Después de numerosos intentos fallidos por extraditar a los solicitantes de asilo de la Iglesia de Dios Todopoderoso de Corea del Sur, las autoridades prueban suerte en otros países.
por Xiao Baiming
Debido a que enfrentan una opresión implacable, a menudo acompañada por tortura y encarcelamiento de largo plazo, algunos miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT) –el nuevo movimiento religioso cristiano chino más grande y más severamente perseguido– son forzados a huir para salvar su vida y buscar refugio en otros países. Sin embargo, no los dejan en paz, ni siquiera en el extranjero: las autoridades chinas recopilan información detallada sobre ellos, utilizan agentes encubiertos y propaganda en línea para acosarlos en los países a los que eligieron huir, mientras sus familias son monitoreadas y perseguidas en casa.
En el caso de los miembros de la IDT que han escapado a Corea del Sur, el PCCh (Partido Comunista Chino) no ha escatimado esfuerzos en montar campañas de información falsa en ese país para frustrar las solicitudes de asilo de los refugiados. En múltiples ocasiones, las autoridades también han reclutado a los familiares de los creyentes de la IDT que viven en China para que participen en falsas manifestaciones en Seúl con el objetivo de persuadir a sus parientes religiosos de que “regresen a casa”.
Las más recientes manifestaciones, orquestadas por la famosa activista surcoreana intolerante y pro-PCCh, la señora O Myung-ok, que se llevaron a cabo siguiendo un guion de las instituciones estatales de seguridad de China terminaron en fracaso el 24 de julio. El PCCh fracasó una vez más en lograr que los miembros de la IDT fueran deportados a China.
Como no tuvo suerte en Corea del Sur, el régimen del PCCh está buscando nuevas posibilidades para reprimir a la IDT. Durante el verano, las autoridades estatales de seguridad estuvieron fraguando nuevos planes para explotar los lazos familiares en un intento por deportar y arrestar a los creyentes de la IDT que buscan refugio en otros países.
Un funcionario de seguridad estatal de una ciudad en el norte de China rastreó al padre de una miembro de la IDT que había huido a Alemania y trató de coaccionarlo para que lo ayudara a traer a su hija de vuelta a China. El funcionario reveló al padre ansioso que Alemania es un país donde la libertad de fe se respeta y que no había forma de que pudieran arrestar a su hija y llevarla a casa. “La única manera es llevarlo ahí para que la inste a regresar a China”, explicó el funcionario.
El funcionario prometió cubrir todos los gastos de viaje porque el Gobierno chino asigna fondos especiales cada año para organizar que familiares de refugiados religiosos vayan al extranjero a “buscar a sus familiares”. Este año, a Alemania. Añadió que el Departamento de Seguridad Estatal tiene agentes encubiertos en Alemania y saben todo acerca de los miembros de la IDT que han huido al extranjero.
Un familiar de otro miembro de la IDT contó a Bitter Winter una historia similar. Un funcionario del Gobierno local lo buscó durante el verano y prometió cubrir todos sus gastos si cooperaba con el Gobierno y accedía a ir a buscar a su hijo, que vive en el extranjero. Después de confirmar que la Iglesia de Dios Todopoderoso es el principal objetivo del régimen para reprimir a las religiones, el funcionario prometió “llevar a su hijo de vuelta a China y reformarlo” si iba con él al país donde vive su hijo.
Después de repetidos intentos fallidos en Corea del Sur (ningún refugiado ha accedido a regresar a China) y del apoyo creciente a la causa de los solicitantes de asilo de la IDT por parte de organizaciones de derechos humanos, ¿por qué el PCCh continúa empeñando todo su esfuerzo para organizar estos “grupos de búsqueda de familiares”? Muchos testimonios de refugiados de la IDT y sus familiares prueban que el proyecto entero es un engaño: nadie está perdido y las familias con gusto seguirían viviendo juntas o visitándose si eligieran vivir en diferentes países, de no ser por las políticas de represión religiosa en China, que impiden a los creyentes vivir libremente y practicar su fe en su tierra natal.
Es evidente que la campaña de “búsqueda de familiares” tiene como propósito demostrar a las personas en China, a las personas de fe y a los disidentes, en primer lugar, que nadie tiene permitido desobedecer al PCCh, ya sea en casa o en el extranjero, y demostrar al jefe máximo que su política de represión hacia las religiones se está implementando sin trabas. En un documento confidencial, emitido por el Gobierno de una ciudad en la provincia central de Henán, que Bitter Winter expuso el año pasado, las autoridades municipales prometen reprimir a la Iglesia de Dios Todopoderoso para alcanzar la meta de “destruir sus bases domésticas y debilitar su influencia en el extranjero” durante una campaña de represión de un año porque el presidente Xi Jinping “presta mucha atención” a los esfuerzos de eliminar a la IDT.
En este documento en particular y en muchos otros, los gobiernos a lo largo de China son alentados a utilizar todos los canales de comunicación disponibles para las campañas propagandísticas en contra de la IDT y a movilizar a la sociedad y a los familiares de los creyentes para que “den información relacionada con las actividades de la Iglesia de Dios Todopoderoso y cooperen en el desarrollo de críticas contra ellos y su exposición”. Como resultado, por todas partes, en cada esquina del país, hay pancartas y avisos dirigidos a la represión de la IDT o el ofrecimiento de recompensas por reportar a sus miembros.
El documental de Bitter Winter, El largo brazo del dragón: el acoso llevado a cabo por el Gobierno chino contra los refugiados que huyen de la persecución religiosa, muestra en detalle cómo la persecución religiosa en China genera refugiados y cómo el PCCh intenta impedirles obtener asilo en otros países. La película también habla acerca de los “compañeros de viaje” del PCCh que cooperan con las agencias de inteligencia y los servicios de seguridad de China para regresar a los refugiados a ese país.
En realidad, tan pronto como los miembros de la IDT son deportados, la prisión se convierte en su nueva casa. Zhao Xueliang, que fue extraditada de Alemania el 31 de agosto del año pasado, es un ejemplo. Nadie ha sabido nada de la señora Zhao desde que fue llevada de vuelta a Pekín.
Otra miembro de la IDT, la señora Wang Aixian, huyó de la persecución del PCCh para buscar asilo en Suiza. En marzo de 2017 fue deportada a China después de que su solicitud de asilo fue rechazada. El 7 de octubre de ese año, las autoridades la arrestaron y la sentenciaron a tres años de prisión. Sigue cumpliendo su sentencia. Muchos otros miembros de la IDT también han sido arrestados y detenidos, incluso, brutalmente torturados después de regresar a China.
Bitter Winter también ha recibido informes de que familiares de algunos creyentes de la IDT que habían huido a Japón también habían sido hostigados y persuadidos por el PCCh para que “fueran a buscar a sus parientes” en Japón.