Todos los libros y materiales impresos no aprobados por el régimen son confiscados, y la publicación y distribución de publicaciones religiosas se encuentra prohibida.
por Sun Kairui
A partir de abril de 2018, el Gobierno chino prohibió la venta de Biblias y otros materiales religiosos que no estén sancionados por el régimen y comenzó a clausurar las tiendas que los venden. Desde entonces, las personas de fe solo pueden comprar textos religiosos de organizaciones estatales, mientras que las medidas de censura de dichos textos se endurecen como parte de la campaña nacional tendiente a «erradicar la pornografía y las publicaciones ilegales«.
Los libros religiosos provenientes del extranjero, las revistas e himnarios publicados por imprentas que no estén aprobadas por el Estado, e incluso los folletos evangelizadores han sido incluidos en la lista de materiales a ser confiscados, y a las personas se les prohibió tenerlos en su poder bajo amenaza de castigo.
En el mes de octubre, la policía investigó al predicador de una iglesia doméstica por haber comprado en línea hace tres años un libro cristiano publicado por una editorial estadounidense. El mismo fue tratado como si fuera un criminal: los policías le tomaron fotos y recogieron sus huellas digitales, y no solo su libro fue confiscado, sino que también se inspeccionaron los datos de su teléfono móvil. Se le advirtió al mismo que no comprara materiales religiosos que no estuvieran aprobados por el Estado.
“La policía lo localizó tras investigar sus actividades en línea. Tal monitoreo de las compras realizadas por los ciudadanos en internet está sumamente extendido en China”, le explicó a Bitter Winter una fuente infiltrada en el Gobierno.
En el mes de septiembre, la policía local arrestó a una pareja procedente de la ciudad a nivel de prefectura de Taizhou, en la provincia oriental de Zhejiang, que estaba acusada de vender literatura religiosa importada de Hong Kong, Taiwán, Estados Unidos y otros países.
Según un infiltrado en el Gobierno, tras el arresto, los oficiales de seguridad pública localizaron a todos los compradores en el país a los que la pareja les había vendido materiales religiosos. Los mismos confiscaron todos los libros y hablaron con todos los compradores a fin de recopilar información para futuras investigaciones. Incluso personas que vivían en otras provincias, tales como Henán, y les habían comprado libros a la pareja hacía dos años fueron detenidas para ser interrogadas.
“Estos eran libros regulares sobre religión, publicados por editoriales u organizaciones procedentes del extranjero, por ejemplo, A Kernel of Wheat Christian Ministries de Estados Unidos. Pero al ser la causa de las investigaciones, fueron confiscados”, afirmó con preocupación el predicador de una iglesia doméstica. “Desde el año pasado, el régimen ha estado intensificando su control sobre la fe de las personas y prohibiendo las publicaciones no aprobadas por el Gobierno de varias religiones, entre las que se incluyen el cristianismo, el islam y otras. Incluso están revisando la Biblia. Pronto, ningún libro podrá llegar a China continental».
Bajo la política de alta presión del Partido Comunista Chino, los periódicos religiosos también están luchando por sobrevivir. El editor de una revista religiosa que solicitó permanecer en el anonimato le dijo a Bitter Winter que, en la actualidad, lanzar una publicación religiosa es considerado un delito grave en China. “Solo los que hayan sido censurados por el Gobierno están permitidos. Incluso entonces, muchos temas están prohibidos en sus páginas, como, por ejemplo, los casos de remoción de cruces de las iglesias”, añadió el editor. «Desde que Xi Jinping asumió el poder, el control ejercido por el Gobierno sobre este campo se ha intensificado de manera colosal».
Al ser presionadas por el Gobierno, muchas publicaciones han sido descontinuadas. El Spring Rain News, un periódico fundado por la Iglesia Adventista del Séptimo Día en octubre de 2014, fue reprimido el año pasado durante una campaña nacional, dando como resultado su clausura y el arresto de sus suscriptores.
El periódico católico Breeze, publicado por la Diócesis de Ningjin en la provincia norteña de Hebei, se vio obligado a cesar sus publicaciones en octubre de 2018. Distribuido principalmente entre los miembros de las congregaciones de la diócesis, cada número tenía una tirada de alrededor de 10 000 copias.
The Ark fue fundado por una iglesia de las Tres Autonomías de Nanping, una ciudad de la provincia suroriental de Fujian, en el año 1994. Inicialmente, el periódico era distribuido en el distrito de Yanping de Nanping, con una tirada de aproximadamente 1000 ejemplares. Posteriormente, la cantidad de lectores aumentó, su tirada superó los 100 000 ejemplares y el mismo comenzó a ser distribuido en más de 20 provincias y ciudades.
El periódico había recibido todos los permisos gubernamentales necesarios. De todos modos, en el año 2015, las autoridades ordenaron la suspensión del mismo, alegando que se trataba de «una publicación ilegal» y que «su tirada era demasiado alta». Los funcionarios incluso amenazaron con arrestar al personal pastoral si sus órdenes eran ignoradas.