Las iglesias domésticas protestantes, consideradas una amenaza para el régimen debido a su gran cantidad de creyentes, se enfrentan a la total extinción y las personas son amenazadas para que abandonen su fe.
por Tang Zhe
La policía afirma que el evangelismo daña a la gente
«El evangelismo en lugares públicos perturba el orden social, daña a la gente e infringe la ley», afirmó un oficial, mientras sostenía una copia del nuevo Reglamento sobre Asuntos Religiosos y reprendía a dos creyentes pertenecientes a una iglesia doméstica el 12 de octubre. Los dos creyentes fueron arrestados ese mismo día en Nanchang, la capital de la provincia suroriental de Jiangxi, por distribuir folletos evangelizadores en un mercado local, y posteriormente fueron llevados a una estación de policía.
Más tarde ese mismo mes, funcionarios del Gobierno local acusaron a un creyente de una iglesia doméstica de «difamar y rebelarse contra el Estado». Se le diagnosticó «un trastorno mental» por tener calcomanías religiosas en su motocicleta y, debido a ello, fue arrestado y enviado a un hospital psiquiátrico. El 1 de noviembre, su familia acudió al hospital para visitarlo, pero no se les permitió verlo. Un médico de la institución les dijo que regresaran en un mes.
El 29 de septiembre, cinco creyentes pertenecientes a una iglesia doméstica, procedentes de la ciudad de Nanyang, en la provincia central de Henán, fueron arrestados e interrogados tras ser denunciados por haber estado evangelizando. Al día siguiente, varios agentes de policía los escoltaron hasta un centro de detención. Tres de ellos permanecieron detenidos durante 13 días y dos durante 10, y cada uno recibió una multa de 500 yuanes (alrededor de 70 dólares). Al momento de ser liberados, todos se vieron obligados a firmar una declaración de arrepentimiento, que decía: “Tras regresar a tu hogar no podrás tener creencias religiosas, si no acatas las órdenes serás condenado a prisión».
Más de 100 oficiales de policía allanan una iglesia adventista del séptimo día
A fin de intensificar sus esfuerzos de persecución, el Partido Comunista Chino (PCCh) comenzó a catalogar a las iglesias domésticas regulares como xie jiao, siendo el mismo el término anteriormente reservado para grupos identificados como «enseñanzas heterodoxas» prohibidas.
Una iglesia doméstica adventista del séptimo día emplazada en la ciudad de Neijiang, en la provincia suroccidental de Sichuan, fue allanada el 19 de octubre. Más de 200 personas, entre los que se encontraban funcionarios gubernamentales y policías, se presentaron en la misma alegando que se trataba de un xie jiao. Los oficiales tomaron fotos de todos los creyentes presentes, ordenaron cortar el suministro de electricidad del edificio y se llevaron algunos objetos de valor de la iglesia.
Cuatro policías sacaron a dos colaboradores de la iglesia a rastras del edificio residencial donde se encontraba situado el lugar de reunión, los tiraron al piso y comenzaron a golpearlos. Los dos creyentes, junto con el pastor y el predicador de la iglesia, fueron escoltados hasta una casa de detención para ser interrogados. Todos fueron liberados más tarde ese mismo día.
Una semana después, la iglesia fue nuevamente allanada. Esta vez, más de 100 funcionarios y policías bloquearon la entrada del lugar, prohibiendo el ingreso. Los funcionarios confiscaron las mesas, sillas, equipos de audio y otros bienes de la iglesia, y arrojaron las Biblias a un bote de basura que se hallaba situado afuera de la iglesia. Los funcionarios también ordenaron soldar la entrada del lugar e instalar una cámara de vigilancia sobre ella.
Según un miembro de la congregación, varios feligreses recibieron llamadas de funcionarios que amenazaron con retener los salarios de sus hijos y nietos u obstaculizar su futuro si los creyentes no renunciaban a sus creencias.
Se saquea dinero de las donaciones y se confiscan Biblias
El 1 de diciembre, funcionarios locales acompañados por la policía reprimieron una iglesia doméstica emplazada en Nanchang, en la provincia de Jiangxi, alegando que la misma «estaba celebrando reuniones ilegales y perturbando el orden público». Los mismos destruyeron la pizarra de la iglesia, confiscaron Biblias e himnarios y más de 800 yuanes (alrededor de 115 dólares) procedentes del dinero de las donaciones.
“El Gobierno invierte la justicia y crea problemas de la nada. Solo quiere erradicar la iglesia”, afirmó con ira el hombre a cargo de la misma.
A finales de noviembre, un lugar de reunión perteneciente a la antigua Iglesia Local emplazado en el poblado de Sizhou, administrado por la ciudad de Dexing, en Jiangxi, fue clausurado por negarse a unirse a la Iglesia de las Tres Autonomías. Desde entonces, la congregación se reúne en un destartalado cobertizo para bicicletas.