Los líderes tibetanos se reúnen en Dharamshala y le advierten al mundo que el PCCh designará una falsa reencarnación del actual dalái lama cuando éste muera.
por Massimo Introvigne
El 5 de octubre, concluyó en Dharamshala, India, la 3.a Asamblea General Extraordinaria del pueblo tibetano. La reunión fue convocada por el Kashag, es decir, el Gobierno tibetano en el exilio y el parlamento tibetano en el exilio. El núcleo de la reunión estuvo conformado por un asunto urgente: el plan desarrollado por el Partido Comunista Chino (PCCh) para designar un nuevo dalái lama falso controlado por Pekín cuando muera el actual 14.o dalái lama, quien tiene 84 años y padece algunos problemas de salud.
Bitter Winter había informado anteriormente sobre la extraña Orden nro. 5 del año 2007, una regulación china que atribuye al PCCh el derecho exclusivo de designar qué lamas budistas están autorizados para reencarnar, de controlar el proceso que tiene como objetivo identificar las reencarnaciones y autentificar dichas reencarnaciones como genuinas. Que un partido ateo se haya puesto a cargo de la reencarnación fue una cuestión sumamente ridiculizada en Occidente, pero el objetivo político de la medida era sumamente serio. Los lamas reencarnados ocupan los más altos roles jerárquicos en el budismo tibetano (y mongol). Los monjes sobrevivientes que fueron reconocidos como reencarnaciones de altos lamas fallecidos antes de la invasión del Tíbet por parte de China, son, todos, ancianos. A medida que vayan muriendo, uno tras otro, el PCCh quiere seleccionar a sus sucesores mediante la identificación de varones jóvenes que serán proclamados como sus reencarnaciones y educarlos para convertirse en marionetas leales al PCCh.
El PCCh hizo esto con el 11.o panchen lama, la más alta autoridad de la escuela Gelug de budismo tibetano después del dalái lama. El décimo panchen lama murió en 1989, y en 1995 el actual dalái lama reconoció su reencarnación en un niño de seis años llamado Gedhun Choekyi Nyima. El niño fue secuestrado por el Gobierno chino y no se sabe nada del él desde entonces, a pesar de que tanto el PCCh como el dalái lama afirman que está vivo. El PCCh procedió a reconocer a Gyaincain Norbu, de 5 años, quien fue preparado para convertirse en el onceavo panchen lama patrocinado por el PCCh y una de las voces oficiales del budismo leal al PCCh en China. Es un panchen lama falsificado, pero que recorre el mundo y fue recibido como el auténtico por organizaciones y países que no pueden decir que no a China.
Desde la controversia relacionada con el panchen lama acaecida en el año 1995, quedó claro que el objetivo final del PCCh era instalar un dalái lama propio tras la muerte del 14.o dalái lama. En la actualidad, la Asamblea General, a la que asistieron 340 delegados de la diáspora tibetana procedentes de 24 países, advirtió que los planes del PCCh están listos, al igual que los adeptos de Pekín en todo el mundo. Cuando el actual dalái lama muera, el PCCh identificará rápidamente una reencarnación de su propia elección.
De hecho, tal y como señaló la Asamblea General, ya se están realizando esfuerzos para persuadir a la India, donde reside el actual dalái lama, para que acepte al 15.o dalái lama, el cual será seleccionado por el PCCh. Los «expertos» chinos ya le han advertido al Gobierno indio que, «si el Gobierno chino reconociera al [sucesor] legal del dalái lama y el Gobierno indio se negara a reconocerlo, dicho accionar daría lugar a una gran diferencia política que afectaría las relaciones entre China y la India. Dado que la reencarnación del dalái lama es un asunto sumamente importante para China, ningún amigo de China interferiría ni se entrometería en este asunto con China». El Dr. Lobsang Sangay, presidente de la Administración Central Tibetana en el exilio, le dijo a la Asamblea General que «China amenaza continuamente a la India para que no interfiera en la selección del próximo dalái lama. Si pueden amenazar a una superpotencia emergente como la India, entonces imagínense el alcance de su autoridad sobre otras naciones pequeñas”.
Hasta ahora, solo un país parece decidido a oponer resistencia contra la selección del Gobierno chino de un falso dalái lama. En Estados Unidos, en septiembre de 2019, el congresista estadounidense James McGovern (D-MA) y el senador estadounidense Marco Rubio, presidente y copresidente, respectivamente, de la Comisión Ejecutiva del Congreso bipartidista sobre China (CECC) presentaron la Ley de Política y Apoyo Tibetana de 2019 (HR 4331 y S.2539), una legislación tendiente a actualizar y fortalecer la Ley de Política Tibetana del 2002. El proyecto de ley establece que la interferencia del PCCh en las decisiones relativas a la reencarnación del dalái lama equivaldría a una violación de las libertades religiosas fundamentales de los budistas tibetanos y del pueblo tibetano. Además, exige la aplicación de sanciones contra cualquier funcionario del Gobierno chino que sea cómplice en la identificación e instalación de un decimoquinto dalái lama falso y que ninguna institución pública estadounidense reconozca a esta seudoreencarnación controlada por el PCCh como el verdadero dalái lama.
No obstante, otros países e instituciones budistas podrían carecer de la independencia y los recursos suficientes para oponer resistencia contra China, a menos que se inicie ya una campaña global de opinión pública contra el plan del PCCh de instalar un 15.o dalái lama falso y la misma gane el impulso suficiente.