China está “donando” —pero, con mayor frecuencia, vendiendo— millones de mascarillas y suministros médicos al mundo. Muchos de ellos no funcionan.
por Yang Jianli and Aaron Rhodes
- Índice:
- Productos por debajo de los estándares
- República Checa: el alcalde de Praga reacciona
- Más negocios sospechosos: Reino Unido y Turquía
- Australia: suministros médicos terminan en China
- España: equipo defectuoso
- Nepal: “No utilicen productos provenientes de China
Productos por debajo de los estándares
A lo largo de toda Europa, los gobiernos están rechazando la ayuda de China —incluyendo la provisión de equipo médico, mascarillas y otros suministros— frente a la epidemia de COVID-19 que enfrentan todos. En general, se están volteando contra China.
Dado el comportamiento de China hacia otros países al inicio de la epidemia, esto no sorprende. Miles de kits de prueba y mascarillas médicas provenientes de China han mostrado estar por debajo de los estándares o ser defectuosos, de acuerdo con informes verificados provenientes de España, Turquía y los Países Bajos. También ha habido alegatos de que China compró en secreto cantidades masivas de equipo médico a países europeos y ahora estaba revendiéndoselos a algunos países como ayuda. Recientemente, los Gobiernos de España y la República Checa también se quejaron de que China les había comprado en secreto cantidades masivas de equipo médico y que, luego, había estado enviando y vendiendo equipo médico defectuoso como “ayuda humanitaria”. Los países a los que China ha enviado suministros incluyen Italia, Francia, Grecia, Serbia, España, Pakistán, Laos, Tailandia, Irán, Corea del Sur, Japón, Camboya, Filipinas, Egipto, Sudáfrica, Irak, Etiopía, Kazajistán, Bielorrusia, Cuba y Chile.
República Checa: el alcalde de Praga reacciona
La República Checa estuvo entre los muchos países europeos en recibir kits de pruebas para detectar el virus y otros suministros médicos provenientes de China a principios de 2020. Sin embargo, como observó recientemente el alcalde de Praga, Zdenek Hrib, “Esto no es un regalo o ayuda humanitaria. Desde la perspectiva de China, son negocios”. Ciertamente, vemos un patrón de conducta que sugiere que China está explotando la epidemia de coronavirus y sus efectos colaterales en todo el mundo.
China ha hecho inversiones importantes en Europa y se ha hecho de muchos amigos, incluyendo el presidente de la República Checa, Milos Zeman. Sin embargo, Hrib representa una cepa de la política checa y europea que ha permanecido escéptica en relación con las promesas de China, sus objetivos estratégicos y sus tácticas de mano dura. Desde que asumió como alcalde de Praga hace más de dos años, Hrib ha causado molestia en China en repetidas ocasiones al reunirse con disidentes tibetanos. Ha criticado el trato que da China a las minorías étnicas y ha promovido lazos con Taiwán. China ha utilizado sus influencias diplomáticas y financieras para protestar por los movimientos de Hrib, y el Gobierno municipal de Shanghái incluso cortó los lazos económicos con Praga después de que se asoció con Taiwán.
Las repercusiones políticas de las empresas comerciales de China en Europa relacionadas con el coronavirus son también resultado de sus esfuerzos por endosarle el equipo médico defectuoso a otros países. Unas semanas antes, las autoridades checas confiscaron un envío de suministros médicos provenientes de un almacén, porque el revendedor checo había tratado de vendérselos al Gobierno a un precio excesivo en medio de la pandemia de coronavirus. Las cajas en el almacén estaban etiquetadas como ayuda humanitaria de la Cruz Roja de China para Italia. Incluían 680 000 caretas, 28 000 respiradores y alrededor de 100 000 cubrebocas. Al llevar a cabo una investigación, la policía descubrió que la unidad de almacenamiento pertenecía a un chino con influencias en Praga, Zhou Lingjian. Resulta interesante que Zhou sea copropietario de la compañía CTE CARGO Sped, ligada con CTE International, que vendió 580 000 cubrebocas a la empresa “fantasma” checa, y supervisa a la checa Qingtian Hometown Association. La compañía también opera el medio más importante de la diáspora china en Praga, el Chinese Times.
Más negocios sospechosos: Reino Unido y Turquía
Posteriormente, se descubrió que los suministros médicos humanitarios de China a la República Checa de marzo de 2020 estaban defectuosos. Ochenta por ciento de los kits de prueba de coronavirus proporcionan resultados falsos, principalmente falsos negativos. Turquía también descubrió que los kits de prueba provenientes de China están por debajo de los estándares y tienen una tasa de fallas del 65 al 70 por ciento, y España también se quejó de que el 80 por ciento de los suministros médicos provenientes de China estaban defectuosos.
Los medios británicos también han acusado al Estado comunista chino de beneficiarse con la crisis. Se dieron cuenta de que China contribuyó a la escasez de equipo de protección individual (EPI), ya que China requisó grandes cantidades de EPI, elaborados en fábricas a lo largo de China y destinados para su exportación. Por ejemplo, dos de las fábricas de la compañía inglesa de equipos de seguridad JSP Ltd. en China fueron “requisadas” por el Gobierno para elaborar equipos de protección respiratoria desechables para agencias gubernamentales chinas.
Australia: suministros médicos terminan en China
Las oficinas en el extranjero de Greenland Group, una empresa inmobiliaria australiana respaldada por el Gobierno chino, compraron tres millones de cubrebocas, 700 000 trajes de protección y 500 000 pares de guantes, ya que querían “apoyar en los esfuerzos para mitigar la propagación del virus, que ha provocado una escasez de suministros médicos cruciales en China”, de acuerdo con un boletín de la compañía visto por el Sydney Morning Herald.
De acuerdo con un informe que se publicó en el Herald, Greenland Group, que maneja propiedades de gama alta en Sydney y Melbourne, drenó los suministros australianos de equipo contra el coronavirus. Tres millones de mascarillas quirúrgicas, 500 000 pares de guantes y suministros a granel de gel antibacterial y toallitas desinfectantes fueron compradas en Australia y otros países, donde opera Greenland.
Aunque estas compras a granel eran perfectamente legítimas, los bienes enviados a granel a China incluyen precisamente los artículos que han escaseado para los ciudadanos australianos, así como para los profesionales de la salud. De manera similar, la agencia de contrainteligencia de la República Checa informó en enero de 2020 que la embajada china en Praga había organizado que los intereses chinos en el país compraran cantidades masivas de materiales médicos checos, que eran enviados de inmediato a China.
España: equipo defectuoso
Ha habido ocasiones en las que los representantes chinos se han visto obligados a declarar que se había suministrado equipo defectuoso, pero han culpado a la empresa que proporcionó el equipo. Por ejemplo, la embajada china en Madrid, en una declaración del 26 de marzo de 2020, dijo que el Gobierno español había comprado un lote de kits de prueba de COVID-19 defectuoso a una compañía no autorizada conocida como Shenzhen Bioeasy Biotechnology. En un tuit, la embajada china escribió que “el Ministerio de Comercio chino ofreció a España una lista de proveedores certificados, que no incluía a Shenzhen Bioeasy Biotechnology. Shenzhen Bioeasy Biotechnology no ha sido autorizada todavía por la Administración Nacional de Productos Médicos china para vender sus productos”. La declaración agregó que la orden no había formado parte del contrato de 432 millones de euros (466 millones de dólares) con China que el Gobierno español había anunciado (25 de marzo de 2020), que habría de incluir la entrega de 5.5 millones de kits de prueba.
Además, quedó claro que los esfuerzos realizados por España para introducir 640 000 kits de pruebas rápidas compradas a compañías en China y Corea del Sur tuvieron un revés cuando el primer pedido de alrededor de 9000 no cumplió con las especificaciones y tuvo que ser regresado. El jefe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias de España, Fernando Simón, confirmó que el primer lote de kits entregados a España había sido devuelto al proveedor.
Nepal: “No utilicen productos provenientes de China”
Incluso en Asia meridional, un país como Nepal ha aconsejado a sus hospitales y centros médicos que no utilicen los kits de pruebas comprados a China, incluyendo equipo médico, a menos que el Gobierno les diga que lo hagan. Los informes indican que Nepal importó en febrero de 2020 kits de pruebas con valor de millones de rupias nepalíes provenientes de China. Los medios nepaleses han citado que el Dr. Khem Karki, consejero del ministro de salud de Nepal dijo que a todos los hospitales se les pidió que no verifiquen la existencia de infecciones con los kits de prueba chinos hasta y a menos que el Gobierno se lo aconseje, debido a numerosos informes de que el equipo no es confiable.
Los kits de pruebas fueron importados por Omni Group, que había firmado un contrato con el Ministerio de Salud y Población de Nepal para comprar 75 000 kits de diagnóstico rápido a China con un valor de 60 millones de rupias nepalíes. Un vuelo chárter de Nepal Airlines voló a China para traer el pedido, que también incluyó ayuda médica por parte de la Jack Ma Foundation y Alibaba. Nepal ha estado utilizando el método de reacción en cadena de la polimerasa (RCP) para verificar la existencia de COVID-19 o infección por coronavirus, que tarda 24 horas en dar el resultado.
Adoptando una postura de líder mundial, el Gobierno chino ha tratado claramente de convertir una crisis de salud global, provocada por su propia negligencia y por la represión hacia la información con el fin de proteger sus relaciones públicas, en evidencia de la superioridad de su sistema político y de gestión pública. China ha estado tratando desesperadamente de vender esta imagen junto con los artículos de protección personal. Pero los esfuerzos cínicos de China por beneficiarse del coronavirus no están ayudando a rescatar su reputación.
Yang Jianli es fundador y presidente de Iniciativas de Poder Ciudadano para China.
Aaron Rhodes es presidente del Foro para la Libertad Religiosa en Europa, editor de Derechos Humanos de Dissident Magazine y autor de The Debasement of Human Rights (Encounter Books, 2018).
(Última actualización el 24 de mayo de 2020)