Las instituciones de educación superior han sido durante mucho tiempo el centro de los esfuerzos de mantenimiento de la estabilidad del PCCh, destinados a suprimir la libertad de expresión y prevenir los disturbios.
por Shen Xinran
En la guerra librada por el Partido Comunista Chino (PCCh) contra cualquier forma de disidencia y creencia religiosa, los campus universitarios de todo el país se han convertido en los principales campos de batalla. El régimen ha identificado como «elementos peligrosos» a los profesores y estudiantes que se sabe que son religiosos o que representan a grupos étnicos minoritarios, a cualquier persona que se atreva a contradecir al Gobierno e incluso a los extranjeros que estudian o enseñan en China. A fin de asegurarse de que estén controlados en todo momento, todos han sido sometidos a una mayor vigilancia.
Identificar y reeducar a los devotos
Desde el año pasado, las escuelas y universidades de toda China han estado utilizando todos los medios posibles para presionar a los estudiantes religiosos a que renuncien a su fe. Algunos incluso fueron amenazados con no recibir sus certificados académicos tras graduarse si continuaban practicando sus religiones.
Un funcionario gubernamental procedente de la provincia central de Henán le dijo a Bitter Winter que este año, en dos universidades, aproximadamente 170 estudiantes locales fueron identificados como religiosos, 130 de los cuales ya han sido «transformados por medio de la educación», es decir, obligados a comprometerse a dejar de participar en cualquier tipo de actividad religiosa.
Un documento adoptado por una universidad emplazada en la zona nororiental de China, titulado Materiales de estudio de conocimiento étnico y religioso, puede brindar una idea de por qué las autoridades han designado a los estudiantes y profesores religiosos como objetivos de una intensa vigilancia. “La resistencia contra la infiltración [extranjera] por medio de la religión en las universidades y la prevención de actividades misioneras en los campus influye en la consolidación del régimen del Partido, en el gran proyecto de cultivar constructores calificados y sucesores confiables del socialismo con características chinas y en las perspectivas y el futuro del Estado y la nación», establece el documento.
Según el documento, «las fuerzas extranjeras hostiles intentan ‘desintegrar’ y ‘occidentalizar’ nuestro país sacando provecho de la religión, […] para competir por el apoyo de la población y los territorios ideológicos». Declara que la explotación de la religión por parte de “‘fuerzas extranjeras’ que desean infiltrarse en nuestro país no es una cuestión religiosa, sino política”.
El documento hace hincapié en la obligación de prohibir en los campus cualquier forma de propagación de la religión o proselitismo, el establecimiento de centros u organizaciones de actividad religiosa y la realización de actividades religiosas. Incluso la ropa que contenga símbolos o connotaciones religiosas está prohibida. Por supuesto, todos los profesores tienen prohibido promover la religión durante las clases.
El profesor «malo»
Durante los últimos años, numerosos profesores universitarios han sido reprimidos a lo largo de China por criticar al Gobierno.
Tang Yun, profesor adjunto de la Universidad Normal de Chongqing, fue expulsado del aula y despojado de su rango y credenciales de enseñanza. ¿Qué crimen cometió? «Efectuar comentarios perjudiciales para la reputación del país, actuar en contra de la disciplina política, violar severamente la ética profesional como docente y ser una mala influencia tanto para el personal como para los estudiantes de la universidad», proclamaron las autoridades.
Bitter Winter habló con algunos profesores y estudiantes que conocen al Sr. Tang. Según ellos, el mismo es continuamente vigilado por la Agencia de Seguridad del Estado local. Según afirman, algunos profesores han sido interceptados cuando intentaron visitar al Sr. Tang y los estudiantes que lo invitaron a comer fueron amenazados por funcionarios de la Agencia para que se retractaran de la invitación.
«Incluso caminar y hablar con él durante un período de tiempo considerado por los funcionarios como ‘demasiado extenso’ puede dar lugar a interrogatorios e investigaciones por parte de la Agencia de Seguridad del Estado», afirmó un profesor de la Universidad Normal de Chongqing.
Al Sr. Tang también se le impusieron restricciones de viaje: tiene prohibido abandonar el municipio de Chongqing, incluso para viajar a su ciudad natal a visitar a su madre. Por el momento, el Sr. Tang solo puede asistir a la biblioteca universitaria, donde actualmente trabaja.
Un estudiante afirmó que el estudiante que había denunciado al Sr. Tang fue criticado por muchos de sus compañeros en el campus, pero que la administración de la universidad había elogiado al informante por ser «honorable».
Control de minorías étnicas y extranjeros
En algunos documentos gubernamentales divulgados por Bitter Winter, los estudiantes de origen étnico, especialmente los uigures de Sinkiang, así como también los tibetanos, kazajos o mongoles, son mencionados como objetivos de vigilancia en los campus. A los profesores se les exige recopilar información sobre estos estudiantes e informar sus actividades a sus superiores.
En cuanto a los estudiantes y profesores extranjeros, las universidades deben determinar la autenticidad de su información personal y vigilar de cerca sus actividades en los campus, informando regularmente a las autoridades pertinentes. Todos los extranjeros tienen prohibido establecer grupos religiosos y lugares de actividad.
Todas las asociaciones estudiantiles existentes en los campus también son intensamente vigiladas por el PCCh, incluso las virtuales. Esta prohibición tiene como objetivo principal asegurar que nadie efectúe comentarios desfavorables para el Gobierno u organice actividades no aprobadas por el Estado.
Las personas vinculadas a alguna ONG extranjera también son consideradas «peligrosas». El Gobierno exige monitorear las actividades de tales organizaciones, prestando especial atención a la distribución de ayuda financiera entre los estudiantes, a los incentivos monetarios brindados a los profesores y estudiantes a fin de capacitarse en el extranjero, a la cofundación de universidades, a los proyectos de investigación conjunta, a la organización de foros y seminarios y a otros aspectos similares.