En China, cualquier cosa que esté relacionada con la religión está prohibida. Las autoridades están clausurando centros de bienestar y apoyo establecidos por creyentes o Iglesias.
Lu Xiaojing
En China, incluso las residencias de ancianos y los orfanatos establecidos por Iglesias y organizaciones religiosas son perseguidos y, finalmente, clausurados. Las autoridades de todo el país están citando los nuevos Reglamentos sobre Asuntos Religiosos, los cuales les prohíben tanto a las organizaciones como a los individuos la utilización de actividades de caridad para la evangelización.
Un cristiano procedente de la provincia china sureña de Cantón le relató a Bitter Winter la represión llevada a cabo contra un centro de tratamiento para personas adictas a las drogas establecido por una cristiana perteneciente a una Iglesia doméstica de Sola Fide y su hijo en el año 2013. Desde que el joven abandonó las drogas gracias a su creencia en Dios, y con la esperanza de ayudar a otros con problemas de adicción, la familia decidió establecer el centro en su hogar, con ayuda de la Iglesia.
La represión comenzó durante el cuarto año de actividades del centro. En junio de 2017, 18 miembros del personal de los departamentos de asuntos religiosos y de seguridad pública irrumpieron en el centro, alegando que el mismo estaba involucrado en actividades religiosas.
Los cristianos que estaban colaborando en el centro trataron de explicarles a los funcionarios que con cada iglesia se necesitan menos prisiones, pero los mismos no se inmutaron: la cruz y otros símbolos religiosos que se hallaban dentro del centro fueron derribados. Los funcionarios forzaron al jefe de la Iglesia a escribir una declaración de garantía, prometiendo que en el futuro no se realizarían reuniones o actividades religiosas en el centro. Los mismos amenazaron a los creyentes afirmando: «Si descubrimos que lo siguen haciendo, cada persona recibirá una multa de 5000 yuanes (aproximadamente 750 dólares)».
Luego de la redada, el jefe de la Iglesia visitó varios departamentos gubernamentales a fin de solicitar un permiso para el centro de rehabilitación de drogas, pero fue rechazado en cada una de las oportunidades.
“El centro ha fortalecido la confianza y la determinación de las personas a través de las palabras y el amor del Señor Jesús, los cuales les ayudan a superar su adicción a las drogas. Este método no cumple con los requisitos establecidos por el Gobierno, por lo que obtener la aprobación para un permiso es sumamente difícil», afirmó un creyente de la Iglesia.
La policía continuó visitando el centro con frecuencia, asegurándose de que personas con problemas de adicción no estuvieran celebrando reuniones en el mismo. «¡El Gobierno no tolera los métodos que utilizan para superar la adicción a las drogas!», afirmó con severidad un oficial de policía durante una inspección llevada a cabo en agosto de 2018.
A pesar del hostigamiento padecido a manos de las autoridades, el jefe de la Iglesia todavía tiene la esperanza de ayudar a más personas adictas a regresar con sus familias y reintegrarse en la sociedad.
Según un informe de la organización estadounidense de derechos humanos China Aid, la Iglesia del Evangelio para el Tratamiento de la Drogadicción, emplazada en el condado de Guangning de la provincia de Cantón, bajo la jurisdicción de la ciudad de Zhaoqing, fue clausurada en noviembre de 2016. El matrimonio a cargo de la institución procedente de Hong Kong fue acusado de «espionaje» y deportado. Se les prohibió regresar a China Continental por un plazo de cinco años. Durante los más de tres años de funcionamiento de la Iglesia del Evangelio para el Tratamiento de la Drogadicción, la misma ayudó a más de 180 personas que padecían adicciones relacionadas con las drogas, el alcohol, el juego e Internet.