Durante el 70 aniversario de la China comunista, para mostrarle su lealtad al régimen, los maestros budistas se vieron obligados a cantar canciones patrióticas, y a las monjas se les exigió bailar.
por Wang Yichi
El 1 de octubre, aniversario de la República Popular China, un maestro budista del Templo de Guanshen emplazado en el poblado de Liangbei, bajo la jurisdicción de la ciudad de Yuzhou, en la provincia central de Henán, lideraba su congregación gritando consignas patrióticas tales como: “Ama a tu país, ama a tu religión. No olvides tu intención inicial. Construyamos juntos el sueño chino».
Video: Para celebrar el Día Nacional, en el Templo de Guanshen se organizó una ceremonia de izamiento de la bandera.
Para honrar el izamiento de la bandera nacional, los creyentes se reunieron alrededor del asta de la bandera, agitando versiones en miniatura de la misma y cantando el himno nacional.
Un budista local dijo a Bitter Winter que más de 100 personas participaron en la celebración, incluidos funcionarios de la Agencia de Asuntos Religiosos y de la Asociación Budista de la ciudad, así como también monjes y monjas pertenecientes a ocho templos diferentes.
Tras la ceremonia, siguiendo instrucciones de funcionarios de la Agencia de Asuntos Religiosos, los creyentes gritaron: “¡Viva la patria! Amitabha [el buda de la familia del loto]”, y comenzaron a cantar canciones patrióticas.
Video: Durante las celebraciones del Día Nacional, a un maestro budista se le exigió cantar una canción patriótica.
Durante la celebración, un maestro budista interpretó la canción «Mi corazón chino», mientras que 16 monjas con vestidos cian bailaban al ritmo de la canción «La bandera china».
Video: 16 monjas bailaron una canción patriótica.
«Bajo la tiranía del Partido Comunista Chino (PCCh), los budistas, que solían disfrutar de una vida pacífica, se han visto obligados a vivir una situación sumamente incómoda. Los maestros ya no son maestros, y los monjes ya no se ven como monjes», afirmó con ira un budista local de edad avanzada. «Con el tiempo, la doctrina budista tradicional desaparecerá gradualmente».
El 26 de septiembre, el Templo de Jinxiang, emplazado en el distrito de Yindu de la ciudad de Anyang, en Henán, también organizó un evento cultural para celebrar el 70 aniversario. En el templo, un creyente suplicó que se le permitiera cantar una canción budista, pero los funcionarios gubernamentales se negaron, alegando que «todas las canciones budistas están prohibidas, y solo están permitidas las canciones que defienden al Partido».
«No tenemos opción. Si nos negamos a participar en tales representaciones no pasaremos nuestra revisión estatal, la cual tenemos que pasar regularmente, y no se nos renovará nuestra licencia», le dijo más tarde el mismo creyente a Bitter Winter, mientras explicaba las políticas religiosas represivas de China. Añadió que no poseer licencia significaría el fin del templo, ya que los lugares religiosos no están autorizados a organizar ningún tipo de actividad sin ella.
Forzar a los religiosos a jurarle lealtad al Partido Comunista ha sido una de las estrategias cruciales implementadas por el régimen para mantener su poder. El 5 de septiembre, la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos de la ciudad a nivel de condado de Lushan, administrada por la ciudad de Jiujiang, en la provincia china oriental de Jiangxi, emitió un documento en el que se le exigía a todos los grupos religiosos de la ciudad celebrar el 70 aniversario.
Documento emitido por la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos de Lushan.
Según el documento, las personas de fe deben «aceptar el bautismo rojo». Se les exige «ofrecer flores en los monumentos a los héroes revolucionarios, conmemorar sus grandes logros, y mostrar el máximo respeto y sentimientos hacia los mártires». También se les exige «alabar los grandes cambios llevados a cabo en China», cantando y redactando composiciones para «expresar los sentimientos patrióticos del ámbito religioso, manteniendo la intención inicial, teniendo en cuenta la misión y siguiendo siempre y de forma unánime al Partido en la misma dirección».
El 21 de septiembre, durante una celebración del Día Nacional en el Templo de Wanshan de la ciudad de Lushan, a la que asistieron más de 40 participantes, entre ellos, funcionarios del Gobierno provincial, los monjes y monjas del templo tuvieron que jurarle lealtad al Partido y al país.