Una resolución bipartidista exige trasladar los juegos a otro país debido a que el Gobierno chino ha «cometido crímenes de lesa humanidad».
por Marco Respinti
Los Juegos Olímpicos de Invierno no deberían celebrarse en China en el año 2022. No hay ninguna razón para que el mundo apoye al régimen liderado por el Partido Comunista Chino (PCCh), dándole más oportunidades para realizar negocios y propaganda.
Esto es lo que un grupo bipartidista de senadores estadounidenses actualmente le está solicitando al Comité Olímpico Internacional (COI), citando el miserable historial de derechos humanos de China. En una resolución presentada el 4 de marzo por el senador Rick Scott (R-FL) y copatrocinada por el senador Ed Markey (D-MA), la cual se basa en datos del Departamento de Estado de los Estados Unidos, el grupo de senadores cita el abrumador destino de lo que indicaron como «más de 1 millón» de musulmanes étnicos, entre los que se incluyen uigures, kazajos étnicos y kirguises, detenidos en 1200 «centros de formación profesional». Se trata de los campamentos de transformación por medio de educación que Bitter Winter ha documentado constantemente como lo que en realidad son, cárceles donde las personas son brutalmente torturadas.
Pero, tal y como Bitter Winter ha mencionado frecuentemente, basándose en estadísticas más precisas de investigadores independientes, la cifra de musulmanes uigures detenidos en dichos campamentos actualmente asciende a 3 millones, a lo que deberían añadirse miles de otros musulmanes túrquicos pertenecientes a otras etnias.
Obviamente, hay más que eso. El régimen del PCCh persigue a las minorías y a todas las religiones, desde protestantes y católicos disidentes hasta budistas y taoístas, desde judíos hasta creyentes pertenecientes a las religiones populares tradicionales chinas, con numerosos nuevos movimientos religiosos particularmente reprimidos, desde Falun Gong hasta los testigos de Jehová, y desde los “Gritones” hasta la Asociación de Discípulos y la Iglesia de Dios Todopoderoso, la cual es hoy en día el movimiento religioso más severamente perseguido en China. Y, de hecho, la resolución de los senadores estadounidenses subraya que «el Gobierno de la República Popular China somete a los cristianos y a los miembros de otros grupos religiosos a trabajos forzados en hornos de ladrillos, centros de procesamiento de alimentos y fábricas como parte de la detención con fines de adoctrinamiento ideológico», y reconoce que «durante años se ha llevado a cabo en toda la República Popular China la sustracción forzada de órganos a una escala significativa, y los practicantes de Falun Gong han sido la principal fuente de órganos», para concluir que «el Gobierno de la República Popular China ha cometido crímenes de lesa humanidad contra individuos de etnia uigur y practicantes de Falun Gong».
Considerando todo esto, ¿cómo puede celebrarse un evento tan alegre como los Juegos Olímpicos, los cuales celebran la paz y la amistad entre las naciones y los pueblos del mundo, en un país despótico que atormenta a sus propios ciudadanos?
El régimen illiberal del PCCh no garantiza el respeto de la dignidad humana, ni siquiera la seguridad pública. Sabemos que el mundo no puede confiar en él. El régimen se sustenta constantemente a través de propaganda, noticias falsas y la manipulación de la verdad. El mundo no puede confiar en lo que dice este régimen, y no podemos dar por sentado ninguna noticia oficial procedente de China. Los activistas defensores de los derechos humanos y las ONG lo saben muy bien desde hace décadas, pero el público internacional en general se ha dado cuenta de esto hasta ahora. El mundo todavía no sabe toda la verdad acerca de la propagación del coronavirus y, tal y como Bitter Winter documenta diariamente, el régimen del PCCh está utilizando la amenaza del virus como una excusa para reprimir más duramente a los grupos religiosos, a los disidentes y a las minorías étnicas. La cínica marcha del régimen que pisotea a su propio pueblo no se detiene. ¿Por qué entonces el mundo debería ofrecerle los Juegos Olímpicos a un Gobierno tan despótico?
En repetidas ocasiones, minorías perseguidas, disidentes, iglesias, grupos religiosos y ciudadanos chinos comunes han solicitado una reacción internacional en respuesta a las crueles fechorías llevadas a cabo por el PCCh. Por lo general, sus llamamientos han sido ignorados. No obstante, desde el año 2018 se han tomado algunas medidas importantes a nivel internacional. El llamamiento de los senadores estadounidenses al COI es una media sumamente importante: se trata del reconocimiento oficial de que el régimen del PCCh es culpable de crímenes de lesa humanidad. El COI debería actuar ahora en la dirección indicada por los senadores estadounidenses, y todos los países libres del mundo, así como también las organizaciones internacionales, deberían apoyarlos.