El arresto y encarcelamiento de dos miembros de una familia condujeron a problemas mentales y a la muerte.
Chen Chong, de la ciudad de Xi’an en la provincia de Shaanxi, una creyente desde su niñez, nació en 1958. Se unió a la Iglesia de Dios Todopoderoso, un nuevo movimiento religioso cristiano de China, en junio de 2002. En 2014, ella y su hijo fueron arrestados por su fe y sentenciados a años de prisión. Estos eventos condujeron a la completa destrucción de la familia.
Después de las 2:00 p. m, el 9 de junio de 2014, tres oficiales vestidos de civiles irrumpieron en la casa de la familia y arrestaron a Chen Chong y su hijo, Zhang Wen, llevándolos a la estación de la policía local. El arresto fue el resultado de un soplo informando que la familia pertenecía a la Iglesia de Dios Todopoderoso.
En la estación, los oficiales ataron las muñecas de Chen Chong a un banco del tigre, un instrumento de tortura que consiste en atar con una correa las piernas extendidas del detenido y colocar ladrillos u otro material duro debajo de ellas, causándole un dolor insoportable. Hacia las 2:00 p. m. del día siguiente, la policía la interrogó exigiéndole información sobre la Iglesia. Al ver que el interrogatorio no dio ningún resultado, Chen Chong y su hijo fueron enviados a un centro de detención en la aldea de Sanyao.
En mayo de 2015, la Corte del Condado de Zhouzhi sentenció a Chen Chong a tres años de prisión y a Zhang Wen a dos años y medio por “organizar y usar una organización xie jiao (no ortodoxa) para obstaculizar el cumplimiento de la ley”. Chen Chong fue enviada entonces a la prisión de mujeres de la provincia de Shaanxi, mientras que a Zhang Wen lo enviaron a la de la ciudad de Weinán.
El esposo de Chen Chong, Zhang Hua, fue a visitar a Zhang Wen a la prisión. Ahí supo que su hijo había sido brutalmente torturado por parte de los oficiales correccionales: acostumbraban a colgarlo durante 15 días consecutivos de forma que apenas pudiera tocar el suelo con los dedos de los pies y no le permitieron comer durante tres días seguidos. Al tratar de dialogar con los oficiales, el mismo Zhang Hua fue golpeado.
Profundamente afectado por la situación de su hijo y por la brutalidad de los guardias, Zhang Hua comenzó a sufrir problemas mentales: corría por todos lados sin control, arrojando sus ropas por toda la casa; una vez se subió al techo de su casa, arrancó las tejas y las arrojó al patio. Hacia el anochecer del 22 de septiembre de 2015, en uno de sus ataques que lo hacían correr sin control, fue atropellado por un coche y finalmente murió. Las autoridades de la prisión no le informaron a Chen Chong o a su hijo que Zhang Hua había muerto. Los otros habitantes de la aldea reunieron algo de dinero para su funeral.
En el de junio de 2017, una vez que Chen Chong había terminado de cumplir su sentencia, fue liberada y devuelta a casa; solo entonces supo de la muerte de su esposo. Su hijo, después de haber sufrido torturas durante tanto tiempo e intimidación, se volvió psicológicamente inestable y parecía una persona completamente distinta de la que era antes del arresto. Más tarde desapareció sin dejar rastro y hasta la fecha no ha sido encontrado.
Las autoridades siguieron acosando a Chen Chong después de haberla liberado: la citaron muchas veces para que fuera a la estación de policía a firmar algunos documentos y la policía regularmente la llamaba para preguntarle sobre sus actividades. No pudo soportar seguir viviendo bajo constante temor y se fue de su casa.
(Todos los nombres son pseudónimos)
Informado por Yao Zhangjin