Hasta reunirse con amigos en casa puede ser considerado por las autoridades chinas como una actividad religiosa sospechosa; los creyentes de las Iglesias oficiales no son la excepción.
Tang Zhe
La práctica de que las personas se reporten unas a otras está tan difundida actualmente en China como lo estuvo durante la Revolución Cultural. Las autoridades chinas son especialmente aficionadas a movilizar a “espías” locales para reportar a los creyentes al establecer buzones de denuncias, líneas de acceso directo y sitios web. Esto se hace no sólo para reportar a las personas religiosas “no autorizadas” y sus actividades. Incluso los creyentes de la Iglesia de las Tres Autonomías aprobada por el Gobierno son reportados si se sospecha que organizan actividades religiosas ilegales en su casa. Una reunión de amigos para tocar música o una fiesta de inauguración de una nueva casa en China ahora se consideran de esa forma.
Reportada por tocar música con sus vecinos
El 26 de diciembre de 2018, un miembro de una iglesia local de las Tres Autonomías de una villa en el condado autónomo de Kuandian Manchu, bajo la jurisdicción de la ciudad de Dandong en la provincia de Liaoning en la parte noreste de China, invitó a cinco vecinos de la villa a su casa. Como parte del tiempo que pasaron juntos, tocaron el tradicional instrumento de cuerdas chino erhu y otros instrumentos, y la anfitriona también cantó algunos himnos de alabanza a Dios.
Ya que la casa de la anfitriona había sido utilizada previamente como uno de los sitios de reunión de la Iglesia que fueron cerrados en julio de 2018, ha estado vigilada constantemente por informantes contratados por el Gobierno local. Uno de esos informantes, un miembro local del Partido Comunista, informó de inmediato a las autoridades acerca de la reunión. Un miembro del personal del comité de la villa se puso en contacto con el grupo y le prohibió que se reunieran por cualquier motivo, incluso para platicar. Hizo énfasis en que no debían hablar sobre la creencia en Dios. El funcionario también les advirtió que, si otra vez se descubría que estaban reuniéndose, a la anfitriona se le impondría una multa de 80 000 a 100 000 yuanes (aproximadamente 12 000 a 15 000 dólares) y, a los demás, de 10 000 yuanes (aproximadamente 1500 dólares)
Para evitar meter en problemas a sus amigos y familia, la anfitriona no sólo dejó de tener invitados en su casa, sino que también mantuvo la puerta de la casa cerrada con llave todos los días para evitar que las personas entraran. Tenía tanto miedo que ni siquiera se atrevía a ayudar a sus vecinos cuando estos lo necesitaban.
Un aldeano local dijo, indignado: “Este país no tiene esperanza. Simplemente estaban reuniéndose para divertirse y, aun así, fueron reportados por esto. En contraste, aquellos que viven una vida de depravación llena de comilonas, borracheras, prostitución y apuestas o que, incluso, asesinan o provocan incendios, a ellos nadie les hace nada. Todo lo que el Gobierno hace es meter las narices en los asuntos de las personas”.
¿Tienes una fiesta de inauguración de una casa o estás de visita con un amigo? Puedes ser arrestado
El 1 de diciembre de 2018, nueve creyentes de la Iglesia de las Tres Autonomías se reunieron para una fiesta de inauguración de una casa en el condado de Xiushui, bajo la jurisdicción de la ciudad de Jiujiang en la provincia de Jiangxi en la parte sureste de China. Cantaron canciones e hicieron algunas oraciones para el bienestar de la casa. Un informante los reportó y la estación local de policía de inmediato envió oficiales para arrestar a los cristianos; seis de ellos eran adultos mayores, de más de sesenta y setenta años.
Unos meses antes, el 28 de junio, una miembro de la Iglesia de las Tres Autonomías del poblado de Wulin, en el distrito de Yangming de la ciudad de Mudanjiang de la provincia de Heilongjiang en la parte noreste de China, estaba alojando a tres amigos en su casa cuando el secretario de la villa irrumpió repentinamente. Afirmó que alguien había reportado que los tres huéspedes pertenecían a una organización xie jiao.
La creyente enfatizó que las otras tres personas simplemente eran sus amigos y que sólo habían ido a visitarla. La explicación no sirvió: al poco rato, siete oficiales de policía entraron a toda prisa y arrestaron a las cuatro personas.
En la estación de policía, los oficiales interrogaron en repetidas ocasiones a los tres huéspedes acerca de sus creencias y criticaron a la creyente de las Tres Autonomías y la cuestionaron acerca de por qué no reportó al Gobierno que los invitados irían a visitarla.
La creyente preguntó: “¿Quién no tiene amigos y familiares? ¿Necesito presentar un informe cuandoquiera que invite a mis amigos a mi casa como huéspedes?”
Después del interrogatorio, la policía confirmó que los tres amigos eran “budistas ordinarios” y los cuatro fueron liberados esa misma tarde.