A pesar de que China comenzó a reanudar la mayor parte de las actividades regulares en el mes de marzo, reabriendo negocios y lugares de entretenimiento, los lugares de culto siguen siendo estrictamente controlados.
por Huang Xin
El 30 de mayo, durante la 13.a reunión conjunta de grupos religiosos nacionales, se anunció que «los lugares de actividad religiosa se irán reabriendo de manera ordenada en las zonas de bajo riesgo de infección, implementando medidas de prevención y control de la epidemia». No obstante, los requisitos del Gobierno incomodan a las personas de fe en China.
El principal prerrequisito para la reapertura de los lugares religiosos exigido por las autoridades de la provincia oriental de Zhejiang es compartir con las congregaciones una «vívida y conmovedora historia de la lucha contra la epidemia», para que «la gente vea la superioridad del sistema socialista de China». El Gobierno también exige celebrar una gran ceremonia de izamiento de la bandera el día de la reapertura de cada lugar. Los creyentes también deben rezar por «el desarrollo económico y social nacional», por «el logro del gran rejuvenecimiento de la nación china» y por «la promoción y realización del destino de la comunidad humana», siendo las mismas consignas políticas del presidente Xi Jinping.
Elogiar al presidente por sus esfuerzos en la lucha contra el brote de coronavirus también es una de las condiciones previas utilizadas para evaluar si los lugares de culto están calificados para reanudar sus actividades regulares.
En Lingbao, una ciudad a nivel de condado bajo la jurisdicción de la ciudad de Sanmenxia, en la provincia central de Henán, a fines de marzo, un mercado situado frente a una iglesia de las Tres Autonomías estaba abarrotado de gente, mientras que la puerta de la iglesia permanecía cerrada.
Cuando a principios de mayo, los administradores de la iglesia les preguntaron a los funcionarios del Gobierno local cuándo se les permitiría reabrir sus puertas, recibieron una lista de condiciones previas. Incluyeron exigencias de que los servicios deberían centrarse en «promover el notable efecto logrado por China en la lucha contra la epidemia», «elogiar la manera en la que Xi Jinping supervisó la labor de prevención y control de la epidemia» y «compartir información sobre cuántos cristianos han muerto en Estados Unidos durante la pandemia».
«Si el Partido Comunista está en el poder, significa que el diablo gobierna el país», comentó un predicador de la iglesia. «No tiene sentido reabrir la iglesia si tenemos que predicar sobre política».
Un católico procedente del condado de Puyang de la ciudad de Puyang, en Henán, le dijo a Bitter Winter que el 10 de abril, dos días antes de Pascua, la iglesia recibió un aviso de la Asociación Patriótica Católica China local en el que se prohibían todas las actividades, incluidas las que se realizan en línea.
Las personas de fe interpretan estas prohibiciones como otro medio utilizado por el régimen para reprimir las religiones en nombre de la prevención y el control de la epidemia.
El 3 de mayo, durante el feriado del Día Internacional de los Trabajadores, el Área Escénica de la Montaña de Taojin situada en Sanming, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia suroriental de Fujian, les dio la bienvenida a los turistas que regresaron luego de que se levantara el cierre de emergencia. La mayor parte de los visitantes caminaron por la abarrotada área escénica sin las máscaras faciales obligatorias, pero la entrada al patio del Templo de Dingguang y a la estupa del Buda Shakyamuni permanecieron cerradas.
«¿Puede ser que la transmisión de persona a persona solo ocurra cuando los turistas ingresan a los templos, y no a otros lugares en los sitios escénicos?», comentó uno de los turistas. «Hablando claramente, parece una extensión de la política de represión religiosa del Gobierno».
Tal y como informó Asia News, «El proceso burocrático y las condiciones de reapertura hacen que el regreso a los lugares de culto sea muy difícil para los fieles». Un sacerdote procedente del centro de China se quejó afirmando: «para poder reabrir la iglesia tenemos que obtener un permiso de las autoridades en todos los niveles: de aldea, ciudad y provincia, y esto requiere tiempo y viajes».
(Última actualización el 3 de agosto de 2020)