En los últimos meses, las autoridades chinas clausuraron muchos templos budistas en la ciudad de Gongyi, provincia de Henán.
A finales de marzo de 2018, el Templo Luohan, de más de mil años de antigüedad, en el pueblo de Jiajinkou fue clausurado por la fuerza como un “templo no permitido” por el Departamento de Asuntos Religiosos del Departamento del Trabajo del Frente Unido. El templo fue construido hace más de 1600 años durante la Dinastía Oriental Jin. En 2009, los residentes de la aldea Dinggou decidieron restaurar el vestíbulo principal del templo y recolectaron alrededor de 4 millones de yuanes para el proyecto. La restauración se termino en julio de 2011 y se convirtió en un lugar popular para el culto, llegaron creyentes de otros pueblos y aldeas para quemar incienso en el templo. Cuando el templo fue cerrado, solo dejaron dos o tres monjes en el templo para cuidarlo y perdió su anterior vitalidad.
El 21 de abril, el Departamento de Asuntos Religiosos de Gongyi también clausuró los Templos Jinding y Zushi en la aldea de Caigou, en el pueblo de Heluo, también por “no estar permitidos”. Los dos templos están actualmente cerrados con avisos en las puertas principales: “Anuncio de suspensión de actividades en instalaciones no religiosas”.
La gente del lugar está profundamente triste después de la clausura de sus templos. Un aldeano dijo, “La operación de cerrar las instalaciones religiosas ya está sucediendo y el gobierno tiene la última palabra. Tienen que ser clausurados”.
A las 5:00 p. m. del 23 de abril, el gobierno del pueblo Mihe ordenó clausurar el templo Shengmu, en la aldea de Tieshan. Presionado por las autoridades, Wang Qi, quien estaba encargado del templo, no tuvo otra opción que cerrar las puertas del templo, huir de la zona y esconderse. Una actividad religiosa de tres días, planeada para el 24 de abril, tuvo que ser cancelada. El 9 de mayo, Wang Qiang (de 45 años), secretario de la aldea de Tieshan, ordenó borrar los versos colocados en la entrada del templo.
Información de Jiang Tao