El Partido Comunista Chino está intensificando sus esfuerzos para inspeccionar iglesias vinculadas con el extranjero en todo el país, registrando y vigilando a los creyentes para luego implementar medidas represivas coordinadas.
por Wu Haiping
En el mes de julio, el Gobierno de un poblado bajo la jurisdicción de la ciudad de Huadian, en la provincia nororiental de Jilin, les ordenó a las administraciones de cada aldea bajo su autoridad que investigaran y determinaran si había surcoreanos en los grupos cristianos locales.
«Esta investigación está dirigida a los cristianos, con el fin de asegurar que misioneros extranjeros no influyan en los grupos religiosos», le reveló a Bitter Winter un funcionario de una de las aldeas. «Todos los días tenemos que informar los resultados de nuestra investigación a la estación de policía».
Los funcionarios de las aldeas han recibido formularios especiales que deben ser rellenados con información relacionada con los casos detectados de «infiltración cristiana extranjera» y cómo han sido manejados.
El 18 de septiembre, tres oficiales de policía irrumpieron en una iglesia emplazada en la ciudad de Meilhekou, en Jilin, la cual había sido construida con donaciones provenientes de surcoreanos. Interrogaron a los miembros de la congregación uno por uno, y les preguntaron si había algún surcoreano en su iglesia. «Si descubren que a la iglesia han asistido surcoreanos, los arrestarán», explicó un anciano miembro de la iglesia.
De conformidad con los dispuesto en el Plan de trabajo de la operación especial para investigar y lidiar con la infiltración cristiana extranjera según la ley, adoptado conjuntamente por el Departamento de Trabajo del Frente Unido y el Ministerio de Seguridad Pública a principios de este año, se han puesto en marcha en todo el país investigaciones de reconocimiento y operaciones represivas similares.
Según el documento, los grupos religiosos con afiliaciones extranjeras deben ser investigados de acuerdo con parámetros específicos: sus antecedentes, entornos organizativos y miembros, sucursales y lugares de actividad en China, contactos, así como también la escala y el alcance de las actividades en China, información sobre iglesias cristianas domésticas afectadas, lugares de reunión y creyentes, evangelización en línea, información sobre fondos, operaciones «ilegales», e información sobre si alguna de las iglesias procedentes de Corea del Sur clausuradas han reanudado sus actividades en China.
El Gobierno incluso ha establecido una «base de datos de trabajo de resistencia contra la infiltración cristiana extranjera» para registrar y controlar la situación en los grupos religiosos vinculados con el extranjero.
En el mes de junio, en un condado de la provincia oriental de Shandong, el grupo líder de «trabajo del Frente Unido» emitió un documento en el cual se exigía recopilar información de inteligencia sobre los movimientos religiosos vinculados con el extranjero y adoptar «enfoques oportunos para tratar con ellos».
A principios de julio, la Oficina de Asuntos Religiosos local les exigió a varias comunidades de la ciudad de Jixi, en la provincia nororiental de Heilongjiang, que investigaran en secreto las congregaciones de las iglesias surcoreanas emplazadas en la localidad. Según un funcionario local, los objetivos de las investigaciones han sido determinados en base a una lista proporcionada por el Gobierno de nivel superior.
En el mes de junio, más de 40 creyentes de iglesias domésticas de la ciudad de Hejin, en la provincia norteña de Shanxi, fueron arrestados e interrogados porque se sospechaba que su iglesia estaba vinculada con Corea del Sur.
En la mañana del 28 de agosto, más de 80 creyentes de una iglesia de la Misión Buenas Nuevas con sede en Corea del Sur, emplazada en la provincia norteña de Hebei, estaban celebrando una reunión cuando seis policías allanaron la iglesia. La policía afirmó que debido a sus lazos con Corea del Sur tenían prohibido continuar celebrando reuniones, ya que las mismas eran consideradas «reuniones ilegales».
La policía registró la información de identidad de los creyentes y les tomó fotos. La persona a cargo de la iglesia fue interrogada sobre el paradero del dinero de la iglesia. Como resultado de la operación, cuatro pastores locales fueron detenidos durante cinco días por «participar en infiltración de organizaciones extranjeras».
«En el mundo, muchas personas creen en Jesucristo, pero los líderes chinos no lo reconocerán. Siempre proclaman que la gente debería creer en el cristianismo ‘sinizado’, pero de hecho, el propio Xi Jinping solo quiere ser Dios», afirmó con ira un anciano creyente.
El 15 de junio, funcionarios del distrito de Didao de la ciudad de Jixi allanaron una iglesia doméstica emplazada en el área, alegando que estaba relacionada con Corea del Sur porque el predicador de la misma había estudiado allí, y arrestaron al predicador y a seis feligreses.
En el mes de septiembre, el Gobierno de un condado de Xiangyang, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia central de Hubei, emitió una orden, exigiendo intensificar los esfuerzos para prevenir la «infiltración religiosa extranjera», resistiendo especialmente la influencia de grupos cristianos surcoreanos en zonas rurales y escuelas.