Desde la muerte del obispo Fan Xueyan, acaecida en el año 1992, a los creyentes se les ha impedido presentar sus respetos a alguien que pasó su vida resistiendo la persecución religiosa.
Yang Xiangwen
El 13 de abril es el aniversario del fallecimiento del obispo Peter Joseph Fan Xueyan (1907-1992), excardenal de la Diócesis Católica de Baoding, en la provincia china norteña de Hebei. El obispo permaneció encarcelado por más de 30 años a causa de su negativa a romper lazos con el Vaticano y unirse a la Asociación Patriótica Católica China (APCC), lo que lo convierte en uno de los presos de conciencia con sentencias más extensas del mundo. El mismo fue nombrado obispo de la diócesis de Baoding el 12 de abril de 1951 y ordenado dos meses más tarde, convirtiéndose en uno de los últimos obispos chinos ordenados por el Vaticano antes de que China rompiera lazos con el mismo.
En noviembre de 1990, el obispo Fan desapareció y se asumió que estaba muerto. Según consta, dos años después, el 16 de abril de 1992, la policía dejó el cuerpo congelado del obispo en una bolsa de plástico fuera del hogar de sus parientes. Las autoridades afirmaron que había fallecido tres días antes a causa de una neumonía. Se descubrió que su cuerpo tenía huesos rotos y otras lesiones que podrían haber sido consecuencia de una tortura.
Desde entonces, para molestia de las autoridades, cada año, los creyentes se reunían en la tumba del obispo Fan para presentarle sus respetos. En el año 2001, el Gobierno derribó la tumba, con la esperanza de evitar que la gente la visitara, pero aún así aumentó la vigilancia en el área del 11 al 13 de abril, bloqueando las carreteras en un perímetro de 7,5 kilómetros alrededor del lugar de sepultura del obispo.
Video: agentes de policía establecieron puestos de control en el camino que lleva al cementerio donde está enterrado el obispo Peter Joseph Fan Xueyan.
Este año, dos coches de policía con cámaras de vigilancia instaladas sobre los mismos también bloqueaban la carretera, mientras que oficiales de policía interrogaban a todos los peatones que pasaban por allí, afirmando: «Si vienes a visitar a familiares, puedes continuar. Si vienes a visitar la tumba, no”. Según un feligrés local, la tumba del obispo también estaba custodiada por personal gubernamental.
Se estableció otro puesto de control en la entrada de la aldea de Xiaowangting donde vivía el obispo, y aproximadamente 20 policías con uniformes de camuflaje hacían guardia, observando a cada peatón que pasaba por allí.
El feligrés agregó que, debido al estricto control llevado a cabo por el Partido Comunista Chino (PCCh), no se atreven a visitar la tumba el día del aniversario; todo lo que pueden hacer es quedarse en su hogares y atesorar el recuerdo del difunto obispo.
“No importa cómo lo persiguió el PCCh, el obispo prefirió morir antes que rendirse. Su fe siempre ha inspirado a los leales fieles. Esto es lo que más teme el PCCh y lo que encuentra más intolerable», afirmó el creyente.
Muchos obispos pertenecientes a la Iglesia Católica Clandestina que se niegan a unirse a la APCC controlada por el Gobierno han sido y continúan siendo perseguidos, algunos incluso han pagado el mayor precio: su vida. Otros han sido sometidos a vigilancia o a arresto domiciliario a largo plazo, sin poder ejercer sus derechos episcopales.
Su situación ha empeorado luego de la firma del acuerdo entre el Vaticano y China del 2018. El Vaticano interpreta el acuerdo en el sentido de que la Iglesia Patriótica Católica y la Iglesia Católica Clandestina deben fusionarse en una organización unificada leal a Roma y al régimen chino. El PCCh simplemente exige que los sacerdotes y obispos clandestinos se unan a la Iglesia Patriótica. De una forma u otra, los disidentes que se niegan a someterse al control del PCCh son perseguidos.
El obispo Stephen Li Side, quien fuera el legítimo obispo clandestino de la Diócesis Católica de Tianjin, es uno de ellos. Fue consagrado secretamente en el año 1982, pero fue detenido dos años después y puesto bajo arresto domiciliario. Presionado por la comunidad internacional, el PCCh lo liberó más tarde, pero continuó arrestándolo de vez en cuando en el año 1991, colocando al obispo Li bajo arresto domiciliario en la Iglesia de Liangzhuangzi emplazada en una zona montañosa al norte del distrito de Jizhou, lejos del centro de la ciudad.
A simple vista, el obispo Li aún podía participar en algunas actividades sacramentales, tales como celebrar una misa y la realización de los últimos ritos para las personas. Sin embargo, todo esto fue realizado bajo control gubernamental y una estricta vigilancia. Actualmente tiene 94 años, es incapaz de cuidar de sí mismo y necesita que otros lo cuiden.