Las autoridades de Hubei están intensificando su represión contra el budismo, destruyendo templos bajo falsos pretextos y dejando a sus ancianos propietarios sin medios para sobrevivir.
Cai Congxin
Durante el año pasado, la provincia china centroriental de Hubei fue testigo de cómo numerosos templos eran sellados y demolidos por la fuerza. Los propietarios de dichos templos, así como también los monjes y monjas, son expulsados, no solo infligiéndoles daño espiritual sino también dejándolos sin hogar. Los primeros también se enfrentan a importantes pérdidas financieras. Bitter Winter continúa recibiendo diariamente nuevos informes en los que se destaca la crisis de supervivencia a la que se enfrentan los budistas en China.
La propietaria de un templo que padecía parálisis fue expulsada del mismo
El 1 de marzo, el Templo de Hongshan (literalmente, Templo de la Montaña Roja), emplazado en el poblado de Leigong, administrado por la ciudad a nivel de condado de Anlu, fue completamente destruido. El templo había sido construido en el año 1997 a un costo de 70 000 yuanes (aproximadamente 10 000 dólares) pagados por la propietaria del mismo, además de las donaciones realizadas por aldeanos locales.
El templo había sido el hogar de su propietaria durante más de 20 años. Con casi ochenta años, hace tres años que la misma es incapaz de caminar a causa de una enfermedad y depende de otros para que la cuiden. Para empeorar aún más las cosas, el pasado mes de septiembre, tres funcionarios locales de la aldea irrumpieron en el Templo de Hongshan y afirmaron que, dado que no poseía un certificado de registro de lugar de actividad religiosa, debía ser demolido. Los funcionarios agregaron que, incluso si la propietaria solicitaba tal permiso, el Gobierno no lo aprobaría, exigiéndole a la misma que se mudara del lugar.
La mujer se mostró reticente a abandonar el templo ya que no tenía a dónde ir. Las autoridades la presionaron repetidamente, amenazando con arrestar a las personas que la cuidaban si seguían yendo al templo. Al quedarse sola, la propietaria del templo padeció un sufrimiento indecible.
Dos meses después, funcionarios del Gobierno local intentaron nuevamente expulsar a la propietaria, amenazándola con enterrarla bajo los escombros cuando llevaran una excavadora para demoler el templo. El secretario de la aldea y otros funcionarios destruyeron varios objetos budistas que se hallaban dentro del templo, entre los que se incluían quemadores de incienso, lámparas de aceite y un tradicional instrumento de percusión utilizado durante los rituales, conocido con el nombre de “pez de madera».
“Esas eran las cosas que utilizaba para los servicios funerarios budistas. Todas han sido destrozadas. ¿Cómo me mantendré a partir de ahora? El Gobierno me está forzando a un callejón sin salida”, afirmó la propietaria mientras lloraba desesperada.
A mediados de noviembre, miembros del personal de la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos de la ciudad trasladaron por la fuerza a la mujer a otro templo, y tres meses y medio después demolieron su templo.
Ahorros de toda una vida perdidos
El 12 de abril, el Templo de la Tierra Pura, emplazado en el poblado de Fuchang, en la ciudad a nivel de condado de Honghu, bajo la jurisdicción de la ciudad de Jingzhou de la provincia de Hubei, fue demolido utilizando el pretexto de que el Gobierno ya había vendido los terrenos en lo que se hallaba situado.
Según testigos presenciales, esa mañana, más de diez miembros del personal del Gobierno local y matones irrumpieron en el templo. Policías armados con bastones eléctricos y esposas acordonaron el área. Los oficiales sacaron a rastras del templo a una creyente de aproximadamente setenta años, advirtiendo que cualquier persona que ingresara al mismo sería arrestada. Poco después, el templo fue convertido en un montón de escombros.
Creyentes locales revelaron que el Templo de la Tierra Pura había sido construido en el año 1996 con fondos donados por los aldeanos. El propietario octogenario del templo había residido en el mismo durante 22 años y había invertido los ahorros de toda su vida, 200 000 yuanes (aproximadamente 29 000 dólares), en el templo.
Ahora que el templo ha sido demolido, el anciano no sabe cómo vivirá el resto de su vida.
La propietaria de un templo queda endeudada
El 11 de abril, la Sala de Kwan Yin de un templo, emplazado en el poblado de Xingguo, en el condado de Yangxin, bajo la jurisdicción de la ciudad de Huangshi de la provincia de Hubei, fue demolida utilizando el pretexto de que los terrenos en los que se hallaba situada eran necesarios para la construcción de carreteras.
Según un creyente que solicitó permanecer en el anonimato, el día de la demolición, el presidente de la Asociación Budista China del condado invitó a la propietaria del templo a «hablar sobre ciertas cosas». Tan pronto como la misma abandonó el lugar, más de 100 policías especiales bloquearon las intersecciones alrededor de la Sala de Kwan Yin, y dos excavadoras fueron llevadas hasta allí para que demolieran la Sala.
Cuando la propietaria del templo regresó y vio que la Sala de Kwan Yin había sido completamente destruida, rompió en llanto.
Video: Las excavadoras están desmantelando la Sala de Kwan Yin.
La mujer no solo perdió su hogar, sino que también debe 30 000 yuanes (aproximadamente 4300 dólares) en concepto de deudas impagas, de los 500 000 yuanes (aproximadamente 72 000 dólares) que había gastado para construir la Sala, y ahora no cuenta con ingresos para pagar dicha deuda. Luego de la demolición, tuvo que mudarse a un pequeño apartamento alquilado.
Dado que el Gobierno no le proporcionó ningún tipo de compensación por la demolición de la Sala, la propietaria acudió a las autoridades para obtener una explicación, pero fue ignorada. Con la intención de presentar una demanda, la misma habló con un abogado, quien afirmó que debido a que la demolición había sido una acción llevada a cabo por el Gobierno sería inútil presentar una demanda.