Las tres décadas transcurridas desde la tragedia de Tiananmén han pasado en un abrir y cerrar de ojos, pero las escenas de los violentos actos de represión perpetrados por el PCCh se sienten tan vívidas como ayer.
Tracy Jiao
Este es el texto completo del discurso pronunciado por la autora, miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso, en el Mitin Conmemorativo de la Masacre de la Plaza de Tiananmén, celebrado el 4 de junio en el West Lawn del Capitolio de los Estados Unidos, en Washington D.C. Dicho evento fue organizado por la Victims of Communism Memorial Foundation (Fundación en Memoria de las Víctimas del Comunismo). Bitter Winter estuvo presente como uno de sus muchos anfitriones y al mismo asistieron numerosos oradores pertenecientes a diferentes creencias religiosas e inclinaciones políticas, representando a más de 20 organizaciones defensoras de los derechos humanos. Algunos políticos estadounidenses también se dirigieron a la multitud y la Sra. Nancy Pelosi (D-CA), Presidenta de la Cámara de Representantes, acudió al evento sin haber sido programada.
Hola a todos, soy una cristiana perteneciente a la Iglesia de Dios Todopoderoso. Antes que nada, me gustaría agradecer a la Fundación en Memoria de las Víctimas del Comunismo por invitarnos a ser coanfitriones de este evento.
Las tres décadas transcurridas desde la tragedia de Tiananmén han pasado en un abrir y cerrar de ojos, pero las escenas de los violentos actos de represión perpetrados por el Partido Comunista Chino (PCCh) se sienten tan vívidas como ayer. El mundo occidental ha seguido esperando que el PCCh exprese un verdadero remordimiento, reconozca su error y dé un giro hacia la democracia, o al menos admita ante las familias de las víctimas que estaban equivocados y les proporcionen una compensación. No obstante, todo ha quedado en la nada. El PCCh no sólo no ha expresado ni una pizca de remordimiento, sino que se ha vuelto aún más duro e inescrupuloso, reprimiendo y persiguiendo a demócratas y disidentes. Además, la brutal represión y persecución de los cristianos ha llegado a un punto de locura, el Gobierno aplica medidas opresivas e intenta eliminar todas las religiones.
Estas situaciones pueden hallarse por doquier en la actual China Continental. El PCCh ha confinado a más de un millón de musulmanes de Sinkiang en campos de concentración, llevando a cabo un genocidio étnico y cultural contra el pueblo uigur. Demuelen los templos budistas y taoístas, así como también iglesias y cruces, confiscan y queman Biblias, incluso manipulan las Sagradas Escrituras, expulsan a misioneros extranjeros y arrestan a cristianos. El PCCh ha puesto en marcha una serie de operaciones especiales dirigidas contra la Iglesia de Dios Todopoderoso y ha realizado más de un millón de arrestos de cristianos.
El pisoteo de los derechos humanos llevado a cabo por el PCCh ha alcanzado su punto culminante. Hacemos un llamamiento a las organizaciones defensoras de los derechos humanos y a los Gobiernos de todo el mundo para que presten especial atención a la opresión llevada a cabo por parte del PCCh contra el pueblo chino, a las familias de las víctimas de la masacre de Tiananmén, a las minorías étnicas en Sinkiang, y a los cristianos y católicos chinos. También oraremos y le pediremos a Dios que más países impongan sanciones contra el PCCh, sinceramente esperamos que un día Dios destruya a este malvado Partido que devora a su pueblo y lo masacra.