Mientras el PCCh controla la opinión pública con propaganda para mostrarse como “la gran fuerza que derrota a la epidemia”, muchos chinos aprenden a leer entre líneas.
por Bai Lin
Los medios de comunicación operados por el Estado en China reportaron que el 11 de marzo fueron dados de alta los últimos 47 pacientes de coronavirus de los hospitales en Yantai, una ciudad de nivel prefectura en la provincia oriental de Shandong, después de que se declaró que estaban completamente curados. Zhang Kuiyang, vicedirector del Yantai Health Committee, anunció a los medios que ya no había más casos de coronavirus en la ciudad.
Sin embargo, una fuente informada reportó a Bitter Winter que, al día siguiente, un paciente crítico de coronavirus murió en uno de los hospitales de la ciudad.
La fuente, quien tenía miedo de ser reprendida por sus superiores, explicó que se está obligando a los Gobiernos locales a reportar que los casos de coronavirus se han “reducido a cero”. “Aunque ocurran más muertes, no se están contando como provocadas por el nuevo coronavirus”, añadió la fuente.
Desde mediados de febrero se han publicado frecuentemente a lo largo de toda China informes de que los casos de coronavirus se han reducido a cero, pero muchas personas reportan justamente lo contrario.
Varias fuentes de la ciudad de Shouguang de Shandong revelaron a Bitter Winter que el Gobierno local ocultó la verdad a la hora de informar sobre los fallecimientos por COVID-19 y que, incluso, ofreció dinero para silenciar a los familiares de los fallecidos, creando una falsa impresión de que la epidemia se había contenido.
Bitter Winter sigue recibiendo ese tipo de reportes provenientes de toda China. Mientras las personas leen las noticias censuradas por el Gobierno, informantes que cuentan con el conocimiento del actual estado de las cosas urgen a sus familiares a quedarse en casa ya que el peligro de contagio sigue siendo severo. La discrepancia en la información preocupa a las personas.
Un hombre que habló con Bitter Winter con la condición de permanecer en el anonimato explicó que muchos chinos han aprendido a leer las noticias publicadas por el Gobierno desde la perspectiva opuesta. Dio un ejemplo: su esposa accedió a almacenar algo de granos en su casa solo después de que el Gobierno comenzó a negar los “rumores” de que China tendría desabasto de granos este año, afirmando que había granos en abundancia. Cuanto más refutaban los medios operados por el Estado y los funcionarios gubernamentales las noticias sobre el desabasto de granos, más personas comenzaron a comprarlos. Su pánico es una expresión de desconfianza hacia las autoridades.
Hasta los niños están confundidos en relación con la información emitida por el Gobierno. Las escuelas primarias y secundarias en el condado de Wucheng, administradas por la ciudad de Dezhou de Shandong, organizaron clases para sus estudiantes acerca de la prevención de la epidemia. Los maestros explicaron que, de acuerdo con la información que proporcionó el Ministerio de Educación, los murciélagos fueron el origen del coronavirus, y dicha oficina culpó de provocar la epidemia a quienes se comieron a los animales. “Mi hijo estaba confundido”, dijo a Bitter Winter el padre de uno de los alumnos, “porque el Gobierno culpó a Estados Unidos por el coronavirus, y, ahora, dicen que el origen fueron los murciélagos”.
Las personas que navegan por internet se están planteando preguntas similares. “Si el PCCh [Partido Comunista Chino] creía que el ejército estadounidense había traído la epidemia a Wuhan, ¿por qué ha mantenido este secreto durante tanto tiempo?”, comentó un internauta. “¿Acaso el Gobierno del PCCh trabajó con Estados Unidos? Si el virus se originó en Estados Unidos, el Gobierno del PCCh debió haber cerrado todos los canales provenientes de ese país. ¿Por qué culparon a Estados Unidos por ser el primer país en prohibir los vuelos desde China?”.
“Se necesitan mil mentiras para esconder una”, dice un viejo proverbio. Trágicamente, el planeta entero está pagando caro las mentiras del PCCh.