En China, en medio de la intensificación de la represión religiosa, ni siquiera el hecho de ser miembro de una iglesia oficial les garantiza a los creyentes que podrán practicar su fe.
por Li Guang
«Los funcionarios gubernamentales actúan como bandidos»
El 5 de diciembre de 2019, la Agencia de Gestión Urbana y Aplicación de la Ley del distrito de Weidong de Pingdingshan, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia central de Henán, envió a más de 100 personas y dos grandes excavadoras para que demolieran la Iglesia de Sigou, la cual había sido designada como una «construcción ilegal». La congregación cantaba himnos y lloraba mientras observaban con impotencia cómo su hogar espiritual era destruido. Uno de ellos le dijo a Bitter Winter que el Estado había confiscado la mayor parte de las posesiones de la iglesia antes de la demolición. Lo restante quedó enterrado bajo los escombros de la iglesia demolida.
«La iglesia carecía de fondos para finalizar su construcción, por lo que donamos todo el dinero que pudimos, algunos 10 yuanes (alrededor de 1,4 dólares) y otros 5 yuanes (alrededor de 0,7 dólares)», continuó el creyente. “Una creyente de edad avanzada incluso donó el dinero que había ganado vendiendo su cabello. Desde el inicio de la construcción, cada día fue una lucha. Me siento sumamente miserable sabiendo que la iglesia fue demolida, incluso al ver los escombros me duele el corazón. Me mantengo alejado para evitar verlos”.
A fines de noviembre también se destruyó un lugar perteneciente a la Iglesia de las Tres Autonomías que se encontraba emplazado en la aldea de Litan, administrada por el poblado de Cisheng en el condado de Zhecheng de Henán. Un miembro de la iglesia le dijo a Bitter Winter que el día de la demolición, los agentes de policía arrojaron afuera de la iglesia todos los artículos que el creyente que la custodiaba guardaba allí y le ordenaron al trabajador que conducía la excavadora que demoliera el edificio. Los funcionarios incluso se llevaron lo que quedaba de la iglesia, como por ejemplo ventanas y ladrillos, y los vendieron para su beneficio. La iglesia había sido construida a un costo de 400 000 yuanes (alrededor de 57 000 dólares), los cuales habían sido donados por cristianos locales, pero el Gobierno no les proporcionó ningún tipo de compensación.
«El Gobierno hace lo que quiere, están actuando como bandidos», comentó otro miembro de la congregación.
Video: una iglesia emplazada en la aldea de Litan fue demolida por orden del Gobierno local.
A fines de octubre, en el municipio de Dabin administrado por el condado de Yuanyang, en la provincia de Henán, se demolieron tres lugares de reunión protestantes oficialmente aprobados que se encontraban emplazados en las aldeas de Shangwan, Dabin y Feixin.
«A principios de 2019, el Gobierno nos ordenó alquilar la iglesia», recordó un feligrés procedente de la aldea de Dabin. “Al querer protegerla, no tuvimos más remedio que obedecer. Más tarde nos dijeron que alquilar no era suficiente y que la iglesia había sido reconvertida en un centro de actividades para personas de edad avanzada. Ahora la destruyeron por temor a que celebráramos reuniones allí. Solo quieren privarnos de nuestra fe».
«Creer en Dios significa oponerse al Partido Comunista»
El 13 de diciembre se demolió un lugar de reunión perteneciente a la Iglesia de las Tres Autonomías que se encontraba emplazado en la aldea de Wangbukou, administrada por el distrito de Liangyuan de la ciudad de Shangqiu, luego de que a su propietario se le ordenara retirar todo lo que se hallaba en el interior del edificio. «Creer en Dios significa oponerse al Partido Comunista», afirmaron los funcionarios antes de demoler la iglesia. «Al pueblo chino no se le permite creer en un Dios extranjero, todos deben seguir al liderazgo del Partido».
Según un creyente local, el lugar había sido construido hacía más de 20 años a un costo de 50 000 yuanes (alrededor de 7000 dólares), los cuales habían sido donados por el propietario. El mismo no solo no recibió compensación alguna, sino que fue amenazado con ser arrestado si se negaba a demoler el edificio.
Ese mismo día, otra iglesia fue demolida en el distrito de Liangyuan. «Destrozaron la iglesia para que la gente ya no pudiera creer en Jesús ni celebrar reuniones», le dijo a Bitter Winter un residente de la aldea de Yangwa, donde se encontraba emplazada la iglesia. «Solo quieren que todos crean en Xi Jinping y que escuchen lo que él diga».
Una iglesia fue engañada para ser demolida
Una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en Jincheng, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia norteña de Shanxi, fue construida a un costo de 260 000 yuanes (alrededor de 37 000 dólares), los cuales habían sido recolectados por los creyentes. En el año 2017, la iglesia fue designada para ser reubicada como parte del plan de reurbanización. Dos años después, el Gobierno local firmó un contrato de reubicación con la iglesia, prometiendo asignarle un terreno para la construcción de un nuevo lugar de culto.
A fines de marzo de 2019, la iglesia fue arrasada hasta los cimientos. Ansioso por garantizar la veloz construcción de una nueva iglesia, la persona a cargo estuvo intentando contactarse con las autoridades, pero no tuvo suerte, ya que los burócratas se han estado pasando la responsabilidad entre sí sin proporcionarle ninguna respuesta clara.
A fines de septiembre se enteró de que no se había tomado ninguna medida concreta: no se había aprobado ningún terreno para la construcción de la iglesia. Con la vieja iglesia demolida, la congregación se quedó sin un lugar de culto.
“El Gobierno nos ha estado engañando desde el principio; nunca quisieron que reconstruyéramos la iglesia. Esto obviamente se trata de una represión y no tenemos forma de hallar justicia”, afirmó con tristeza un miembro de la congregación.