Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
A fin de implementar la orden de eliminación de cruces impartida por el Gobierno central, las autoridades locales aplicaron medidas represivas contra las iglesias protestantes estatales emplazadas a lo largo de toda la provincia.
A los medios de comunicación chinos se les ordenó difundir noticias falsas sobre Bielorrusia, y se puso en marcha una campaña en la que se enfatiza que el PCCh y Xi Jinping deben ser obedecidos incondicionalmente.
Un resumen de la persecución en China para el 22 de agosto, el Día Internacional en Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en la Religión o la Creencia.
Antes del brote de coronavirus se habían planificado numerosas operaciones de arresto masivo a lo largo de toda China. Si no fuera por la pandemia, aún más personas podrían haber sido detenidas.
El PCCh pone en marcha un plan trienal tendiente a sustituir progresivamente el mongol por el chino como principal idioma de instrucción en todas las escuelas de Mongolia Interior.
El PCCh distorsiona las enseñanzas religiosas, obligando a las iglesias, templos y mezquitas a predicar de acuerdo con las escrituras prescritas por el Gobierno.
Al implementar la campaña de «reforma funeraria» del Gobierno central, los funcionarios de la ciudad de Xingtai, en la provincia de Hebei, utilizan medidas drásticas para complacer a sus superiores.
Comenzando con Sinkiang y el Tíbet, el Gobierno chino quiere recopilar ADN y otros datos biológicos de todos sus ciudadanos. Sí, esto podría ayudar a resolver crímenes no resueltos, pero también a perseguir a los disidentes y a miembros de minorías étnicas de manera más efectiva.
El Gobierno continúa reprimiendo los lugares protestantes no registrados a lo largo de toda China, amenazando y arrestando a los creyentes.
La ex principal ideóloga de la Escuela Central del Partido afirma que Xi Jinping debería irse. Expulsada del PCCh y privada de sus beneficios de jubilación, pronto podría ser arrestada.
Los 18 testigos de Jehová arrestados en Sinkiang ahora han sido sentenciados a extensas penas de cárcel. Sus abogados se quejan de las inhumanas condiciones de su detención.
Los Gobiernos provinciales y municipales intensifican las medidas tendientes a purgar de las iglesias estatales todas las publicaciones que no hayan sido aprobadas por el Estado.
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