La campaña del PCCh tendiente a eliminar los símbolos religiosos de los lugares de culto continúa siendo implementada de manera implacable, y los creyentes son hostigados tanto en sus lugares de culto como en sus hogares.
por Wang Anyang
El pasado mes de noviembre, la Agencia de Asuntos Religiosos de la ciudad a nivel de condado de Dengta, administrada por la ciudad a nivel de prefectura de Liaoyang, en la provincia de Liaoning, le prohibió a la congregación de una iglesia católica local reunirse y contrató trabajadores para que cortaran su cruz. Previo a una visita de sus superiores, los funcionarios de dicha agencia instaron repetidamente a los creyentes a vaciar la iglesia lo antes posible.
El mes anterior, los mismos funcionarios le habían ordenado a la persona a cargo de una iglesia de las Tres Autonomías situada al lado de una escuela que desplazara la entrada de la misma lo más lejos posible de la escuela y construyera un muro entre los dos edificios. Posteriormente en el muro se exhibieron varios carteles propagandísticos del Partido Comunista Chino (PCCh). También eliminaron por la fuerza la cruz de la iglesia y presionaron a la congregación para que dejara de celebrar reuniones.
«No hay nada de malo en ser religioso, pero fue el Gobierno central quien ordenó retirar la cruz», le dijo con impotencia un funcionario local a Bitter Winter. «¿Quién se atrevería a detenerlos?».
La campaña tendiente a eliminar las cruces de todas las iglesias se extiende por otras ciudades de Liaoning. Los funcionarios están ideando diversos pretextos para implementarla, tales como «permisos insuficientes», «próximas inspecciones de los superiores» o «cruces más altas que la bandera nacional».
La iglesia de las Tres Autonomías de Bethel y una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en la aldea de Xipao, ambas situadas en el distrito de Pulandian de la ciudad de Dalian, fueron despojadas de sus cruces en el mes de octubre. «Las cruces de la iglesia no deberían ser más importantes que la bandera nacional», le advirtieron los funcionarios de la aldea de Xipao a la congregación. «El Partido Comunista debe tener un control absoluto sobre todo».
«China está llegando a su fin y sus ciudadanos no poseen ningún tipo de derecho», comentó un creyente local.
En el mes de septiembre, el Gobierno de Heilongjiang convocó a los miembros del clero de la provincia a una sesión de capacitación sobre la «sinización» del cristianismo. Durante la misma se hizo especial hincapié en que todas las iglesias deben reconocer el liderazgo del Partido, promover activamente los valores socialistas centrales e «integrarse conscientemente con la cultura tradicional china».
«La ‘sinización’ está transformando el cristianismo chino en algo anormal porque el país está gobernado por el Partido Comunista», le dijo un cristiano procedente de Heilongjiang a Bitter Winter.
La campaña de remoción de cruces se está extendiendo por toda la provincia, pero los creyentes están decididos a perseverar. En el mes de julio, luego de que el Gobierno de la ciudad de Jiamusi retirara la cruz de una iglesia de las Tres Autonomías local, un miembro de la congregación de edad avanzada afirmó que, a pesar de la persecución gubernamental, el pueblo seguirá creyendo en Dios.
En el mes de octubre, una iglesia doméstica emplazada en la ciudad de Shuangyashan de Heilongjiang fue despojada de su cruz y del letrero que decía «Iglesia cristiana». Posteriormente, durante ese mismo mes, los funcionarios eliminaron todos los letreros restantes que indicaban que alguna vez había sido una iglesia y modificaron la misma para que se pareciera a una vivienda privada normal.
Numerosas iglesias emplazadas a lo largo de toda la provincia de Jilin sufrieron represiones que dieron como resultado la eliminación de sus cruces. Hemos recibido informes procedentes de Changchun, Siping, Baishan y de otras ciudades. En las ciudades de Tongliao y Hulunbuir, los funcionarios gubernamentales fueron de casa en casa ordenándoles a los residentes que retiraran todo lo relacionado con cruces, incluso los adornos con bordados. Los mismos amenazaron a los creyentes con despojarlos de sus subsidios de subsistencia gubernamentales si no implementaban las órdenes.
«¿Crees en el Partido Comunista o en tu cruz?» una creyente procedente de Tongliao recordó cómo los funcionarios gubernamentales la amenazaban mientras retiraban los símbolos religiosos de su hogar. «¿Puede la cruz darte dinero?».
A una creyente de aproximadamente 70 años procedente de la ciudad de Chifeng, en Mongolia Interior, las autoridades locales le dijeron que quemara su cruz y renunciara a su fe o su subsidio de subsistencia sería cancelado. La anciana creyente no tuvo más remedio que esconder la cruz.
«En este país, si crees en Dios, el PCCh puede fabricar un crimen y condenarte», afirmó un creyente procedente de Chifeng. «Su objetivo final es evitar que creamos en Dios y hacernos renunciar a nuestra fe y aceptar su control. En China no existe la libertad religiosa».