Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Un nuevo libro escrito por Jennifer Pan muestra de qué manera el PCCh, bajo el pretexto de «eliminación de la pobreza», utiliza su programa de garantía del sustento, denominado Dibao, para vigilar mejor a los disidentes políticos y a los religiosos.
Los comentarios sobre la prohibición del Gobierno de jugar juegos en línea durante un feriado nacional en el mes de abril dieron lugar a que numerosos jugadores jóvenes fueran interrogados por las autoridades.
El recientemente nombrado primer miembro uigur de la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional habla sobre la USCIRF y sobre la lucha contra la persecución religiosa en China.
El documento oficial sobre persecución religiosa en China más completo de todos los tiempos cita a Bitter Winter 74 veces.
Una ley ampliamente utilizada por el PCCh para silenciar a aquellos que protestan contra su régimen autocrático enumera 32 casos en los que presentar una petición ante el Gobierno puede dar lugar a fuertes sentencias.
La provincia suroriental de China continúa intensificando las medidas de persecución religiosa tras haberse levantado las medidas de confinamiento por el coronavirus.
Un empleado de una compañía china revela cómo le ordenaron que mintiera a los socios extranjeros para encubrir la severidad de la COVID-19.
Como las medidas de cierre de emergencia a causa del coronavirus se suavizaron, el PCCh reanudó las amenazas e intimidaciones contra los católicos que se niegan a unirse a la Iglesia patriótica.
Las personas procedentes de la provincia donde se originó el virus fueron rechazadas y maltratadas durante todo el brote. Con la ayuda del PCCh, el maltrato continúa hasta el día de hoy.
Las autoridades provinciales ordenaron la erradicación de cruces «pase lo que pase», y en el plazo de cuatro meses, una gran cantidad de iglesias protestantes estatales fueron despojadas de ellas.
Numerosas mezquitas de la provincia de Gansu fueron despojadas de sus cúpulas y símbolos de luna creciente, provocando ira entre la población musulmana hui local.
El régimen del PCCh impuso aplicaciones móviles para evitar la propagación de la COVID-19, las cuales probablemente sobrevivirán a la pandemia y se utilizarán para expandir el control social automatizado.
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