El PCCh intensificó la censura para evitar que los creyentes practiquen su fe en línea, ya que durante el brote de coronavirus se prohibieron las reuniones religiosas.
por Li Mingxuan
En el mes de febrero, durante el apogeo de la epidemia de coronavirus en China, un predicador perteneciente a la Iglesia de las Tres Autonomías procedente del condado de Huimin, administrado por la ciudad de Binzhou en la provincia oriental de Shandong, organizó un servicio en línea para su congregación en WeChat, una plataforma de redes sociales china. No obstante, unos días después, el Gobierno local bloqueó el enlace que había compartido para que la gente se uniera. Un tiempo antes de eso, el director de una iglesia doméstica procedente de la ciudad de Qingdao de Shandong emitió en directo un servicio a través de una cuenta en YY, una importante red social china basada en video, pero menos de media hora después, la interfaz emitió una advertencia que decía «la cuenta violó las reglas», y la misma fue suspendida.
El 23 de febrero, a fin de detener las actividades religiosas en línea, los Dos Consejos Cristianos Chinos de Shandong emitieron una prohibición sobre la transmisión en directo de servicios religiosos. En todo el país se han adoptado medidas similares.
A mediados de febrero, un imán procedente de la ciudad de Shenyang, en la provincia nororiental de Liaoning, habló sobre los festivales islámicos en una plataforma de redes sociales. Poco después, la policía de internet bloqueó su cuenta. «Actualmente, cualquier cosa en línea que mencione la religión está prohibida», afirmó con ira el imán.
Las actividades en línea relacionadas con iglesias extranjeras son monitoreadas aún más exhaustivamente. A principios de marzo, un funcionario del Gobierno local de Liaoning fue convocado por sus superiores por haber asistido a un curso en línea organizado por una iglesia surcoreana. Debido a que utilizó una VPN (red virtual privada), un servicio para acceder al mismo, se vio obligado a desinstalar la aplicación, junto con otro software que le permitiría unirse a los cursos en línea.
Prohibir las reuniones en línea ha sido una de las herramientas utilizadas durante años por el Partido Comunista Chino (PCCh) para restringir la difusión de las religiones. El pasado mes de abril, tras la clausura de una iglesia doméstica emplazada en la Zona de Desarrollo Económico y Tecnológico de Nanchang en la provincia suroriental de Jiangxi, su director abrió una cuenta de videoconferencia en Zoom, con la esperanza de poder organizar asambleas en línea para sus congregaciones. El Gobierno la bloqueó a mediados de septiembre.
A pesar de que en China están permitidas algunas reuniones religiosas en línea, el contenido de las mismas está estrictamente censurado y casi no tiene nada que ver con la fe. El 8 de marzo, los Dos Consejos Cristianos Chinos de Shandong emitieron una videoconferencia dedicada al Día Internacional de la Mujer y les ordenaron a los directores de iglesias y a los principales miembros del clero que movilizaran a las congregaciones para que asistieran al evento en línea. Según una persona que se unió a la conferencia, lo primero que se les dijo a los creyentes fue: «amen al país y ayuden a combatir la epidemia».
«Ni siquiera a las cinco religiones autorizadas se les permite practicar su fe, ya que se les dice que solo deben creer en el Partido Comunista, pero el Gobierno sigue hablando de libertad religiosa», le dijo a Bitter Winter el predicador de una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en Shandong. «Es como si una prostituta se jactara de su castidad».
Frente a la rigurosa censura gubernamental, los creyentes temen expresar sus pensamientos y sentimientos en línea. El 2 de febrero, el predicador una iglesia doméstica procedente de la ciudad de Dezhou de Shandong le informó a su congregación que tenía que cerrar su grupo WeChat por orden de la policía de internet. También les advirtió que tuvieran cuidado al hablar sobre «temas delicados» en línea.
Un miembro de la congregación le explicó a Bitter Winter que los mensajes que mencionan la Biblia, los que claman por la reparación de faltas o incluso los que les piden a los creyentes que oren por sus compañeros de iglesia infectados son considerados «sensibles». Los mismos son prohibidos y eliminados por los censores en línea. El que publique mensajes de ese tipo también podría ser castigado.
Para identificar lo que está diciendo cada persona, el Gobierno les exigió a los aproximadamente 500 miembros del grupo de WeChat de una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en la ciudad de Shenyang de Liaoning que cambiaran sus nombres en línea por sus nombres reales y que proporcionaran sus números de teléfono. A los miembros del clero se les exigió indicar los puestos que ocupaban en la iglesia junto con sus nombres.
«La Agencia de Seguridad Pública monitorea nuestro grupo de WeChat, el cual podría ser suspendido si algún miembro viola las reglas», le dijo el pastor de la iglesia a Bitter Winter. «El que publique información sobre la epidemia que no haya sido aprobada por el Gobierno podría ser acusado de divulgar secretos de Estado».
El 1 de febrero, la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos de la Zona de Desarrollo Económico y Tecnológico de Yantai en Shandong emitió un aviso en el que se les prohibía a los creyentes volver a publicar, comentar o publicar cualquier tipo de información que no haya sido confirmada por el Gobierno.