Nuevos documentos filtrados a Associated Press confirman que la OMS, mientras elogiaba a China en público, sabía que el PCCh estaba mintiendo sobre el virus.
por Massimo Introvigne
Los medios de comunicación de todo el mundo están comentando la publicación emitida por Associated Press (AP) sobre nuevos documentos confidenciales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que confirman que la OMS, mientras le decía al mundo cuán cooperativa y transparente era China, sabía que eso no era cierto. También sabía que las mentiras del Partido Comunista Chino (PCCh) probablemente causarían la pérdida de miles de vidas humanas.
La esencia de la historia es conocida, y Bitter Winter ya la había contado el 27 de marzo. No obstante, los documentos de Associated Press añaden nuevos detalles. El 27 de diciembre de 2019, un laboratorio chino, Vision Medicals, logró secuenciar «la mayor parte» del genoma del nuevo virus y envió dicho hallazgo a las autoridades de Wuhan y a la Academia China de las Ciencias. Para el 2 de enero, Shi Zhengli, un famoso virólogo de Wuhan, había detectado la secuencia completa del genoma. El 5 de enero, el Centro de Salud Pública de Shanghái, dirigido por otro reconocido virólogo, Zhang Yongzhen, fue el tercer laboratorio en secuenciar el genoma del virus. El mismo también concluyó correctamente que el virus fue transmitido de humano a humano. Otros dos laboratorios afirmaron lo mismo.
En lugar de informar a otros países y a la OMS, el 3 de enero, la Comisión Nacional de Salud de China emitió una orden, exigiéndoles a los laboratorios que destruyeran las muestras y prohibiéndoles divulgar sus resultados. Tomando en cuenta los comentarios de los médicos chinos en las redes sociales, el 8 de enero, el Wall Street Journal informó sobre el brote de una neumonía similar al SARS en Wuhan. Los documentos de AP revelan que el artículo avergonzó enormemente a la OMS. «El Dr. Tom Grein, jefe del equipo de gestión de eventos agudos de salud de la OMS, afirmó que la agencia aparentaba ser ‘doble e increíblemente estúpida’», y Michael Ryan, director ejecutivo del programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, comenzó a darse cuenta de que China estaba mintiendo sobre los acontecimientos acaecidos en Wuhan.
En cuestión de horas, el 8 de enero, luego de que el Wall Street Journal publicara su artículo, ocurrieron dos eventos. Primero, las autoridades chinas anunciaron que acababan de «descubrir» un nuevo coronavirus; una mentira, ya que poseían una secuencia casi completa de su genoma desde el 27 de diciembre. Segundo, las autoridades sanitarias tailandesas detuvieron a una pasajera sospechosa procedente de Wuhan mientras ingresaba a Tailandia. La misma fue examinada por un equipo liderado por la profesora Supaporn Wacharapluesadee, quien descubrió un nuevo coronavirus. En 24 horas, Supaporn obtuvo una secuencia genética parcial del virus y la compartió con las autoridades tailandesas. La misma no sabía que en China existía una secuencia completa. El 11 de enero, Zhang Yongzhen de Shanghái publicó la secuencia completa en el sitio web especializado virological.org. Lo hizo sin permiso de las autoridades chinas, quienes reaccionaron clausurando su laboratorio. No obstante, el valiente accionar de Zhang les permitió a los científicos tailandeses confirmar que su caso coincidía con los hallazgos en China, y alertar a la OMS. Recién luego de la publicación de Zhang y las comunicaciones desde Tailandia, China finalmente le transmitió de manera oficial la secuencia a la OMS, el 12 de enero, pero aun así intentó ocultar durante varios días que la transmisión de persona a persona era un hecho comprobado.
Durante las dos primeras semanas de enero, Michael Ryan, de la OMS, le pidió en repetidas ocasiones a las máximas autoridades de la OMS que presionaran a China, diciéndoles que esto era una nueva versión de la reticencia china a compartir datos sobre el SARS. «Este es exactamente el mismo escenario, tratando incesantemente de recibir actualizaciones de China sobre lo que estaba sucediendo», afirmó, según Associated Press, «La OMS apenas salió de esa con el cuello intacto dado los problemas que surgieron en torno a la transparencia en el sur de China». Ryan también comentó que lo que estaba sucediendo en China «no sucedería en el Congo, y no sucedió en el Congo ni en otros lugares», refiriéndose a la actitud más cooperativa del Congo cuando fue golpeado con el ébola.
El representante de la OMS en Pekín, el Dr. Gauden Galea, es de Malta, un país que posee estrechos vínculos con China. No obstante, el mismo también les dijo a los líderes de la OMS que China no estaba cooperando. Según Associated Press, el 9 de enero declaró: «hemos estado solicitando formal e informalmente más información epidemiológica, pero cuando solicitamos información específica, no pudimos obtener nada».
Esto dio lugar a errores catastróficos. El 14 de enero, la OMS tuiteó: «Las investigaciones preliminares llevadas a cabo por las autoridades chinas no hallaron evidencia clara de transmisión de persona a persona del nuevo #coronavirus (2019-nCoV) identificado en #Wuhan, #China». Lo contrario era cierto, y la OMS estaba difundiendo consciente o inconscientemente las mentiras del PCCh.
Ante la falta de cooperación de China, finalmente el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS y acérrimo aliado de China, viajó a Pekín junto con otros funcionarios de la OMS, entre los que se incluía Ryan. Tedros finalmente recibió suficiente información para declarar una emergencia mundial el 30 de enero. No obstante, en lugar de culpar al PCCh por la mortal demora en informar al mundo, Tedros insistió afirmando, «deberíamos haberle expresado nuestro respeto y gratitud a China por lo que está haciendo. Ya ha hecho cosas increíbles para limitar la transmisión del virus a otros países». La credibilidad de la OMS se encontraba en su punto más bajo. Preservar la imagen de China y apoyar la propaganda china había sido más importante que salvar vidas humanas.