una política más amplia tendiente a debilitar a las comunidades islámicas existentes en China, el Gobierno puso en marcha una campaña para obligar a los imanes a regresar a sus lugares de origen.
En una carta redactada el 10 de diciembre, 29 diputados y un miembro del Parlamento Europeo de Lituania le escriben al presidente chino, denunciando la represión de todas las religiones.
Mientras que los templos budistas y taoístas son destruidos y clausurados a diario, los lugares de culto dedicados a los líderes del Partido Comunista Chino continúan prosperando.
El 10 de diciembre fue el Día de los Derechos Humanos. Bitter Winter lo celebra con cuatro artículos. Aquí, abordamos cuestiones distintas de la libertad religiosa.
Matriculados para estudiar fuera de Sinkiang, los estudiantes de etnia uigur son sometidos a un intenso adoctrinamiento y «hanificación», con la intención de apartarlos de su religión y cultura.
Antes de la puesta en marcha de la segunda ronda de revisión del trabajo religioso en la provincia de Shandong, las autoridades locales intensificaron las medidas represivas contra lugares y grupos religiosos pertenecientes a todas las denominaciones.
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