En China, la policía aterroriza a los religiosos para que se conviertan en agentes y recopilen información sobre personas que escaparon de la persecución religiosa a países extranjeros.
por Wu Haiping
En sus campañas represivas contra personas de fe, el Partido Comunista Chino (PCCh) no les rehúye a la tortura, las amenazas y los sobornos para tratar de persuadir a los creyentes que han sido detenidos para que actúen como informantes en sus iglesias, a fin de obtener información que pueda ser utilizada para reprimir a grupos y movimientos religiosos. Los mismos métodos son utilizados para reprimir a las comunidades de creyentes que han logrado huir al extranjero.
Una mujer de mediana edad, miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT), le contó a Bitter Winter cómo las autoridades habían intentado obligarla a espiar a otros feligreses actuando como agente encubierto para reunir información sobre la IDT en el extranjero. La misma solicitó que no utilizáramos su verdadero nombre por temor a represalias por parte de las autoridades, por lo que utilizaremos el seudónimo de Han Li.
Han Li recordó cómo hace algún tiempo, de camino a su hogar por la noche, dos policías vestidos de civil la agarraron y la obligaron a subir a un automóvil sin placa. Intentó luchar con los dos hombres para poder escapar, pero fue en vano. Han Li fue llevada a un hotel; un lugar donde los agentes de la ley habitualmente llevan a las personas de fe detenidas para someterlas a «transformación» mediante adoctrinamiento ideológico, interrogatorios y tortura.
«¿Quieres viajar al extranjero?», le preguntaron los oficiales a la asustada mujer. «Has solicitado un pasaporte antes, ¿verdad? Podemos ayudarte a abandonar China, pero con la condición de que nos brindes información sobre la Iglesia de Dios Todopoderoso en el extranjero, como por ejemplo dónde graban sus videos».
La Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT) es el mayor nuevo movimiento religioso cristiano chino, el cual, debido a su rápido crecimiento, ha sido considerado una amenaza para el PCCh. Fue incluido en la lista de xie jiao en el año 1995 y desde entonces se ha convertido en el movimiento religioso más perseguido de China. Bajo la implacable opresión del PCCh, algunos miembros de la IDT se han visto obligados a huir al extranjero, pero aún así, las autoridades continúan persiguiéndolos y organizando campañas para deshonrar a la Iglesia en países extranjeros mediante el uso de agentes y propaganda en línea. Según algunos creyentes de la IDT, para obtener acceso a comunidades en el extranjero, los agentes secretos del PCCh también fingen ser miembros de la Iglesia en foros en línea.
Durante el interrogatorio, Han Li descubrió que la policía la había estado siguiendo durante mucho tiempo y que desde hacía mucho tiempo había obtenido información detallada sobre ella y su familia. Uno de los oficiales le dijo que las autoridades chinas habían recopilado una gran cantidad de información sobre la IDT en el extranjero. «Hemos accedido al 30 por ciento del estado de cosas de tu Iglesia en el extranjero, necesitamos que nos ayudes a descubrir el 70 por ciento restante», le dijo el oficial a Han Li, presionándola.
Al no querer implicarse ni dañar a otros creyentes, Han Li no dijo nada. «También puedes ayudarnos en China recopilando información sobre la Iglesia», afirmaron los oficiales sin darse por vencidos. “Si conoces a algún creyente que quiera huir al extranjero, dínoslo. No temas. Mientras cooperes con nosotros, prometemos no arrestarte ni hacer nada para lastimar a tu familia, además podemos ayudarte si tienes alguna dificultad en tu vida o tu trabajo».
Han Li no quería cooperar con la policía, pero sabía que, si se negaba, la policía no la dejaría en paz y eso sería perjudicial para su familia. También sabía bien que, por regla general, muchos de los creyentes que regresan a China son perseguidos. No tuvo más remedio que fingir estar de acuerdo.
El acuerdo tentativo de Han Li satisfizo a los oficiales y gracias a ello, fue liberada. Posteriormente, organizaron reuniones con ella todos los meses, durante las cuales se le pedía que brindara información sobre la Iglesia. En algunas ocasiones, la policía le pidió que «investigara» a otros creyentes de la IDT que podrían viajar al extranjero para trabajar para ellos como agentes encubiertos. Para atraerla aún más, los oficiales prometieron pagarle a Han Li un salario mensual por ser un «agente encubierto» a tiempo completo.
Durante los últimos meses, Han Li le ha estado proporcionando información intrascendente a la policía con la esperanza de detener lo inevitable. Continuamente teme que la policía eventualmente se dé cuenta de que los está engañando y la arreste.
«Me siento particularmente asustada cuando finalizo mi día de trabajo y llego a la puerta de mi apartamento, pensando que alguien detrás de mí de repente gritará mi nombre», afirmó Han Li. «En mi hogar, temo escuchar un golpe en la puerta. Me pongo nerviosa incluso si alguien toca la puerta de mi vecino».