A medida que el PCCh continúa reprimiendo las creencias religiosas, incluso los objetos designados como sitios históricos y culturales protegidos no escapan a la destrucción.
Tang Feng
Durante la Revolución Cultural, el Partido Comunista Chino (PCCh) lanzó una campaña tendiente a destruir a los «Cuatro Viejos» –las viejas costumbres, la vieja cultura, los viejos hábitos y las viejas ideas– para deshacerse de todo lo que estuviera relacionado con las tradiciones y los valores chinos. Los Guardias Rojos quemaron pinturas y libros, y destruyeron esculturas y antigüedades invaluables. Los templos y las tumbas de personajes históricos no fueron la excepción: los mismos fueron saqueados y profanados. Bajo el actual régimen, los templos pertenecientes a las religiones populares y tradicionales de China, así como también los templos budistas y taoístas, una vez más han sido reprimidos de manera similar a lo que ocurría durante la Revolución Cultural.
El Templo de Lianhua emplazado en la ciudad a nivel de condado de Dengfeng, bajo la jurisdicción de la ciudad de Zhengzhou, en la provincia china central de Henán, fue construido en el año 1927, durante el 16 aniversario de la República de China (1912–1949). El templo recibió su nombre del Pico Lianhua, que significa «Pico del Loto», al pie del cual se encuentra situado. Cubriendo un área de más de 7000 metros cuadrados, con más de 60 edificaciones rodeadas de árboles antiguos, este templo perteneciente a una religión popular ha sido designado como un «importante sitio histórico y cultural protegido por la ciudad de Zhengzhou» en el año 2009. Dos años después, se erigió frente al mismo un monumento para conmemorar este importante evento.
Pero en cuestión de pocos años, su estado ha cambiado repentinamente de protegido a perseguido. En noviembre de 2018, funcionarios locales comenzaron a acosar al templo, e incluso quemaron una caja de donaciones.
Pero el 15 de marzo de este año, el templo sufrió un revés aún mucho mayor. Funcionarios de la Agencia Municipal de Gestión del Patrimonio Cultural de Dengfeng, del Departamento de Trabajo del Frente Unido local y de la Agencia de Seguridad Pública, acompañados por más de 20 empleados, irrumpieron en el Templo de Lianhua. No solo lo sellaron, sino que también destruyeron sus estatuas religiosas y luego las enterraron.
La razón dada por los funcionarios para explicar la represión fue que el templo estaba asociado con una «organización reaccionaria» denominada «Loto Blanco» –siendo la misma un antiguo movimiento religioso popular chino que había sido establecido a fines del siglo XIII, y que más tarde fue perseguido–. Durante la dinastía Ming (1368-1644) «Loto Blanco» se convirtió en un término genérico, describiendo a todos los grupos prohibidos al ser catalogados como xie jiao. Las personas que custodiaban el templo afirmaron que nunca habían oído hablar de este movimiento religioso: el Templo de Lianhua y el movimiento «Loto Blanco» no tienen ningún tipo de relación.
Este repentino cambio de actitud del Gobierno y la destrucción de las estatuas plantearon interrogantes entre la población local: ¿cómo puede ser que un sitio histórico protegido se asocie repentinamente con una «organización reaccionaria»? Algunos comentaron que, tras presenciar acciones tan erráticas e irrazonables llevadas a cabo por las autoridades, así como también los constantes cambios de políticas en China, no solo los religiosos sino toda la población en general están perdiendo la sensación de seguridad.
Vídeo: En el templo de Lianhua se colocaron sellos en las puertas de cada una de las salas y de las edificaciones del mismo.
Una turista que se hallaba en el lugar comentó que la clausura del Templo de Lianhua es muy extraña y lamentable ya que el mismo era muy popular. También señaló que, en la actualidad, las autoridades incluso están prohibiendo las tradicionales religiones chinas, tales como el budismo y el taoísmo, haciendo que las personas sientan que han retrocedido a la era de la Revolución Cultural.