Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Instaladas bajo el pretexto de «garantizar la seguridad» y «prevenir la propagación del coronavirus», estas cerraduras de alta tecnología someten a las personas a una mayor vigilancia.
El PCCh inventa nuevos pretextos para reprimir a las personas de fe. En la provincia de Zhejiang, los negocios de los creyentes se ven amenazados si los mismos desobedecen las órdenes del Gobierno.
Las autoridades de la provincia de Anhui utilizan la fuerza contra las personas que intentan evitar la demolición de sus lugares de culto.
Los miembros adolescentes de la Iglesia de Dios Todopoderoso reciben fuertes sentencias, son torturados y adoctrinados, y se los priva de su derecho de visita cuando se encuentran detenidos.
Una nueva película relata la historia de una devota que se unió a la Iglesia de Dios Todopoderoso en sus inicios y, debido a ello, ha sido perseguida, detenida y torturada desde entonces.
Los seguidores de la Iglesia de Dios Todopoderoso, de Falun Gong y los testigos de Jehová permanecen confinados en campamentos hasta que renuncian a su fe y traicionan a sus compañeros creyentes.
Luego de que se suavizaron las medidas de cierre de emergencia a causa del coronavirus, se restringió rigurosamente la reapertura de iglesias y templos, y las autoridades aprovecharon la situación para expandir el control sobre los mismos.
A fin de evitar que los miembros de iglesias estatales se unan a lugares de culto no registrados, el Gobierno implementa nuevas medidas represivas para controlarlos.
A lo largo de toda China, las autoridades les imponen medidas de control draconianas a los musulmanes de Sinkiang, prohibiéndoles alquilar propiedades y administrar sus negocios.
Mientras continúan las protestas por las reformas educativas, las autoridades ponen en marcha un «Mes de propaganda sobre prevención contra los xie jiao» y afirman que los grupos religiosos prohibidos están amenazando la estabilidad de la región.
Luego de que el presidente regañara a los funcionarios locales de la Región Autónoma Hui de Ningxia por no hacer lo suficiente para erradicar la cultura islámica, los mismos inmediatamente pusieron manos a la obra.
El ministro de Seguridad Pública, Zhao Kezhi, visitó Mongolia y ordenó llevar a cabo una despiadada represión de las protestas. La misma ya ha comenzado.
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