Las iglesias que se niegan a unirse a la Asociación Patriótica Católica son reconvertidas en centros culturales o de propaganda, mientras que los miembros de sus congregaciones son ahuyentados.
por Tang Zhe
Desde la firma del acuerdo entre el Vaticano y China del 2018, el Partido Comunista Chino (PCCh) ha estado reprimiendo cada vez más a las iglesias católicas no registradas, clausurándolas por negarse a unirse a la Asociación Patriótica Católica China (APCC). Numerosos lugares de culto han sido reconvertidos por la fuerza en lugares destinados a efectuar actividades seculares o centros de propaganda del PCCh.
El 26 de julio de 2019, la Agencia de Asuntos Religiosos de la Bandera Derecha de Sonid, bajo la administración de la Liga Xilin Gol de Mongolia Interior, emitió una orden en la que se exigía la clausura de una iglesia católica no registrada de la zona por «carecer del certificado de registro de lugar religioso» y por contar con «medidas de control de incendios deficientes». Según una fuente, tras la publicación del aviso de clausura, funcionarios del comité vecinal inspeccionaron repetidamente la iglesia, enviándoles a sus superiores informes en video.
A fin de poder continuar practicando su fe, la congregación celebró varias reuniones en el patio de la iglesia, pero pronto fueron expulsados del lugar. En ocasiones también se colaban dentro de la iglesia para practicar su fe a altas horas de la noche o muy temprano por la mañana.
Una creyente de edad avanzada le dijo a Bitter Winter que se despertaba a menudo durante la noche, temiendo que se le pasara la hora para asistir al servicio secreto de oración temprano por la mañana. «No duermo lo suficiente. Me temo que, con el correr del tiempo, esto afectará mi salud», se quejó la creyente.
El Gobierno local intentó sobornar al deán de la iglesia, con la esperanza de obligarlo a unirse a la APCC. Una miembro de la congregación fue despojada de su subsidio de subsistencia por oponerse a que se izara la bandera nacional en la iglesia.
Cuando todas estas intimidaciones fracasaron, el 8 de septiembre, el Gobierno de la Bandera Derecha de Sonid envió a más de 40 personas para que confiscaran todos los bienes de la iglesia, entre los que se incluían pinturas sagradas, libros espirituales y más de 60 bancos.
Un miembro de la congregación que presenció la redada le dijo a Bitter Winter que uno de los funcionarios les había dicho burlonamente que «le pidieran al papa que les proporcionara dinero para su sustento».
“El Gobierno se llevó todos los libros religiosos y los retratos de la Virgen María. Quieren eliminar nuestra religión y prohibirnos creer en Dios”, afirmó otro creyente con ira.
En marzo de 2019, una iglesia católica emplazada en Bixi, un poblado del condado de Taihe, administrado por la ciudad de Ji’an, en la provincia suroriental de Jiangxi, fue tomada por el Gobierno y convertida en un centro de actividades culturales. La iglesia había sido construida en el año 2014 a un costo de aproximadamente 100 000 yuanes (alrededor de 14 000 dólares), los cuales habían sido recolectados por los católicos locales.
Un creyente local le dijo a Bitter Winter que se habían quitado de los muros 14 pinturas sagradas y un crucifijo, y en su lugar se habían colocado consignas propagandísticas del PCCh y citas de Xi Jinping. El crucifijo fue colocado dentro de un gabinete. En los estantes de la iglesia se colocaron numerosos libros “rojos” y seculares, tales como El esquema para el aprendizaje de la ideología socialista y Heredar el gen rojo y practicar la intención y la misión originales.
El creyente también afirmó que los miembros de la congregación habían sido amenazados con ser arrestados si intentaban quitar las consignas y los sacerdotes también corrían riesgo de ser detenidos si se atrevían a predicar. Algunos creyentes a veces se colaban en la iglesia para sacar el crucifijo del gabinete y rezar frente a él, volviéndolo a colocar en su lugar tras haber finalizado.
Desde la reconversión de la iglesia, las autoridades locales comenzaron a organizar numerosas actuaciones allí. Los funcionarios gubernamentales también visitaron a los miembros de la congregación en sus hogares, obligándolos a firmar declaraciones en las que renunciaban a su fe. En uno de los hogares, los funcionarios quitaron por la fuerza una pintura de la última cena y un calendario litúrgico, los cuales posteriormente fueron arrojados a un cubo de basura.
En el mes de noviembre, una iglesia católica no registrada emplazada en la aldea de Futang bajo la jurisdicción del poblado de Bixi fue ocupada por el Gobierno, y sobre la entrada de la misma se colocó un letrero con la leyenda: «Sala de actividades culturales de la aldea de Futang».
Un católico de la aldea le dijo a Bitter Winter que un funcionario del Gobierno local había registrado la información personal de todos, visitándolos en sus hogares, y les había dicho que el Gobierno estaba buscando al sacerdote de la iglesia por haberse negado a unirse a la APCC. El mismo incluso amenazó con arrestar y encarcelar a los creyentes si volvían a asistir a la iglesia.
“El Gobierno nos insta a unirnos a la APCC para que el Partido Comunista sea nuestro maestro. De otro modo, no puedes creer en Dios. Quieren eliminar todas las iglesias que no estén controladas por ellos”, le dijo a Bitter Winter un sacerdote de una iglesia católica no registrada. “A pesar de que nuestra iglesia ha sido ocupada por el régimen, no podrán quitarnos nuestra fe”.