Los bloqueos impuestos a lo largo de toda China a causa de la epidemia de coronavirus están siendo levantados, pero en algunas provincias, las empresas solo pueden reabrir sus puertas si exhiben consignas propagandísticas en apoyo al Gobierno.
por Han Sheng
Para el régimen comunista de China, nada obstaculiza el avance del sueño chino del presidente Xi Jinping —una visión tendiente a lograr «el gran rejuvenecimiento de la nación china» lanzada por Xi Jinping tras asumir el cargo en el año 2013—. Ni siquiera una epidemia mortal. Mientras el país se encontraba aislado de emergencia a causa del coronavirus, los estudiantes continuaron siendo adoctrinados en sus aulas en línea, mientras que millones de miembros del Partido Comunista Chino (PCCh) y funcionarios públicos se vieron obligados a acumular más puntos en la infame aplicación Xuexi Qiangguo (Estudio de Xi, Nación Fuerte),
En el mes de marzo, cuando se redujeron las restricciones de aislamiento, a los negocios emplazados en la provincia central de Henán se les permitió reabrir sus puertas lentamente. Pero con una condición: tenían que declararle su lealtad al Partido Comunista y a sus líderes. En el condado de Luyi, administrado por la ciudad a nivel de prefectura de Zhoukou, todas las tiendas y cafés en funcionamiento estaban colmados de consignas que promovían el «Pensamiento de Xi Jinping», tales como: «No te olvides de la intención original»; «mantén la misión en tu mente»; «el idioma ping cercano al pueblo»; «crea una ciudad civilizada, construye un hogar armonioso» y similares.
«Ningún negocio puede reabrir sus puertas si no exhibe dichas consignas», le explicó a Bitter Winter el dueño de una tienda de tallarines. «El Gobierno primero me pidió que colgara cinco de ellas y luego cinco más. Tuve que pagarlas de mi bolsillo, ya que, si me negaba a hacerlo, iba a ser reprendido y multado. Actualmente no es fácil hacer negocios».
Los propietarios de varias tiendas cercanas se quejaron afirmando que ellos también tenían que exhibir dichas consignas o no se les permitiría administrar sus negocios. «No tuvimos otra opción», afirmó el dueño de una tienda de harina. «El Gobierno también nos exigió estudiar lo que está escrito en ellas».
«El Gobierno obligó a todas las tiendas de alimentos del condado a comprar carteles que promovieran el ‘Pensamiento de Xi Jinping’», afirmó con ira el dueño de un supermercado. “El negocio decayó, pero tenemos que gastar dinero en consignas propagandísticas. Necesitaré varios días para recuperar este dinero».
Las empresas, las comunidades residenciales, las escuelas, los lugares de culto y otros lugares públicos emplazados en Henán ya habían recibido la orden de exhibir consignas en apoyo al Gobierno hace algunos años.
«El pasado mes de noviembre, mientras estaba comprando bollos rellenos en una tienda, varios funcionarios de la Administración de Medicamentos y Alimentos se presentaron en la misma para inspeccionarla», le dijo a Bitter Winter un residente de un condado de la ciudad de Zhoukou. «Confiscaron la licencia comercial del propietario porque en la tienda no había cinco consignas en las que se promoviera el ‘Pensamiento de Xi Jinping’, tal y como se había exigido. El propietario me dijo más tarde que recién le devolvieron su licencia cuando exhibió los carteles».
Dado que las creencias religiosas son consideradas un obstáculo para lograr el sueño de China, los negocios asociados con la religión son reprimidos de forma especialmente severa. En noviembre del año pasado, la Agencia de Asuntos Religiosos de una localidad de la provincia norteña de Hebei emitió un documento confidencial en el que exigía investigar las tiendas de suministros religiosos. Como consecuencia de ello, numerosas tiendas fueron clausuradas o reconvertidas, mientras que otras tuvieron que modificar o reemplazar sus letreros.
Una tienda de artesanías que solía ser una tienda de suministros budistas emplazada en la ciudad de Tangshan de Hebei, ahora vende estatuas de porcelana y retratos de Mao Zedong y Xi Jinping.
«Si no vendo estos retratos y estatuas, me veré obligado a cerrar la tienda», le explicó el propietario a Bitter Winter. «Desde que me prohibieron vender mercancía budista, los funcionarios han venido a inspeccionar la tienda varias veces. El budismo y el taoísmo ahora están bajo el liderazgo y el mando del Partido Comunista. Muchos templos tienen ramas del Partido en sus instalaciones, y a los budistas solo se les permite salmodiar mientras izan la bandera nacional. Si desobedecemos, seremos etiquetados como alborotadores y elementos antigubernamentales, y podríamos ser arrestados».
Otro propietario de una tienda de suministros budistas reveló que él también tiene que vender artesanías ahora. «Las palabras ‘budista’ e ‘inmortal’ fueron eliminadas por la fuerza de mi letrero original», se lamentó el devastado hombre. «Tuve que reemplazar el nombre original con el de una tienda de manualidades a un costo de más de 3000 yuanes (alrededor de 420 dólares). Tendré que vender mucho para obtener esta cantidad». El mismo añadió que miembros del personal de la Oficina de Administración de Industria y Comercio y del Gobierno del poblado van a inspeccionar la tienda varias veces al día. «Afirman que todo esto tiene como objetivo ‘destruir la superstición feudal’. Muchas tiendas han sido clausuradas y algunos propietarios han sido detenidos».