Nada puede impedir que el PCCh persiga a las personas de fe. Ni siquiera la propagación de un virus mortal.
por Bai Lin
El 18 de febrero, la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos de la provincia de Anhui emitió una notificación sobre control religioso durante la epidemia de coronavirus, asignándoles actividades específicas a varios departamentos gubernamentales, a los que se les ordenó coordinar sus acciones y seguir el liderazgo del Departamento de Trabajo del Frente Unido (UFWD, por sus siglas en inglés). Las unidades de seguridad pública continuarán reprimiendo el «evangelismo ilegal», las instituciones a cargo del ciberespacio tomarán el control de la opinión pública, las unidades de seguridad del Estado fortalecerán la recopilación de información sobre los grupos religiosos y los departamentos de publicidad intensificarán las campañas de propaganda.
Ni siquiera las campañas de eliminación de cruces se detuvieron en medio de la propagación del coronavirus. Según los informes de Twitter, el 13 de marzo se desmanteló la cruz de una iglesia emplazada en el condado de Woyang de la ciudad de Bozhou, en Anhui, y otra en el distrito de Huaishang de la ciudad de Bengbu.
Según el plan de trabajo para el año 2020 emitido por la Comisión de Asuntos Étnicos y Religiosos de Tianjin, uno de los cuatro municipios del Gobierno central de China, el control religioso se intensificará a lo largo de todo el año. El plan prevé una mayor integración de la ideología socialista con la religión, la represión de la «infiltración religiosa extranjera» y una creciente supervisión de los lugares religiosos aprobados por el Estado.
El 24 de enero, todos los lugares de culto existentes en Shangqiu, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia central de Henán, fueron cerrados para frenar la propagación de la epidemia. Aún así, los Gobiernos locales continuaron inspeccionando los hogares de las personas y eliminando los dísticos religiosos. Las autoridades les advirtieron a los residentes a través de altavoces que sus pensiones serían suspendidas si se descubrían dichos dísticos en sus hogares.
El 27 de febrero, los Dos Consejos Cristianos Nacionales de Yuzhou, una ciudad a nivel de condado de Henán, les notificaron a todas las iglesias que un equipo de inspección provincial estaba visitando la zona para verificar cómo se estaba implementando la medida de prohibición de celebración de reuniones. Los mismos amenazaron a las iglesias afirmando que las que reanudaran los servicios perderían sus certificados de registro de lugar de actividad religiosa, y a los miembros del clero se les revocarían sus permisos de predicación.
Luego de que el equipo de inspección hallara varios dísticos y calendarios religiosos en una iglesia de las Tres Autonomías local, su director fue reprendido y se le exigió escribir una declaración de autocrítica. También se le ordenó recolectar todos los calendarios religiosos de los miembros de la congregación en un plazo de tres días.
«La persecución religiosa no disminuye debido a la epidemia», le dijo a Bitter Winter el predicador de una iglesia doméstica. “El Partido Comunista Chino (PCCh) considera que los grupos religiosos son una amenaza para su régimen. Cuanto más inestable es su poder, mayor es la frecuencia con la que se reprimen dichos grupos».
El 11 de febrero se organizó a través de video la duodécima conferencia nacional de los grupos religiosos oficialmente aprobados por el Gobierno chino. Se alentó a los representantes de las cinco religiones autorizadas a recolectar donaciones para aliviar la epidemia, pero se les advirtió que «no estaba permitida la promoción de religiones ni las actividades evangélicas» durante el proceso. La prevención de la evangelización es una de las principales tareas asignadas a las Agencias de Asuntos Religiosos de todo el país en medio de la epidemia.
Según la información publicada el 20 de febrero por el UFWD de la ciudad de Wuhan en la provincia de Hubei, el 5 de febrero se descubrieron «personas que repartían máscaras faciales como parte de la labor misionera» en el distrito de Hanyang de la ciudad. Posteriormente, las autoridades «inmediatamente les ordenaron a todos los subdistritos y comunidades que cooperaran con la Agencia de Seguridad Pública y las estaciones de policía locales para efectuar arrestos y frenar cualquier posibilidad de recurrencia».
En China, la imposición de tales prohibiciones a los grupos religiosos durante las actividades de socorro en caso de desastres tiene una larga tradición. El PCCh siempre refuerza el control sobre las actividades caritativas llevadas a cabo por los creyentes, tratando de prohibirles que promuevan su fe. No se permite incluir información ni símbolos religiosos entre los materiales de socorro en caso de desastres ni en los artículos de caridad. Una gran cantidad de miembros de grupos religiosos que no han sido aprobados por el Estado han sido arrestados por organizar actividades caritativas.