A las personas que se les revela su fe se les niegan derechos básicos, tales como el empleo y la seguridad social. Incluso sus familiares sufren tras las investigaciones llevadas a cabo por los empleadores.
por Guan Shaoqi
En el contexto de la brutal represión de las creencias religiosas a manos del Partido Comunista Chino (PCCh), las instituciones gubernamentales y las empresas estatales y privadas se están asegurando de que ninguna persona de fe trabaje en su entorno. Como consecuencia de ello, a muchas personas de fe se les niegan o pierden sus empleos.
Los empleados son exhaustivamente investigados
En el mes de abril, una empleada de limpieza de una institución gubernamental emplazada en la provincia oriental de Zhejiang fue despedida de su unidad de trabajo debido a su fe cristiana. Conociendo muy bien el alcance de la persecución en contra de las personas de fe, intencionalmente marcó la opción «sin religión» en el formulario de la encuesta religiosa que había sido distribuido por su empleador para ser archivado, razón por la cual su despido fue una sorpresa inesperada.
«Al completar el formulario, pensé que mi unidad de trabajo probablemente no me investigaría porque solo estaba realizando trabajo manual, y no me desempeñaba como funcionaria pública», explicó la creyente.
Lo que no esperaba era que su empleador verificara la información de su formulario de encuesta con la información que había tenido que completar en su hogar para el denominado certificado de revisión de antecedentes políticos. Todos los residentes se habían visto obligados a proporcionar sus datos personales, tales como nombre, número de identificación, lugar de residencia, registro, antecedentes penales y participación en organizaciones religiosas ilegales o extremistas.
Debido a que en el formulario de registro de hogar había indicado su estado de cristiana perteneciente a una iglesia doméstica, fue despedida de su empleo sin tener en cuenta que su esposo estaba gravemente enfermo y no podía trabajar, y que necesitaba desesperadamente su salario para cubrir los gastos de su tratamiento.
Un trabajador ferroviario procedente de la provincia nororiental de Heilongjiang le dijo a Bitter Winter que su unidad de trabajo les había ordenado a todos los conductores de trenes que se presentaran en las estaciones de policía de los lugares donde habían sido registrados sus hogares para obtener certificados de revisión de antecedentes políticos, a fin de probar que tanto ellos como sus familiares no poseían creencias religiosas. Sólo entonces se les permitiría ir a trabajar como de costumbre.
En China, los cuestionarios y formularios para registrar a los creyentes tienen alcance nacional y son sumamente exhaustivos, debiendo ser completados por personas de todas las religiones pertenecientes a escuelas e instituciones públicas hasta empresas y el ejército. Los empleadores están investigando exhaustivamente las creencias religiosas de los trabajadores, provocando que los creyentes se sientan nerviosos y asustados. Tan pronto como su identidad como creyentes quede expuesta, son interrogados, investigados, reprimidos e incluso despedidos de sus empleos.
En China, algunos funcionarios han afirmado que el registro de creyentes se lleva a cabo para prevenir la infiltración religiosa. «El método de presionar a los creyentes en todos los aspectos –su trabajo, parientes y seguridad social– como una forma encubierta de prohibir las creencias religiosas, puede ser definido como represión integral», comentó un infiltrado en el Gobierno.
Oportunidades de empleo restringidas en todos los aspectos
Mientras tanto, una mujer, miembro de una iglesia de las Tres Autonomías, procedente de la ciudad de Pingdingshan en la provincia central de Henán, perdió un empleo que le había costado mucho obtener solo por hacer un comentario imprudente. El pasado mes de agosto, fue contratada como gerente de dormitorio. Al enterarse de que había sido contratada oficialmente, la mujer afirmó frente al jefe de recursos humanos lo siguiente: «Creo en el Señor, nunca engaño ni estafo a los demás. Haré un buen trabajo». Para su sorpresa, fue despedida dos días después, y la razón alegada por la persona a cargo fue que el Gobierno no les permitía contratar a cristianos.
La contratación de creyentes está restringida incluso para puestos de baja remuneración, tales como limpiador de inodoros. Uno de ellos, el cual trabajaba en un parque de Pingdingshan fue denunciado ante la gerencia por escuchar himnos cristianos mientras limpiaba, y fue despedido.
Mientras tanto, el gerente de un hotel emplazado en la ciudad de Yima de la provincia de Henán se ha negado expresamente a contratar a personas de fe luego de que, el año pasado, la policía lo multara por organizar una fiesta navideña para creyentes. El mismo se sentía tan afligido por la dura experiencia por la que tuvo que pasar que prohibió el reclutamiento de cristianos para evitar cualquier tipo de persecución futura.
El 5 de septiembre del año pasado, un hospital emplazado en la ciudad de Putian, en la provincia suroriental de Fujian, emitió una Notificación sobre la intensificación de investigaciones relacionadas con creencias e infiltración religiosa. El documento exigía que todo el personal del hospital, pasantes e incluso los estudiantes que recibían capacitación estandarizada, se sometieran a investigaciones exhaustivas de sus creencias religiosas. Se exigió que los resultados fueran enviados a la oficina del hospital para la campaña «erradicar el crimen de pandillas y eliminar el mal», siendo el mismo un pretexto sumamente difundido por las autoridades chinas para reprimir y perseguir a los creyentes.
Los creyentes de los grupos religiosos prohibidos son los que más sufren
La situación de los creyentes pertenecientes a grupos que se encuentran enumerados en la lista de xie jiao es particularmente difícil. Presionadas por las autoridades y afectadas por la propaganda dirigida contra los grupos y movimientos religiosos que no son directamente controlados por el Gobierno, algunas empresas privadas tratan a los miembros de estos grupos como si fueran «terroristas» y prohíben explícitamente su contratación.
Meituan es una conocida plataforma de pedido y entrega de alimentos en línea existente en China. El principal requisito para quienes solicitan trabajo allí es la capacidad de conducir una motocicleta para poder entregar los alimentos, pero según uno de los solicitantes de empleo, el anuncio de reclutamiento de la ciudad de Shenyang, en la provincia nororiental de Liaoning, dice explícitamente que, cualquier persona que tenga vínculos con individuos de etnia uigur o con miembros de Falun Gong y de la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT) no debería postularse. Y este no es un caso aislado.
El pasado mes de mayo, empleados de una planta de energía emplazada en la provincia norteña de Shanxi se toparon con una pancarta de propaganda anti-xie jiao en la entrada principal de su lugar de trabajo, y la gerencia les ordenó que, antes de ingresar a la planta, firmaran con sus nombres en la misma. Los que se negaran a hacerlo, serían sospechosos de ser religiosos y correrían riesgo de ser despedidos.
Familiares de feligreses privados de obtener empleo
Incluso los familiares de creyentes pertenecientes a los movimientos religiosos prohibidos están perdiendo posibilidades de empleo como resultado de la política de «culpa por asociación» del PCCh.
En la provincia de Fujian, un hombre se postuló como candidato para las elecciones del comité de la aldea y facilitó su información personal. Poco tiempo después, la policía le informó que no había pasado la revisión política porque su hermana mayor era miembro de la IDT. La creencia religiosa de su hermana ya le había causado problemas en el pasado: en el año 2015, había sido seleccionado para un puesto en una empresa estatal, pero había perdido la oportunidad debido a que su revisión política había sido negativa.
Un joven que había solicitado trabajo en una estación de metro emplazada en la provincia de Zhejiang perdió una oportunidad para ser tomado en cuenta, también debido a que su madre era miembro de la IDT. Del mismo modo, la pertenencia a la Iglesia de su suegra impidió que una mujer procedente de la provincia oriental de Shandong obtuviera trabajo en un supermercado del ejército.