Si bien el PCCh gobierna la Iglesia de las Tres Autonomías, muchos de sus lugares no reciben certificados de registro de actividad religiosa y, por lo tanto, son reprimidos y clausurados.
por Wang Anyang
Desde la entrada en vigor de los nuevos Reglamentos sobre asuntos religiosos en febrero de 2018, el Gobierno chino ha estado aplicando medidas cada vez más represivas tendientes a controlar a las personas de fe y reducir la cantidad de sitios en los que puedan reunirse. La nueva ley prevé que ningún lugar de culto puede funcionar si no cuenta con un certificado de registro de lugar de actividad religiosa, el cual es expedido por la Agencia de Asuntos Religiosos. Antes de las modificaciones se permitía la existencia de numerosos lugares aprobados por el Estado que no contaban con una autorización. No obstante, en la actualidad, todo lugar de culto que no posea este permiso es considerado ilegal y posteriormente clausurado.
Bitter Winter habló con varias personas a cargo de lugares protestantes y budistas, los cuales compartieron sus experiencias de solicitud de un certificado de registro de lugar de actividad religiosa.
210 páginas de material de apoyo no son suficientes
La persona a cargo de un lugar perteneciente a la Iglesia de las Tres Autonomías emplazado en el distrito de Pulandian de Dalian, una importante ciudad portuaria subprovincial de la provincia nororiental de Liaoning, le dijo a Bitter Winter que su lugar de culto había sido establecido en el año 1993. En el año 2018 fue clausurado bajo el pretexto de «no poseer una autorización», ya que el lugar no contaba con el certificado de registro requerido. El hombre aún sigue intentando obtenerlo.
«Se requieren numerosos documentos, tales como certificados de uso de la tierra y de prevención contra incendios, así como también extractos bancarios, los cuales deberán ser presentados ante numerosos departamentos gubernamentales, entre los que se incluyen la Agencia de Asuntos Religiosos, la Agencia de Asuntos Civiles, la Agencia de Prevención de Incendios y la policía», explicó el encargado. “Además, cada documento necesita materiales adicionales y se debe proporcionar la información de identificación de todos los miembros del clero. No se permiten errores tipográficos y la fuente no puede ser ni demasiado grande ni demasiado pequeña. Cualquier error insignificante hará que todo el proceso se vea desperdiciado, lo cual significa que deberá volver a hacerse todo el papeleo desde el principio. La versión final de nuestra aplicación constaba de 210 páginas, lo cual nos llevó tres meses de preparación”.
Tras haber presentado la solicitud, los departamentos gubernamentales comenzaron a trasladarse la responsabilidad entre sí, y todos se negaron a hacerse cargo de la misma. “El Gobierno afirma que tenemos libertad religiosa. ¿En serio?”, preguntó el hombre visiblemente molesto. El mismo añadió que ninguno de los lugares pertenecientes a la Iglesia de las Tres Autonomías locales que solicitaron un certificado nuevo o la renovación de uno luego de que sus lugares de culto fueran clausurados lo ha recibido hasta el momento.
Song Yongsheng, presidente del Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías de Shangqiu, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia central de Henán se suicidó el 17 de julio del año pasado, exhausto debido al control gubernamental.
Y la cantidad de creyentes agotados y decepcionados sigue creciendo. Un budista de aproximadamente setenta años procedente de Mongolia Interior intentó acabar con su vida, incapaz de hacerle frente a las dificultades que halló al momento de solicitar el certificado. En octubre de 2019, más de 40 oficiales de policía y funcionarios del Departamento de Trabajo del Frente Unido allanaron su templo emplazado en Bayannur, una ciudad a nivel de prefectura situada en el oeste de Mongolia Interior. Sellaron la entrada al templo y su sala principal y cubrieron todas las estatuas budistas y otros símbolos que se hallaban en el interior del mismo con láminas de hierro. Según una fuente familiarizada con el asunto, el budista a cargo del lugar había solicitado el certificado en 17 oportunidades y había sido rechazado en cada una de ellas. En una ocasión, los funcionarios simplemente destrozaron sus materiales de solicitud.
Todas las exigencias fueron satisfechas, pero sin suerte
Otro lugar perteneciente a la Iglesia de las Tres Autonomías emplazado en el distrito de Pusandian solicitó el certificado en el año 2018 luego de haber implementado todas las renovaciones necesarias y haber instalado el equipo exigido por la Agencia de Prevención de Incendios. Incluso se cavó un pozo frente al lugar a fin de satisfacer la exigencia de contar con una fuente de agua en las cercanías.
El certificado no fue emitido, a pesar de que la congregación hizo todo lo que se les había exigido. Los creyentes continuaron reuniéndose en secreto, pero el lugar fue rápidamente clausurado luego de que las autoridades se enteraran de las reuniones secretas.
En abril de 2019, se le ordenó a un lugar de reunión perteneciente a la Iglesia de las Tres Autonomías emplazado en Foshan, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia sureña de Cantón, que dejara de celebrar servicios de culto bajo el pretexto de que «no poseía una autorización y sus medidas de control de incendios eran deficientes». Según un miembro de la iglesia, el lugar estaba bien equipado con extintores de incendios, luces de emergencia y otros dispositivos, todo acorde a los requisitos estipulados por el Gobierno. La iglesia había solicitado el certificado ante la Agencia de Asuntos Religiosos local en varias oportunidades, pero nunca recibió ninguna respuesta.
Un empleado de una empresa de administración de propiedades emplazada en Foshan le dijo a Bitter Winter que habían recibido un documento procedente de la Agencia de Asuntos Religiosos local, en el que se exigía que las comisarías de policía locales, las oficinas de administración de propiedades y otros departamentos unieran fuerzas para deshacerse de este lugar perteneciente a la Iglesia de las Tres Autonomías en particular.
«Afirmar que las medidas de prevención contra incendios no cumplen con los estándares no es más que una excusa», comentó un joven miembro de la iglesia. «Obviamente, el Gobierno no quiere que celebremos servicios de culto».
Tras la clausura del lugar, la congregación se ha estado reuniendo en secreto en un nuevo lugar, tomando todas las precauciones posibles para no ser atrapados. No aparcan sus bicicletas eléctricas junto a la puerta del edificio ni cantan himnos en voz alta, y un creyente siempre hace guardia fuera del mismo para advertirles a los que están adentro que se marchen si surge algún tipo de peligro.