La frenética campaña del PCCh para demoler estatuas budistas situadas al aire libre ha dado lugar a otro extraño espectáculo. Las esculturas religiosas en los cementerios también son destruidas.
por Yao Zhangjin
Bajo la desenfrenada campaña del Partido Comunista Chino (PCCh) tendiente a erradicar grandes íconos budistas situados al aire libre, en Jiangyou, una ciudad a nivel de condado de la provincia suroccidental de Sichuan, la estatua de Nanhai Kwan Yin (o Kwan Yin de los Mares del Sur), la diosa de la misericordia en el budismo chino, fue sustituida por una gran escultura de una tetera.
Según un empleado del área escénica de Zhonghua Dongtian donde se encuentra la estatua, para cumplir con el objetivo de la campaña nacional tendiente a demoler estatuas situadas al aire libre, el PCCh utiliza satélites para ubicarlas. Y así fue como el Gobierno provincial de Sichuan detectó la estatua de Nanhai Kwan Yin. Se ordenó su eliminación y, en el mes de julio, se construyó una tetera con dragones en su lugar.
«Beber té es parte de la cultura tradicional china», explicó el empleado, «y los dragones representan que el pueblo chino se identifica como descendiente de los mismos. La tetera no es una estatua religiosa, por lo que el Gobierno no la va a demoler por la fuerza».
El reemplazo de estatuas en Sichuan es otro «logro» de la campaña del PCCh tendiente a frenar la propagación de la religión en China mediante la eliminación de íconos religiosos. Bitter Winter había informado anteriormente que, para evitar que fuera demolida, fue instalada la cabeza de Confucio en el cuerpo de una estatua de Kwan Yin situada en la provincia oriental de Shandong, mientras que una estatua de Kwan Yin situada en el área escénica del Monte de Jiuhua, en la provincia nororiental de Liaoning, fue modificada y convertida en una estatua de Chang’e –la diosa de la luna en la mitología china.
Ni siquiera las estatuas religiosas situadas en los cementerios escapan de este destino. En el cementerio de Longfeng de la provincia de Hebei, una estatua de bronce de casi 18 metros de altura de Maitreya sentado –el “Buda del futuro” que se cree que aparecerá en la tierra algún día– fue demolida el 26 de febrero.
En el mes de mayo, una enorme estatua de Buda situada en un cementerio de la ciudad de Ulanqab en la Región Autónoma de Mongolia Interior fue desmantelada por la fuerza. Construida en el año 2013 a un costo de más de 10 millones de yuanes (alrededor de 1 400 000 dólares), la estatua medía 22 metros de altura. La persona a cargo del cementerio creía que una estatua de Buda en el lugar podría proporcionarles a los familiares y amigos de los difuntos una sensación de tranquilidad y consuelo espiritual. Pero, a las autoridades chinas no pareció importarles eso. Gastaron una considerable suma de dinero para desmantelar la estatua alegando que «las estatuas religiosas no están permitidas en lugares no religiosos».
Según fuentes locales, para evitar que la estatua fuera demolida, el director del cementerio la ocultó, pero las autoridades locales afirmaron que la orden de desmantelarla provenía de un nivel superior del Gobierno, y que, si no era derribada, perderían sus trabajos. Los mismos añadieron que el que obstruyera la demolición sería castigado y considerado «delincuente de pandillas y fuerza del mal«; un popular pretexto utilizado por el PCCh para reprimir lugares religiosos y personas de fe.
En el mes de abril, el Departamento de Trabajo del Frente Unido local ordenó derribar dos grandes estatuas budistas del cementerio de Shengquan, situado en el distrito de Jin’an de Fuzhou, capital de la provincia suroriental de Fujian: una estatua de “Kwan Yin derramando gotas de agua” de 21 metros de altura y una estatua de Kṣitigarbha, un bodhisattva (un ser en el camino hacia la iluminación al que a menudo se le pide que guíe y proteja a los niños fallecidos) de 15 metros de altura.
Con la esperanza de salvar las estatuas, la persona a cargo del cementerio negoció con el Gobierno local para que le permitieran esconderlas construyendo montañas artificiales fabricadas de hormigón armado.
A fines de julio, cuando Bitter Winter visitó el cementerio, el «proyecto de remodelación», que, según un empleado del cementerio costará más de un millón de yuanes (alrededor de 140 000 dólares), estaba en pleno apogeo. Una montaña artificial ya ocultaba la estatua de “Kwan Yin derramando gotas de agua” y el trabajo sobre la estatua de Kṣitigarbha acababa de comenzar.
El empleado afirmó que, a pesar de todos los esfuerzos y el dinero gastado, sigue siendo incierto si las estatuas serán salvadas de la demolición. «Si el Gobierno central no las aprueba, serán demolidas», añadió. «Afirmar que el cementerio no es un lugar religioso solo es una excusa. El Partido Comunista no permite que el pueblo crea en el budismo ni en ninguna otra religión. Desde que Xi Jinping llegó al poder, se ha impuesto un control mucho más estricto sobre los asuntos religiosos. El mismo quiere eliminar todas las creencias religiosas para que el pueblo solamente siga al Partido Comunista».