En las Naciones Unidas, 22 países firman una carta condenando los campamentos de transformación por medio de educación creados por el Partido Comunista Chino (PCCh), y 37 alaban los «notables logros» de China en materia de derechos humanos.
por Massimo Introvigne
La semana que concluye hoy fue una de las más importantes en lo que respecta a la lucha por exponer al mundo las atrocidades de los campamentos de transformación por medio de educación, donde el PCCh mantiene detenidos a tres millones de uigures, kazajos étnicos y miembros de otras minorías musulmanas en Sinkiang.
La semana comenzó con una carta de 22 países al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, denunciando la detención masiva y las atrocidades cometidas en los campamentos. La lista de signatarios está disponible, siendo los mismos: Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Islandia, Irlanda, Japón, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, España, Suecia, Suiza y el Reino Unido. Estados Unidos no firmó, ya que abandonó el Consejo de Derechos Humanos por razones ajenas a esta cuestión.
Bitter Winter elogia a estos valientes países, pero observa que, al contrario de algunas declaraciones, unirse a la iniciativa Cinturón y Carretera a menudo tiene un precio político. Italia y Grecia, los cuales forman parte de la iniciativa, no se unieron a sus tradicionales socios de la Unión Europea para firmar la carta. Suiza también se unió recientemente a la iniciativa, pero sus sólidas tradiciones a favor de los derechos humanos prevalecieron y, loablemente, firmó. Corea del Sur destaca por su ausencia, siendo el mismo un país que cuenta con una significativa cantidad de refugiados chinos que escaparon de la persecución religiosa. Fuentes diplomáticas le dijeron a Bitter Winter que hubieran esperado que Turquía apoyara al pueblo uigur, víctima de la persecución, pero, por otro lado, China está trabajando arduamente para mejorar las relaciones con el Gobierno de Erdogan.
El 12 de julio, algunos de los peores violadores de derechos humanos en el mundo se unieron a otros amigos y clientes de China para firmar una vergonzosa y escandalosa carta que 37 países le enviaron al Consejo de Derechos Humanos, elogiando los supuestos e inexistentes «notables logros» de China en el campo de los derechos humanos, y alegando que la detención de uigures y otros musulmanes en los campamentos es necesaria a fin de combatir el «separatismo» y el «terrorismo».
Es probable que algunos países comprendan que firmar esta carta significa ser recordado durante los próximos años como parte de un eje de la vergüenza. Fuentes chinas no revelaron la lista completa, señalando que Rusia fue el primer signatario y mencionando a «Rusia, Pakistán, Arabia Saudita, Egipto, Cuba, Argelia, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Nigeria, Angola, Togo, Tayikistán, Filipinas, Bielorrusia y varios países más», que con toda probabilidad pidieron no ser mencionados. Bitter Winter se encuentra en condiciones de confirmar que Zimbabue, Bahréin, Omán, Kuwait, Venezuela, Siria y Myanmar también firmaron.
Tres importantes consideraciones políticas pueden derivarse de los eventos acaecidos esta semana. En primer lugar, existe un eje de la vergüenza compuesto por países que intentan violar los derechos humanos con impunidad, liderados por China y Rusia, incluyendo a Corea del Norte, Siria y Venezuela. Países con población mayoritariamente musulmana que poseen un muy mal historial de derechos humanos se han unido a este eje, considerando más importante la impunidad por sus violaciones a los derechos humanos que la protección de sus compatriotas musulmanes perseguidos en China. Lo mismo se aplica a países tales como Myanmar, Bielorrusia y Filipinas, también sometidos a fuertes críticas internacionales por haber cometido graves violaciones contra los derechos humanos.
En segundo lugar, la Iniciativa Cinturón y Carretera y los lazos económicos (Portugal, otro país de la UE que no firmó la carta en contra de China, comenzó a emitir los llamados «bonos panda» en renminbi, al igual que Italia la semana pasada) paralizan efectivamente a los países que normalmente apoyan las causas de derechos humanos de denunciar las atrocidades cometidas por el PCCh.
En tercer lugar, el papel de las sociedades civiles y las ONG, y de publicaciones tales como Bitter Winter, se vuelve aún más crucial para apoyar a los Gobiernos que todavía están dispuestos a denunciar las falsas noticias difundidas por el PCCh. Bitter Winter fue esencial para demostrar a través de fotografías y videos exclusivos que los campamentos de transformación por medio de educación no son «escuelas vocacionales» sino cárceles. Sin este apoyo, el eje de la vergüenza podría prevalecer.
Actualización del 15 de julio de 2019: en respuesta a las críticas generalizadas, Italia informó que también firmó la carta crítica del Gobierno chino, pero tras la publicación de la primera versión. Véase: https://www.ilfoglio.it/esteri/2019/07/14/news/italia-cina-diritti-umani-xinjiang-265320/
Actualización 23 de agosto de 2019: El 20 de agosto, Catar retiró su firma de la carta a favor del PCCh. Véase: Catar se retira del eje de la vergüenza.