El obispo auxiliar de la diócesis de Mindong, Guo Xijin, volvió a ser intimidado para unirse a la Iglesia Patriótica, y los lugares de culto rebeldes están siendo clausurados.
por An Xin
A pesar de que las directrices pastorales del Vaticano del 28 de junio establecen que la decisión de los sacerdotes y obispos que se niegan a unirse a la Iglesia Patriótica Católica debe ser respetada, el Partido Comunista Chino (PCCh) continúa intimidando, hostigando, amenazando y encarcelando a los objetores de conciencia y clausurando por la fuerza a las iglesias que se niegan a someterse a su control.
El obispo Guo Xijin fue nuevamente amenazado
Mons. Guo Xijin, obispo auxiliar de la diócesis de Mindong, en la provincia suroriental de Fujian, se ha convertido en blanco de las persecuciones gubernamentales desde que firmó una solicitud de adhesión a la Asociación Patriótica Católica China (APCC) luego de que las autoridades acordaran modificar su texto, pero posteriormente se retractó de su firma. El 29 de junio, el Gobierno asignó personal para vigilar al obispo Guo y a todos los sacerdotes de la diócesis que no habían firmado la solicitud. El obispo fue repetidamente presionado para unirse a la APCC, amenazado con ser catalogado de «obispo ilegal» y castigado.
El 6 de septiembre, el Departamento de Trabajo del Frente Unido local convocó una vez más a Mons. Guo Xijin para forzarlo a unirse a la APCC. Los funcionarios del departamento amenazaron con eliminar 14 íconos del viacrucis y la estatua del Sagrado Corazón de Jesús en su aldea natal de Xiyin bajo la jurisdicción de la ciudad de Fu’an, en Fujian, si se negaba a hacerlo. Al mismo tiempo, el sacerdote de la iglesia católica de la aldea también fue presionado para unirse a la APCC. Tanto el obispo como el sacerdote se negaron a hacerlo.
Un sacerdote perteneciente a la diócesis de Mindong le dijo a Bitter Winter que queriendo sacar provecho de la influencia del obispo Guo para obligar a más católicos a ingresar a la Iglesia Patriótica Católica, los funcionarios le ofrecieron al obispo mudarse a la residencia obispal emplazada en la ciudad de Ningde, pero Mons. Guo volvió a negarse. Enfurecido ante su desafío, el Gobierno está intensificando los esfuerzos para obligarlo a unirse a la APCC.
No solo los obispos y otros miembros del clero son reiteradamente intimidados y hostigados, sino que el Gobierno también presiona a los católicos regulares. Un feligrés procedente de Ningde le dijo a Bitter Winter que cuando el sacerdote de una iglesia que no está sometida al control gubernamental se enfermó, el PCCh aprovechó la oportunidad para reemplazarlo por un sacerdote perteneciente a la APCC. La congregación protestó, negándose a asistir a la misa presidida por el sacerdote aprobado por el Estado.
Las protestas de los miembros de la iglesia fueron inmediatamente reprimidas por el Gobierno: los funcionarios del Gobierno local presionaron al administrador de la iglesia para que les prohibiera a los miembros de la congregación abandonar la ciudad para asistir a misa.
Lugares religiosos clausurados por negarse a unirse a la APCC
El 4 de agosto, una iglesia emplazada en la arquidiócesis de Fuzhou, situada en el distrito de Cangshan de la capital de Fujian, fue clausurada luego de haber servido a los creyentes durante más de una década por haberse negado a formar parte de la APCC. La razón oficial dada por el Gobierno fue que había violado las normas de seguridad contra incendios.
A fines de julio, una iglesia emplazada en el condado de Zhaozhou de la ciudad de Daqing, en la provincia nororiental de Heilongjiang, fue clausurada por «no poseer licencia».
Una iglesia emplazada en el poblado de Dayangshu, en la Bandera Autónoma de Oroqen de Mongolia Interior, fue clausurada a fines del año pasado. El 15 de agosto, al no contar con un lugar donde practicar su fe, aproximadamente 100 miembros de la iglesia celebraron la asunción de la Virgen María a los cielos en la cima de una montaña.
A principios de abril, más de 30 funcionarios de la oficina del subdistrito de Raozhou del condado de Poyang, en la provincia suroriental de Jiangxi, allanaron una iglesia católica y ordenaron su clausura, afirmando que se trataba de un «lugar de reunión privado» no autorizado.
Pero esta puede no ser la verdadera razón de la represión. La encargada del lugar le dijo a Bitter Winter que, mientras clausuraban la iglesia, los funcionarios la amenazaron, afirmando que ser miembro de una iglesia que no está controlada por el Estado significa ser leal al papa romano. Aparentemente, los mismos desconocen que, en virtud del acuerdo firmado entre el Vaticano y China en el año 2018, incluso la APCC debería reconocer el derecho final del papa a nombrar formalmente obispos para la Iglesia católica en China, aun cuando los mismos deban ser seleccionados de conformidad con el PCCh.
«Está prohibido creer en el Dios de los extranjeros. Si vas a creer, debes creer en el catolicismo ‘sinizado’», proclamaron los funcionarios. “No puedes organizar reuniones, si en un lugar hay más de tres personas reunidas, todos serán arrestados».
«El PCCh tiene como objetivo eliminar todas las iglesias que no controla», comentó un anciano católico procedente de Raozhou. “Xi Jinping es capaz de cualquier cosa, incluso ha alterado la Constitución. En la actualidad, la Iglesia se enfrenta a una calamidad, hemos vuelto a los días de la Revolución Cultural».