Ni los predicadores de la Iglesia de las Tres Autonomías controlada por el Gobierno se salvan ya de la persecución.
por Jiang Tao
Revocados permisos para predicar
El Gobierno revocó los permisos que 57 predicadores de la Iglesia de las Tres Autonomías tenían para desarrollar su labor. Todos residían en el mismo distrito de la ciudad de Sanmenxia, provincia de Henán, y ya no podrán volver a predicar. Las autoridades también han manipulado las evaluaciones que los predicadores deben superar obligatoriamente y que permite expulsar a predicadores “desobedientes”. Si bien la Iglesia de las Tres Autonomías está, por definición, autorizada para desarrollar sus actividades por el Gobierno, según el Nuevo Reglamento sobre Asuntos Religiosos que entró en vigor en 2018, sus predicadores son vigilados de cerca y pueden perder su cargo fácilmente.
El 10 de enero de 2019, en la Iglesia Central del Distrito de Shanzhou (Sanmenxia, provincia de Henán), se publicó un anuncio conjunto del Consejo Cristiano Chino del Distrito de Shanzhou y de la Iglesia Cristiana de las Tres Autonomías. En el anuncio se explicaba que los permisos para predicar de 57 predicadores habían sido revocados, de acuerdo con lo establecido en el “Documento No. 165”, emanado del Comité de Asuntos Étnicos y Religiosos de la Provincia de Henán en 2018. El motivo exacto de la revocación no se especificaba en el anuncio.
La expulsión de una predicadora
Gracias a la lista de nombres del anuncio, pudimos comunicarnos con una de las predicadoras cuyo permiso había sido revocado. Nos explicó el motivo de la revocación: “Aprobé el examen para obtener el nuevo permiso para predicar conforme a lo establecido en el Nuevo Reglamento sobre Asuntos Religiosos. Sin embargo, la Oficina de Asuntos Religiosos se negó a emitirme el nuevo permiso, alegando que ‘no los escuchaba’. Cancelaron y revocaron el permiso que tenía definitivamente”.
La predicadora explicó lo que significaba exactamente “no escuchar a las autoridades”. A principios de 2018, las autoridades ordenaron que se retirara la cruz de la iglesia. Ella se negó a cumplir esa orden e intentó negociar. Finalmente, las autoridades contrataron personas para que se llevaran la cruz por la fuerza. Ese no fue el único problema que tuvo con las autoridades locales del Partido Comunista Chino (PCCh). Instalaron un poste e izaron la bandera nacional en el patio de su iglesia y le ordenaron a la predicadora que retirara todos los símbolos religiosos tanto dentro como fuera de la iglesia. También exigieron que los creyentes izasen periódicamente la bandera nacional y cantasen el himno nacional. La predicadora se negó a obedecer. Además, criticó la persecución del Gobierno y las restricciones a la libertad religiosa. Por ese motivo se convirtió en una persona “problemática” y “desobediente” para las autoridades.
Como su permiso para predicar fue revocado, ya no puede subirse al atril y predicar. La predicadora destacó que quienes aún tienen certificados están sujetos a restricciones. Sus sermones deben ser del agrado del PCCh para evitar que anulen sus certificados.
Evaluaciones para predicadores manipuladas
Varios predicadores de otra iglesia de la ciudad de Sanmenxia perdieron sus permisos para predicar por no aprobar la evaluación correspondiente. Lo cierto es que no aprobaron el examen porque el PCCh los considera “desobedientes”. Sorprendentemente, una mujer leal al Partido que apenas estaba familiarizada con la Biblia “aprobó la evaluación” y obtuvo el permiso para predicar.
El director de la iglesia local le confirmó a Bitter Winter que el motivo por el que algunos predicadores no obtuvieron un nuevo permiso para predicar tras la evaluación es que fueron acusados de no haber cumplido con las solicitudes del PCCh. Por ejemplo, algunos se negaron a instalar dispositivos de reconocimiento facial en la entrada principal de sus iglesias como solicitaba el Gobierno. Estos dispositivos están diseñados para vigilar a los creyentes y determinar quién va a la iglesia y cuándo.
El director de la iglesia también declaró lo siguiente: “En el futuro, los predicadores que realmente crean en Dios ya no podrán predicar. Las autoridades se están preparando para instalar equipos para grabar audio y video en los atriles de las iglesias. Los equipos se conectarán a las computadoras de la Agencia de Seguridad Pública. Los sermones de los predicadores serán monitoreados y escuchados regularmente. De ahora en adelante, me temo que no tendremos más remedio que dar sermones siguiendo las instrucciones del Gobierno”.
De hecho, es algo que ya está ocurriendo. Los buenos predicadores han sido despojados de sus permisos para predicar y ya no pueden dirigirse a los creyentes desde el atril. El fin último del PCCh es erradicar las creencias religiosas utilizando todo tipo de métodos. Teóricamente, las Iglesias de las Tres Autonomías tienen libertad para desarrollar sus actividades. Sin embargo, en la práctica, las iglesias que permanecen activas no son más que cascarones vacíos controlados por el PCCh.