Al estar regido por un Gobierno totalitario, el pueblo chino es reprimido por cualquier palabra que el régimen considere que perjudica su imagen.
por Li Mingxuan
El presidente de China, Xi Jinping, y su régimen no toleran la más mínima crítica, incluso cuando sus errores son evidentes. En la última campaña de represión masiva contra la disidencia, numerosas personas fueron severamente castigadas por expresar su insatisfacción con respecto a las insuficientes medidas adoptadas bajo el «liderazgo y la orientación personal» de Xi Jinping para detener la propagación de la epidemia de coronavirus. Entre ellos se encuentra Xu Zhiyong, un académico constitucional y activista defensor de los derechos humanos, quien fue arrestado tras haber huido por criticar a Xi Jinping a causa de sus políticas. El profesor Xu Zhangrun de la Universidad de Tsinghua fue puesto bajo arresto domiciliario por llamar a Xi Jinping «desvergonzado».
En la China totalitaria, incluso un comentario en línea puede llevarte a la cárcel. En julio de 2018, en la provincia suroriental de Fujian, aproximadamente una docena de policías allanaron el hogar de un hombre y lo arrestaron por haber afirmado en Weibo, una plataforma china de microblogging, que «el trabajo anticorrupción de Xi Jinping solo cura los síntomas, no la enfermedad» y «la camarilla de Xi Jinping es sumamente corrupta».
Cuando sus familiares fueron a visitarlo al centro de detención en el que se encontraba confinado, les dijeron que el hombre no podía ser visitado porque sus comentarios eran desfavorables para Xi Jinping y «constituían cuestiones políticas». Los guardias del centro de detención también comentaron que contratar a un abogado para que lo defienda sería inútil.
Otro internauta procedente de Fujian fue arrestado y detenido durante dos meses por haber publicado en Weibo, en junio de 2018, lo siguiente: «Nuestros líderes nacionales no hacen nada práctico, solo realizan trabajos superficiales». Durante todo el tiempo en el que permaneció detenido, los guardias a menudo incitaban a otros internos a golpearlo, provocándole lesiones internas y una conmoción cerebral.
La utilización de herramientas de evasión de la censura en Internet para publicar comentarios sobre los líderes del Partido Comunista Chino (PCCh) en el extranjero también generará problemas con las autoridades. El usuario de Twitter «中国 文字狱 事件 盘点 (@SpeechFreedomCN)» publicó en línea los veredictos de dos hombres condenados. Uno de ellos, Yang Zhaoxing, procedente del condado de Yanjing en la provincia central de Henán, fue sentenciado a diez meses de prisión el 4 de marzo de 2019 por haber eludido el «Gran Cortafuegos» de China para realizar comentarios sobre el régimen chino y sus líderes en Twitter. Chen Guoji, procedente del condado de Chaoyang, en la provincia nororiental de Liaoning, fue sentenciado a dos años de prisión y dos años de libertad condicional por haber publicado en Twitter información considerada «subversión del poder estatal, ataque al sistema estatal y a los líderes, y comentarios incitadores».
Los oficiales de policía y los censores en China continuamente monitorean la información en línea, buscando cualquier expresión de insatisfacción con respecto al Gobierno o críticas a sus líderes. “El PCCh controla estrictamente cada palabra; nadie puede decir la verdad, especialmente de forma escrita. El Gobierno te atrapa y te castiga”, afirmó un internauta procedente de la provincia norteña de Hebei.
El mismo publicó en su grupo de WeChat, la plataforma de chat dominante en China, a fines del año pasado lo siguiente: «Este Gobierno es inferior al anterior. Hay algo mal en sus políticas. Actualmente, es difícil para las personas ganar dinero y los precios de los bienes han subido». Dos días después fue arrestado y permaneció detenido durante 15 días bajo el cargo de «generar peleas y provocar problemas», además de recibir una multa de 1000 yuanes (alrededor de 140 dólares).
Un trabajador procedente de la provincia norteña de Shanxi fue detenido a principios de 2019 por haber publicado en WeChat: «El Gobierno chino es corrupto e injusto. No existen los derechos humanos en China». Este y otros mensajes sobre «vida democrática y libre en el extranjero» fueron bloqueados poco después de haber sido publicados. Dos meses después, la policía de otra provincia donde se encontraba trabajando lo arrestó y detuvo durante diez días, acusándolo de «inventar historias y alterar el orden social». Le quitaron su tarjeta de identificación y su teléfono.
Según una fuente, durante el tiempo que permaneció detenido, los oficiales de policía lo castigaban obligándolo a permanecer sentado derecho durante mucho tiempo y a cantar canciones patrióticas y recitar «Los estándares para ser un buen alumno y niño», Di Zi Gui (弟子 規) en chino, un antiguo manual basado en las enseñanzas del filósofo más influyente de China, Confucio (551-479 a. C.) sobre cómo ser una buena persona. Si no podía memorizarlos, no se le permitía dormir.
«No hay justicia ni democracia en China, la cual está regida por un régimen dictatorial. Si el sistema no cambia, solo generará más odio por parte de los ciudadanos y el PCCh llegará a su fin», afirmó un internauta procedente de la provincia de Shanxi.