Espías en las aulas y una base de datos de estudiantes y maestros religiosos: a 15 departamentos de una universidad emplazada en la región central de China se les asignaron tareas para reprimir a los creyentes en el campus.
Cai Congxin
La Lista de responsabilidades para los departamentos y equipos de trabajo religioso fue emitida a fines del año pasado por una universidad emplazada en la región central de China. En la lista se exige que se investiguen y supervisen exhaustivamente las actividades relacionadas con la religión llevadas a cabo por profesores y estudiantes. Dirigida por la oficina del Departamento de Trabajo del Frente Unido de la universidad, en la misma se exige que la información recopilada sea utilizada para la creación de una base de datos de personas que posean creencias religiosas en el campus.
Lista de responsabilidades para los departamentos y equipos de trabajo religioso.
Según el documento, se prevén frecuentes visitas a los dormitorios estudiantiles y auditorías de clases, prestando especial atención a la «dinámica del pensamiento» de los profesores y estudiantes religiosos y a la efectiva implementación del «trabajo de transformación ideológica».
El Departamento de Investigación Científica de la universidad deberá investigar proyectos de estudio, disertaciones y publicaciones preparadas por profesores y estudiantes pertenecientes a la misma. Se deberán monitorear e investigar los foros de discusión, las presentaciones de investigación y otras actividades de intercambio académico, identificando los elementos relacionados con la religión.
El Centro de Tecnología Educativa Moderna de la universidad será responsable de investigar la información compartida en línea y de establecer un sistema de «penetración antirreligiosa» a través de la tecnología. El departamento también deberá fortalecer el monitoreo de los teléfonos móviles de los estudiantes.
El Departamento de Asuntos Estudiantiles deberá investigar el estado de las creencias religiosas de los estudiantes y tratar con estudiantes que hayan violado los reglamentos religiosos.
El Departamento de Seguridad, en cooperación con las instituciones de seguridad pública de la ciudad y de seguridad del Estado, será el encargado de tratar con los maestros y estudiantes que participen en actividades religiosas, así como también deberá participar en la represión de lugares religiosos privados situados en las inmediaciones del campus.
Por otra parte, la biblioteca deberá revisar todos los libros y publicaciones periódicas existentes en la misma y establecer un área especial para libros relacionados con la religión, la cual deberá ser administrada por personal especialmente asignado, que deberá recopilar y analizar información sobre quién y por cuánto tiempo pide prestados dichos libros. Basándose en esta información, se deberán enviar informes a la oficina del Departamento de Trabajo del Frente Unido de la universidad.
La Oficina de Asuntos Exteriores y el Departamento de Educación Internacional tienen la responsabilidad de investigar los programas de intercambio internacional, las subvenciones, donaciones y becas procedentes del exterior, y cualquier tipo de proyectos relacionados con la religión. A los dos departamentos también se les confía la supervisión de profesores extranjeros, tanto en el ámbito laboral como en sus hogares.
El Departamento de Publicidad será el encargado de las actividades propagandísticas tendientes a influir en la opinión pública sobre las religiones, mientras que el Departamento Editorial se encargará de impedir que cualquier tipo de contenido relacionado con la religión aparezca en revistas académicas publicadas por la universidad.
La Oficina de Gestión Logística de la universidad también formará parte de la lucha contra la religión, prohibiendo cualquier signo de «saudización» y «arabización» en el campus, incluidas las cafeterías.
La universidad exige «enraizar firmemente el espíritu de patriotismo» y de «amor por el Partido» en los corazones de los profesores y estudiantes mediante la expansión de la educación sobre marxismo y sobre el «Partido y el Gobierno».
El documento también exige fortalecer el trabajo de los «oficiales de información estudiantil» durante conferencias, reportando inmediatamente cualquier tipo de divulgación de información relacionada con la religión llevada a cabo por profesores.
Estos «oficiales» –espías de clase remunerados por el Gobierno– se están infiltrando en las instituciones de educación superior de China para garantizar que ni una palabra contra el régimen pase desapercibida, lo que a menudo trae como consecuencia el despido y la persecución de profesores. A través de estas y muchas otras medidas, el Partido Comunista Chino (PCCh) está eliminando todas las fuentes de disensión y pensamiento crítico de las universidades para asegurarse de que las mismas no sean infiltradas por «fuerzas occidentales hostiles», entre las que se incluyen las religiones.