La Comisión del Congreso de los Estados Unidos para China, dirigida por el senador Marco Rubio, escuchó a expertos y testigos sobre la creciente persecución de los musulmanes uigures en Sinkiang.
Durante la semana de la Reunión para el Avance de la Libertad Religiosa, una reunión con más de 80 ministros de relaciones exteriores y alrededor de 300 expertos, organizada por el Departamento de Estado en Washington, D.C., la Comisión del Congreso de los Estados Unidos para China celebró una audiencia el 26 de julio sobre la situación de los musulmanes en Sinkiang. La audiencia fue presidida por el senador Marco Rubio y el diputado Chris Smith, y escucharon tanto a expertos como testigos uigures.
Jessica Batke, editora en jefe de ChinaFile, informó sobre las atrocidades perpetradas en los campos de “transformación por la educación” donde un millón de uigures están detenidos a causa de su fe y denunció la eficaz campaña de China para evitar o marginar discusiones en las Naciones Unidas sobre la situación de los uigures. La embajadora Kelley Currie, representante de los Estados Unidos ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC, por sus siglas en inglés), dio fe de que los Estados Unidos están impulsando la causa de los uigures ante las Naciones Unidas; pero muy pocos países están dispuestos a apoyarlos debido a presiones políticas y económicas de China. El senador Angus King comparó el actual silencio de Occidente sobre China con el silencio de 1930 sobre el Holocausto.
El historiador Rian Thum, investigador de Sinkiang en la Universidad Loyola en Nueva Orleáns, presentó evidencia fotográfica de cómo el régimen está construyendo nuevos campos de “transformación por la educación” y ampliando los existentes. También insistió en que, si todos estos campos se cerraran mañana, el problema de Sinkiang no se solucionaría. Incluso fuera de los campos, la provincia permanece en un estado policial, “el lugar más estrechamente vigilado de la tierra”, peor que Corea del Norte y solo comparable a China misma en los peores años de la Revolución Cultural.
El senador Rubio denunció enérgicamente el “cabildeo hipócrita” de grandes corporaciones estadounidenses en Washington, que presionan al gobierno para que no se involucre en la denuncia de las violaciones a los derechos humanos y la negación de la libertad religiosa en China, porque ello podría dañar sus acuerdos de negocios con el gobierno chino. Cuando estos esfuerzos logran su objetivo —dijo Rubio—, todos nos convertimos en cómplices del Partido Comunista de China. El diputado Chris Smith y el senador Rubio mencionaron una serie de grandes corporaciones estadounidenses. “No nos importa cuántos miles de millones pierdan —dijo Smith— y a cuántos importantes cabilderos (incluyendo a exlegisladores) contrate la dictadura china”. “Esto es indignante”, concluyó Rubio y propuso que se lleven a cabo acciones contra las compañías estadounidenses que vendan tecnología al gobierno chino “que después se usa para organizar estas atrocidades”.
Massimo Introvigne, editor en jefe de Bitter Winter, estuvo presente en la audiencia e hizo una breve presentación de Bitter Winter a varios importantes defensores de los derechos de los uigures en China.