El hijo de una mujer miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso viajó a Corea del Sur e instó a su madre, que viajó al extranjero, a no regresar a China, donde sería arrestada de inmediato.
Bai Shengyi
La Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT) –el nuevo movimiento religioso cristiano más grande en China– ha sido prohibida en ese país por el Partido Comunista Chino (PCCh) y está sujeta a una violenta persecución. Cientos de sus miembros han escapado a Corea del Sur, donde buscan asilo.
Uno de ellos es una mujer a la que llamaremos Tang Lu (no revelamos su verdadero nombre por razones de seguridad). Tampoco la dejan en paz en Corea del Sur. Con el fin de sabotear las solicitudes de asilo político de los miembros de la IDT en Corea del Sur, el PCCh utiliza amenazas, intimidación y otros medios para reclutar a sus familiares que residen en China. Luego los lleva a Corea del Sur y hacen manifestaciones ahí con el pretexto de “buscar a familiares” y con la intención de que los miembros de la IDT sean extraditados a China. Recientemente, el hijo de Tang Lu también llegó a Corea del Sur. Sin embargo, a diferencia de quienes forman parte de los “grupos de búsqueda de familiares” organizados por el Gobierno, el hijo de Tang Lu le dijo que, en definitiva, no regresara a casa.
Una llamada telefónica de su hijo
El 10 de mayo, una compañera creyente de la IDT, la señorita Wang, dijo a Tang Lu que su hijo le llamaba de China y que la estaba buscando. Esta fue la primera vez que Tang Lu había tenido noticias de su hijo en más de tres años después de viajar al extranjero. Debido a la fuerte vigilancia que lleva a cabo el PCCh sobre el Internet y las líneas telefónicas, Tang Lu jamás se puso en contacto con su familia por miedo a ponerlos en riesgo.
Tang Lu siempre ha guardado y atesorado una grabación de audio en la que su hijo recita poesía. Contó a Bitter Winter que, cuando se fue de su casa, no llevó consigo fotografías de su hijo por miedo a que, si era arrestada mientras pasaba por la aduana, los miembros de su familia fueran implicados. Sólo llevó con ella la grabación de audio. Durante tres años, esta grabación ha sido su más preciado tesoro, a la cual confiaba todas las preocupaciones que había en su corazón.
La preocupación de una madre
La noticia de que su hijo iría a Corea del Sur fue una agradable sorpresa para Tang Lu. Sin embargo, pronto comenzó a sentirse un tanto nerviosa. Se enteró de que la activista surcoreana pro-PCCh O Myung-ok llevaría en el futuro cercano a otro “grupo de búsqueda de familiares” a Seúl para acosar a los refugiados de la IDT. Le preocupaba que su hijo también fuera miembro del “grupo de búsqueda de familiares” controlado por el PCCh y que él tratara de obligarla a regresar a China.
Tang Lu mencionó el incidente de Zhang Fu, una correligionaria a la que conoce personalmente. Reportó a Bitter Winter que “El 18 de mayo de 2016, la esposa del hermano Zhang Fu llevó a su hijo a la isla de Jeju para buscarlo. Viajó con ellos un agente del PCCh. Por órdenes del agente, la esposa de Zhang le puso una trampa en un hotel, tomó en secreto su pasaporte, le robó su cartera, sus tarjetas de crédito y los últimos 700 000 wones (aproximadamente 580 dólares) que tenía con él, y trató de intimidarlo para que regresara a China con ella. El agente del PCCh incluso lo siguió al Aeropuerto de la Isla de Jeju y buscó secuestrarlo por la fuerza para que regresara a China. Al final, el hermano Zhang logró un emocionante escape”.
Cuando sacaba a relucir este tema, Tang Lu seguía teniendo temores persistentes. Si su hijo fuera acompañado por agentes del PCCh, ella no sabría cómo lidiar con ello.
Una reunión familiar
En la tarde del 14 de mayo, Tang Lu recibió el número de contacto de su hijo con sentimientos encontrados en su corazón. En los últimos años, había leído en los noticieros que la persecución del PCCh hacia la religión se había vuelto cada vez más severa. La IDT había sido perseguida de forma inmisericorde. Desde el momento en el que se embarcó en el camino al exilio, supo que sería difícil volver a ver a su hijo nuevamente. Ahora, de manera inesperada, su hijo venía a visitarla. Tang Lu estaba muy emocionada y, sin pensarlo dos veces, se apresuró a marcar el número de su hijo.
“Después de que mi hijo respondió el teléfono y gritó ‘mamá’ se puso a llorar”, recuerda. “Me sentí terrible por dentro y se me llenaron los ojos de lágrimas”. Tang Lu continuó consolando a su hijo y accedió a reunirse con él en las instalaciones de la IDT en Onsu, en Seúl.
“No debes regresar”
Cuando finalmente se encontraron, Tang Lu se enteró de que la visita de su hijo a Corea del Sur no había sido organizada por el PCCh. Su hijo le dijo que personal de la Brigada Nacional de Seguridad del Departamento de Seguridad Pública había estado investigando continuamente su situación y que recientemente había ido a visitarlo. Querían rastrear el paradero actual de Tang Lu y averiguar quién más de su familia cree en Dios Todopoderoso.
“Mamá, no puedes regresar a casa, pase lo que pase. Ya soy un adulto y puedo cuidar de mí mismo. Me tranquiliza ver que vives bien aquí”, dijo el hijo de Tang Lu.
El hijo también le comentó que tiene un amigo que trabaja para la Brigada de Seguridad Nacional, en la unidad que recopila archivos sobre los creyentes de la IDT que viven en el extranjero. El amigo tenía muchas fotos de miembros de la IDT que están en Corea del Sur, incluyendo de Tang Lu. La policía ya había verificado la situación de Tang Lu en el extranjero. Saben a qué iglesia asiste e incluso conocen el nombre religioso que tiene en la Iglesia.
“Todas las noticias que se publican en sitios web domésticos atacan a la Iglesia de Dios Todopoderoso. Definitivamente no debes regresar a China”, volvió a exhortarla su hijo.
Renuente a partir
La tarde en la que se separaron, Tang Lu acompañó a su hijo a la entrada del subterráneo. No derramó ni una lágrima. Ambos tenían una sonrisa en el rostro. El hijo de Tang Lu la instó una vez más a que no regresara a casa y le dijo que él se haría cargo de las cosas allá. Tang Lu también dijo a su hijo que, si la extrañaba, podía ir a Corea del Sur a verla, pero que debía tener cuidado de no ser manipulado por el PCCh y no ir como parte de los llamados “grupos de búsqueda de familiares” que organiza el Partido.