Dos jóvenes de etnia kazaja pudieron escapar del arresto y la tortura a la que fueron sometidos en China e ingresar a Kazajistán, pero corren peligro de ser enviados de regreso allí, afirma su abogada Lyazzat Akhatova.
por Massimo Introvigne
Bitter Winter ha informado ampliamente sobre los musulmanes de etnia kazaja en China. Miles de ellos se encuentran detenidos en los temidos campamentos de transformación por medio de educación. Algunos logran escapar y huir a Kazajistán, donde la opinión pública está en gran medida a su favor, pero el Gobierno es fuertemente presionado por China para que no les otorgue la condición de refugiados. Un ejemplo de ello fue Sayragul Sauytbay, una joven madre de etnia kazaja cuya deportación a China fue detenida gracias a los esfuerzos de la abogada Ayman Umarova. No obstante, Sauytbay no se sintió segura en Kazajistán y finalmente se mudó a Suecia.
El 1 de octubre de 2019, el drama de Sayragul Sauytbay se repitió una vez más. Dos jóvenes de etnia kazaja, Kaster Musakhan y Murager Alimuly, lograron escapar de Sinkiang y cruzar la frontera de Kazajistán cerca de la aldea de Shilikti. Posteriormente viajaron a Almaty y solicitaron asilo en Kazajistán. Al igual que Sauytbay antes que ellos, fueron acusados del delito de cruzar ilegalmente la frontera, el cual según la ley kazaja puede ser castigado con la deportación a su país de origen. China comenzó a presionar a Kazajistán para poder recuperarlos, y su situación sigue siendo precaria. Nuevamente, al igual que sucedió con Sauytbay, están avergonzando al Partido Comunista Chino (PCCh) al publicar videos donde afirman que los campamentos de transformación por medio de educación no son «escuelas» sino atroces cárceles y describen sus experiencias en las que fueron repetidamente torturados.
En los videos, Alymuly, de 25 años, afirmó que es sumamente fácil ser enviado a los campamentos para musulmanes kazajos de Sinkiang. «Pueden enviarte a la cárcel por usar una tubeteika [una gorra kazaja tradicional]». Alimuly añadió que, «la última vez que me arrestaron fue en septiembre. Esposaron mis manos y piernas, me sentaron en una silla de hierro y me torturaron durante 24 horas». Musakhan, de 30 años, declaró que había pasado un total de cuatro años y ocho meses en los campamentos, añadiendo «no logro hallar las palabras para describir lo que he visto allí».
Los dos jóvenes están representados por la abogada kazaja Lyazzat Akhatova. Bitter Winter le ha preguntado a la misma cuál es la situación de los dos refugiados.
Sra. Akhmatova, ¿cuál es la situación legal de Musakhan y Alimuly?
Creo que la disposición legal clave que deberíamos observar es la convención de Ginebra de 1951, es decir, la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados. El artículo 33 se refiere a la «Prohibición de expulsión o retorno (devolución)» (a los países de donde proceden), y establece que «Ningún Estado Contratante podrá, por expulsión o devolución, poner en modo alguno a un refugiado en las fronteras de los territorios donde su vida o su libertad peligre por causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social, o de sus opiniones políticas”. El mismo añade que, “Sin embargo, no podrá invocar los beneficios de la presente disposición el refugiado que sea considerado, por razones fundadas, como un peligro para la seguridad del país donde se encuentra, o que, habiendo sido objeto de una condena definitiva por un delito particularmente grave, constituya una amenaza para la comunidad de tal país”.
Mis clientes son dos ciudadanos de la República Popular China, Kaster Musakhan y Murager Alimuly, los cuales huyeron de China, donde afirman que fueron objeto de persecución. En virtud del Artículo 392, Parte 1, del Código Penal de la República de Kazajistán se ha iniciado una causa penal contra ellos por haber cruzado ilegalmente la frontera estatal. Según la ley kazaja, las sanciones por este delito pueden ser una multa de 1000 MCI (índice de cálculo mensual) o la privación o restricción de la libertad por un plazo de hasta un año, acompañadas por la expulsión al país de origen.
¿Cuáles son las posibilidades de detener su deportación a China?
Esta semana han circulado rumores sobre estos jóvenes (así como también la presión moral sobre mí) de que van a ser enviados de regreso a China. La razón de ello fue una entrevista con un periodista del Sukhbat, concedida por el subdirector del Comité de Seguridad Nacional de la República de Kazajistán para el Servicio Fronterizo, el Sr. Dilmanov. Al referirse a los requisitos del acuerdo celebrado entre China y la República de Kazajistán en lo referente a responsabilidad penal, declaró que los dos ciudadanos chinos, Kaster Musakhan y Murager Alimuly, serán deportados a su país de origen, es decir, a China.
Dicho acuerdo existe, está fechado el 14 de diciembre de 2006, y ha sido debidamente ratificado por Kazajistán. No obstante, el artículo 32 del mismo establece que «los representantes fronterizos de los Estados y los organismos autorizados de las partes deberán investigar lo antes posible al infractor/a, establecer su identidad, las circunstancias y razones que lo llevaron a violar la frontera, y dentro de los siete días posteriores al momento de la detención transferirlo/a a los representantes fronterizos del Estado o a los organismos autorizados de la otra parte».
Se establece claramente que los infractores fronterizos serán entregados al otro país dentro de un plazo de siete días. Pero mis clientes cruzaron la frontera en octubre. Han pasado más de dos meses desde entonces. Además, se ha iniciado una causa penal contra ellos por cruzar ilegalmente la frontera estatal de la República de Kazajistán. Los mismos cruzaron ilegalmente la frontera de Kazajistán, lo cual significa que el castigo por este crimen deberá ser cumplido en Kazajistán. Después de cumplir sus condenas, podrán ser deportados a su país de origen. Hasta que el castigo no esté totalmente pagado, nadie podrá tocarlos, y mucho menos obligarlos a regresar a China. Lo mismo sucedió con Sayragul Sauytbay. Antes de que finalizara su condena (la sentenciaron a seis meses de restricción de la libertad), y luego de que Kazajistán se negara a otorgarle el estatus de refugiada, solicitó asilo en otros países. Actualmente vive en Suecia.
¿Significa esto que Musakhan y Alimuly podrán ser en primer lugar detenidos en Kazajistán y luego deportados a China?
Existe un segundo argumento legal a tener en cuenta. El Artículo 1, Parte 3 del Código Penal de la República de Kazajistán, establece que los tratados internacionales ratificados por la República de Kazajistán tienen prioridad sobre el Código Penal. Kazajistán ratificó la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados.
En este caso, el tribunal de Kazajistán deberá aplicar la norma de la Convención de Ginebra, ya que la misma tiene prioridad sobre la ley de Kazajistán. No obstante, el problema es político. No solo el Sr. Dilmanov, sino el propio presidente de la república, el Sr. Kassym-Jomart Tokayev, han declarado públicamente que no hay campos de concentración en Sinkiang. ¡El problema es que Kazajistán no reconoce el genocidio chino llevado a cabo contra los musulmanes túrquicos, el cual es ampliamente reconocido por todo el mundo democrático!
Por lo tanto, me temo que el tribunal de Kazajistán no tendrá en cuenta las disposiciones del artículo 33 de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados. El mismo podría tomar como referencia las declaraciones de las máximas autoridades políticas de Kazajistán.
¿Qué está haciendo, como abogada, para tratar de resolver esta situación?
Las acciones de investigación en el caso contra Kaster Musakhan y Murager Alimuly recién finalizaron el 6 de diciembre de 2019. Esa misma noche, volé a Nur-Sultan desde Ust-Kamenogorsk. Me he familiarizado completamente con los materiales del caso, y he preparado objeciones-revocaciones y peticiones para convocar a tres testigos que estuvieron encarcelados en los campamentos de transformación por medio de educación chinos. También he alertado a representantes de medios de comunicación, incluidos los extranjeros, para que asistan a las audiencias judiciales, y he preparado cartas para ser enviadas a la ONU y a embajadas de diferentes países, en las cuales les solicito que les otorguen asilo político a las personas de etnia kazaja procedentes de China.
La tarea del abogado durante la investigación es participar en los interrogatorios junto con los clientes, acompañarlos durante las acciones de investigación y apelar contra las acciones ilegales del investigador u oficial de interrogación. En este caso, no hubo violaciones por parte del oficial de investigación que pudieran ser apeladas. Queda ahora por defender los intereses de los dos jóvenes en los tribunales. Tenemos suficiente evidencia para corroborar nuestras objeciones a la acusación de los mismos. El asunto aún no ha llegado a juicio; el 9 de diciembre será transferido a la fiscalía. Aún es demasiado pronto como para predecir lo que podría llegar a suceder.