Las autoridades de Henán continúan amenazando y coaccionando a los creyentes para que «donen» sus lugares de culto. Solo en el mes de junio, se apoderaron de más de 11 lugares emplazados en el condado de Luanchuan.
por Xin Lu
Como parte de su campaña antirreligiosa, el Partido Comunista Chino (PCCh) ha estado obligando a las congregaciones a «donar» sus iglesias. Manipulados y coaccionados, los creyentes son obligados a entregar sus lugares de culto, mientras tanto, las autoridades afirman que los mismos han sido «voluntariamente» entregados al Gobierno. Esta práctica es frecuentemente implementada para asegurarse de que los creyentes no tengan un lugar donde retomar sus prácticas religiosas luego de que sus lugares de reunión son clausurados. Al ser amenazados con la demolición de sus iglesias, las cuales han sido construidas con dinero donado por ellos mismos, los miembros de las congregaciones no tienen más remedio que obedecer.
En la provincia central de Henán, ya han sido «donados” numerosos lugares de reunión aprobados por el Gobierno. En el mes de junio, once lugares religiosos pertenecientes a la Iglesia de las Tres Autonomías emplazados en el condado de Luanchuan, bajo la jurisdicción de la ciudad de Luoyang, en Henán, fueron víctimas de esta retorcida práctica. En la zona sólo quedan unos pocos lugares de culto protestantes.
El 4 de junio, líderes del Departamento de Trabajo del Frente Unido y de la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos del condado reunieron a sus subordinados y a miembros de los Dos Consejos Cristianos Nacionales del área para celebrar una reunión. El tema principal de la asamblea fue discutir cómo acelerar la toma de posesión de los lugares religiosos de las congregaciones que habían sido clausurados.
Los dos jefes afirmaron que, de acuerdo con las Opiniones orientadoras sobre la normalización, incremento y mejora de los estándares para el trabajo religioso en la ciudad de Luoyang, emitidas por la Agencia Provincial de Asuntos Religiosos, los Dos Consejos Cristianos Nacionales son los encargados de persuadir a las personas a cargo de los lugares de reunión desalojados para que firmen acuerdos de «donación».
Los miembros de los Dos Consejos se negaron a cooperar, afirmando que los lugares construidos con dinero donado por los creyentes son lugares para adorar a Dios. “¿Cómo podrían ser donados al Gobierno?”, preguntaron, cuestionando la legalidad de esta política impuesta a las personas religiosas. «¡La donación es algo que se hace de manera voluntaria, pero ustedes nos están obligando!».
Esto no detuvo a los funcionarios: los mismos pasaron por alto a los Dos Consejos Cristianos Nacionales y buscaron directamente a las personas a cargo de los lugares de reunión para que firmaran acuerdos de donación.
Funcionarios gubernamentales amenazaron al personal pastoral de una iglesia emplazada en el poblado de Shizimiao, afirmando: “Les damos dos opciones. La primera es darles 85 000 yuanes (aproximadamente 12 000 dólares) y tomar el control del edificio. La segunda: su iglesia será demolida en siete días”. Los miembros de la congregación afirman que el valor estimado de la iglesia es de alrededor de 700 000 yuanes (aproximadamente 100 000 dólares).
Los funcionarios amenazaron con castigar al que se atreviera a obstruir la demolición, afirmando que el proceso de toma de posesión es parte de la campaña del Gobierno central tendiente a «aniquilar el crimen de pandillas y eliminar el mal«.
Deseoso por salvar el edificio de la iglesia, la persona a cargo se vio obligada a firmar un acuerdo de donación a cambio de un precio que es casi diez veces menor que el valor real de la iglesia.
Este método es similar a la demolición forzada, causando que los creyentes pierdan su lugar de reunión y dejándolos sin poder llevar a cabo actividades religiosas.
Uno tras otro, los miembros de la congregación expresaron su dolor, afirmando que el Gobierno actual de China es corrupto y malvado. “Son completamente irracionales. ¡Se apoderan a la fuerza de iglesias, y no hay nada que podamos hacer al respecto!”, afirmaron los creyentes devastados.
Mientras tanto, un lugar de reunión perteneciente a la Iglesia de las Tres Autonomías emplazado en la aldea de Yashi fue «donado» tras una racha de coerción y engaño a manos del Gobierno.
“Esta es una política nacional. Las autoridades provinciales ejercen presión sobre todos los niveles del Gobierno. Si no lo firmas, me castigarán», le dijo un funcionario a la persona a cargo del lugar de reunión para que firmara el acuerdo de donación. Prometió que el Gobierno compensaría financieramente a la congregación o asignaría otro terreno para que puedan reconstruir el lugar.
El responsable le tomó la palabra al funcionario y firmó el acuerdo. Como era de esperar, hasta el día de hoy, la iglesia no ha recibido dinero ni nuevas tierras.
“El PCCh emplea todo tipo de métodos para erradicar el cristianismo. ¡Utilizan el poder para reprimir a las personas, no se puede razonar con ellos en absoluto!”, comentó con enojo un fiel de la iglesia.
La persona a cargo de otro lugar de reunión perteneciente a la Iglesia de las Tres Autonomías añadió que los creyentes ahora se encuentran en una situación desesperada: el Gobierno está clausurando lugares de culto, dejándolos sin lugar para congregarse, y es ilegal llevar a cabo actividades religiosas en el hogar. “Las afirmaciones del Estado de que aboga por la libertad de creencias son mentiras. ¿Cómo podemos creerles?”, preguntó el creyente mientras expresaba su total desconfianza hacia el Gobierno.