Para frenar el desarrollo del budismo tibetano y «hanificarlo», el PCCh intensifica los esfuerzos de represión mediante la vigilancia y el adoctrinamiento de los creyentes religiosos.
por Yuan Wei
El Templo de Youning, un conocido templo budista tibetano emplazado en el Condado Autónomo de Huzhu Tu de la provincia noroccidental de Qinghai, el cual cuenta con una historia que abarca más de 400 años, ha desempeñado un significativo papel en la vida cultural y religiosa de la zona. Por orden del Gobierno, recientemente se instalaron más de 200 cámaras de vigilancia de alta definición en el templo y se colocaron en todo el lugar de culto letreros con la leyenda: «Te encuentras en un área de vigilancia».
Según un monje del templo, el Gobierno afirmó que ordenó instalar el equipo de vigilancia para «proteger las reliquias culturales». Pero el mismo interpreta dicho accionar como otra medida tendiente a supervisar las actividades del templo y vigilar a los monjes. «Así es como el Estado controla las religiones», afirmó el monje.
También se instalaron cámaras de vigilancia de alta definición en cada uno de los rincones del Templo de Zhenzhu emplazado en el condado de Guide de la Prefectura Autónoma Tibetana de Hainan, en Qinghai. Los monjes del templo tienen que someterse regularmente a capacitación organizada por el Gobierno sobre nuevas políticas, leyes y reglamentos. Uno de los monjes del templo reveló que se les permitió reanudar sus actividades religiosas solo después de haber participado en una clase de entrenamiento de 10 días de duración.
Frente al Templo de Zhenzhu se encuentra el Colegio Budista Tibetano de Qinghai, recientemente construido y financiado por el Gobierno, donde la Agencia de Asuntos Religiosos organiza todos los cursos. El Gobierno les proporciona alojamiento gratuito a los monjes que estudian allí y paga sus tasas de matrícula.
Un monje que ha estado estudiando allí durante dos años le dijo a Bitter Winter que la Agencia de Asuntos Religiosos les permite estudiar solo leyes, historia y el idioma chino. Un monje anciano no se siente cómodo con la situación. El mismo cree que los monjes deberían concentrarse en cultivar su fe y estudiar las escrituras budistas.
Luego de asumir el cargo, el presidente Xi Jinping ha estado implementando medidas destinadas a «sinizar» las religiones y las minorías étnicas, obligándolas a adaptarse al «socialismo con características chinas» y a aceptar el liderazgo del Partido Comunista Chino (PCCh). Al igual que los musulmanes uigures, otras minorías étnicas de China, entre las que se incluyen los budistas tibetanos, están siendo «hanificadas» como parte de la política de «sinización». El Gobierno no escatima dinero ni esfuerzos para enseñarles a los monjes tibetanos la cultura han y adoctrinarlos con patriotismo y otra clase de propaganda.
«China ya ha ‘hanificado’ a algunos grupos étnicos tales como los manchúes y los mongoles», le dijo a Bitter Winter un monje de etnia han que estudió en un templo tibetano durante seis años. «Ahora los uigures y los tibetanos están siendo perseguidos y ‘hanificados’ de manera gradual. El PCCh pretende detener el desarrollo de la cultura y la religión tibetanas, cortándolas desde la raíz”.
A fin de acelerar este proceso, las autoridades de todo el país están intensificando los esfuerzos tendientes a erradicar el budismo tibetano, mediante la destrucción de los símbolos religiosos y los templos.
Frente al Templo de Jinding emplazado en Baoji, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia noroccidental de Shaanxi, se encontraban situadas dos tradicionales torres budistas tibetanas blancas con pináculos dorados. En mayo de 2019, el Gobierno le ordenó al templo pintar las torres de gris y reemplazar otros símbolos budistas existentes en el mismo con consignas que promovieran los nuevos Reglamentos sobre Asuntos Religiosos y los valores socialistas centrales.
Video: las torres tibetanas han sido pintadas de gris.