Fuente: Reportes directos desde China
Autoridades locales movilizaron a más de cien oficiales para demoler un lugar de culto de la Iglesia de las Tres Autonomías recientemente construido en el pueblo de Xingcun, en la ciudad de Wuyishan, provincia de Fujian. Este era el primer templo en el pueblo, construido con los donativos de los cristianos del lugar en 2016. La Iglesia de las Tres Autonomías es la iglesia protestante unida, controlada por el gobierno, pero esto no evita que sus comunidades sean ocasionalmente perseguidas y acosadas. Li Qing (pseudónimo, 71 años) donó, para la construcción del templo, más de 10 000 yuanes que había ahorrado gracias a su estilo de vida austero y al duro trabajo. Los cristianos estaban desbordantes de alegría y planeaban celebrar su primer servicio en la nueva iglesia el 26 de diciembre de 2016.
La mañana del 1 de octubre de 2016, una brigada de agentes del orden de la ciudad de Wuyishan llegó al templo e informó a los creyentes que el templo —ya terminado, pero que aún estaba siendo decorado— sería demolido. Docenas de cristianos espontáneamente corrieron al lugar para evitar la demolición del templo. Algunos de los creyentes más ancianos se enojaron y se molestaron tanto, que perdieron el conocimiento. Entre ellos estaba Li Qing: su presión sanguínea subió hasta 260 mmHg y se desmayó. Los agentes del orden, temiendo que los hicieran responsables de la muerte de alguien, suspendieron temporalmente la demolición del templo.
Hacia las 5:00 a. m. del 23 de diciembre de 2016, oficiales de seguridad pública de la ciudad de Wuyishan, agentes del orden municipales, policías de tráfico municipal y personal médico —más de cien personas en total— se dirigieron al templo llevando una excavadora. Aprovechando la oscuridad previa al amanecer, acordonaron la zona residencial que rodeaba al templo y bloquearon los cruceros. No permitieron a nadie salir de su casa. Cuando Li Qing oyó el ruido fuera, quiso salir y ver qué estaba sucediendo, pero se encontró con que la puerta de su casa había sido bloqueada. Pateó la puerta con fuerza, pero su hijo no la dejó salir. Otros cristianos y predicadores corrieron hacia la iglesia, pero no pudieron acercarse. Trataron de dialogar con la policía, pero los oficiales no les prestaron atención y siguieron adelante con la demolición forzada. Hacia las 9:00 a. m., la nueva iglesia que había sido construida con más de 100 000 yuanes de fondos, había quedado reducida a un montón de escombros.