Un «oficial de eliminación de publicaciones» encargado de eliminar los comentarios en línea que el PCCh considera desfavorables para su régimen, comparte los detalles de su trabajo diario.
por Li Guang
El Sr. Liu (este no es su nombre real, ya que solo aceptó hablar bajo condición de permanecer en el anonimato) es un «oficial de eliminación de publicaciones» que trabaja para una popular plataforma de internet en China continental. Durante la pandemia trabaja desde su hogar. Cuando comenzamos a hablar, el Sr. Liu acababa de eliminar la publicación número 9450 del día. Tanto a él como a todos sus colegas se les asignan cuotas diarias.
La computadora situada frente a él ya ha examinado los comentarios en línea que contienen palabras sensibles, tales como «virus», «policía», «Gobierno» y «país». El sistema marca estas palabras con diferentes colores para ayudarlo a hallar el contenido que debe ser rápidamente censurado.
Frente a las afiladas garras de la censura del Partido Comunista Chino (PCCh), los internautas chinos luchan con sabiduría y coraje. Utilizan iniciales y emojis para eludir la censura de las palabras clave. La detección de software por sí sola no puede cumplir con los cada vez más estrictos requisitos de control del Gobierno, por lo que se emplea el trabajo manual.
«Las publicaciones eliminadas en su mayoría contienen comentarios que critican y se oponen al Gobierno», explicó el Sr. Liu. El mismo añadió que durante la pandemia está más ocupado de lo habitual, ya que los comentarios que cuestionan los datos emitidos por el Gobierno sobre los casos de coronavirus registrados y las muertes, o aquellos que condenan los ineficaces esfuerzos llevados a cabo por los líderes estatales para combatir la pandemia o el sistema médico de China, y otros similares, deben ser inmediatamente eliminados. Incluso las frases religiosas con la consigna «¡Wuhan, mantente fuerte!» también deben ser eliminados.
«El Gobierno miente al afirmar que han muerto solo unos pocos cientos de personas», afirmó el Sr. Liu, señalando la pantalla de la computadora, donde apareció un comentario en el que se criticaba la cantidad de muertes reportadas. El comentario desapareció momentáneamente. «¿Cómo puedo creerles? La historia condenará a estos líderes gubernamentales».
“Los comentarios que dicen cosas buenas sobre EE. UU. o las sociedades occidentales en general, o sobre sus buenos sistemas de salud, también deben ser eliminados. En realidad, este tipo de comentarios son los principales objetivos de la eliminación”, continuó el Sr. Liu.
«Los comentarios que pueden causar pánico también deben ser eliminados, sin importar si son verdaderos», añadió. Por ejemplo, la noticia de que el período de incubación de la COVID-19 podría ser mayor a 20 días tuvo que ser eliminada y fue considerada un «rumor», antes de que el Gobierno admitiera el hecho como cierto.
«El comportamiento del Gobierno es inhumano», afirmó el Sr. Liu, sintiéndose indignado al recordar la noche en que falleció Li Wenliang, un médico de Wuhan que fue amonestado por el Gobierno por denunciar los peligros de la COVID-19 y más tarde murió a causa del virus. «Fue declarado muerto después de las 9 de la noche. La noticia provocó una ira masiva en internet, por lo que el Gobierno ordenó decir que aún estaba siento tratado. ¿Por qué harían eso?», preguntó el Sr. Liu, añadiendo algunas palabras de maldición mientras continuaba borrando los comentarios de los internautas.
Según lo informado por numerosos medios de comunicación, Li Wenliang, de 34 años, fue declarado muerto a las 9.30 de la noche del 6 de febrero, pero la hora de su deceso fue posteriormente cambiada a las 2.28 de la mañana del 7 de febrero. Evidentemente, luego de que la noticia provocara una dura reacción en las plataformas de redes sociales de China, el Gobierno intervino y les dijo a los medios de comunicación oficiales que cambiaran sus informes y afirmaran que el médico aún estaba vivo y estaba recibiendo un tratamiento adicional que mantenía su corazón bombeando y su sangre oxigenada sin tener que pasar por sus pulmones.
El Sr. Liu sabe bien que no todas las publicaciones que ha eliminado son «rumores» o podrían ser calificados como «comentarios negativos». “Se está volviendo cada vez más difícil vivir con este sentimiento”, afirmó, por lo que quiere dejar de trabajar para la empresa.
«El Gobierno no deja que la gente se exprese y solo quiere que elogien al PCCh, sin proporcionar información veraz», afirmó el Sr. Liu, quien se siente decepcionado con el liderazgo de China.
Según el Sr. Liu, en su empresa, más de 200 empleados revisan día y noche las publicaciones en línea, pero no sabe cuántas personas más son responsables de censurar artículos, audios o imágenes. Tampoco sabe cuántas publicaciones de personas como Li Wenliang han sido eliminadas.